La resaca del 15, los gallos de la plaza y el momento Ferrufino
La renovación de la directiva de la Asamblea aparece como la primera piedra de toque para el nuevo MAS Tarija, mientras que el Gobernador y Alcalde aspiran a prolongar su momento de “plácida” gestión sin oposición
La agenda del 15 de abril estuvo tan cargada de gestos, que ha sobrevenido una semana de resaca política en Tarija. Los cálculos están sobre la mesa. El tablero se empieza a mover. No todas las fichas están alineadas.
Los dos “gallos” de la plaza Luis de Fuentes tienen más o menos claros sus siguientes movimientos.
Las encuestas internas del Gobierno Municipal le siguen dando buena aceptación al Alcalde, aunque la tendencia siga a la baja por el inexorable paso del tiempo de gestión, que muy pocas veces suele ser favorable al ejecutor, peor si no hay plata. Johnny Torres nunca destacó por ser buen gestor sino por su olfato político sin parangón que parece anda medio resfriado entre promesas e inauguraciones. Torres no puede perder mucho el tiempo porque ha prometido cosas muy específicas: segunda Circunvalación, transparentar la Dirección de Ordenamiento Territorial más allá del cambio de nombre, mover el botadero. Se puede anotar lo de la Planta de Tratamiento para lo que se han encontrado terrenos propicios y aparentemente sin oposición social. Mientras controle el Concejo no debería tener mayores turbulencias en una buena temporada.
Hasta octubre el MAS no celebrará su Congreso departamental que priorizará la reunificación de fuerzas
El gobernador Oscar Montes ha vencido las resistencias del presidente Luis Arce, que calcula más al control orgánico del partido que al proyecto de país en Tarija. Los compromisos de cooperación institucional le darán cuerda al menos un par de gestiones, hasta que cerca de las elecciones aparezcan las discrepancias sobre los avances, probablemente. Mientras ha cerrado la crisis permanente con el Chaco, ha puesto a raya a los alcaldes y espera renovar en unas semanas el control de la Asamblea Legislativa, que su alianza controla bajo la batuta de Mauricio Lea Plaza, pero a un ritmo extraordinariamente bajo que de momento imprimen las presidencias indígenas.
El MAS en su escenario
Así, los ojos se centran en el Movimiento Al Socialismo (MAS), en una suerte de tregua táctica entre los sectores arcistas – mayoritario en un departamento con muchos funcionarios y pocos militantes – y evistas. El Congreso será en octubre y el compromiso de ambas partes es el de mantenerse unidos. Después del relevo de Marcelo Poma, repelido desde dentro como coordinador gubernamental, Walter Ferrufino espera más o menos ansioso empezar a desempeñarse en el teatro de operaciones.
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La elección de la Directiva de la Asamblea en los próximos días será la piedra de toque, aunque la probabilidad de romper la alianza Unidos – Indígenas y atraer a los dos votos de Todos – el de Jorge Luis Sanguino con un Wilman Cardozo de nuevo activo y el de Francisco Rosas con su hermano comprometido políticamente en La Paz – se antoja complicado.
El encargo del presidente Arce a Ferrufino es no pelear, al menos por el momento, pero bien es sabido que los acuerdos del nivel central con Tarija nunca han sido sólidos. Ferrufino está ante la oportunidad de mostrarse como un futuro candidato potente dentro del MAS y no lo quiere desperdiciar. Dos veces ha sido frustrado.
A sus costados hay aspirantes. De un lado Eduardo Cortez, el rector de la Juan Misael Saracho y exviceministro, que tampoco esconde sus simpatías con el Movimiento, ha empezado a moverse mostrando resultados al frente de la universidad, algo que no dejará de capitalizar cuando sea necesario. De otro lado el propio Álvaro Ruíz, con sabor amargo tras la derrota del 2021, se convence de que puede hacer algo más.
En octubre el MAS Tarija irá al congreso departamental con todas sus facciones convencidas de que para ganar en 2026, el MAS debe primero ganar la elección nacional en 2025 y que en ese contexto, las divisiones no son favorables. Mientras, en la interna debaten si se necesita un administrador del partido, un supergerente o alguien con aspiraciones políticas reales que ejerza de vocero y lidere la oposición al margen de Ferrufino, que asumiría un rol más institucional.
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Oposición sin relevos
El debate sucesorio tampoco es ajeno a la oposición en Tarija, donde la falta de líderes alternativos es la principal fortaleza tanto para Johnny Torres como para Oscar Montes en su intención, si se confirma, de continuar en el cargo.
Figuras como Adrián Oliva, Luis Alfaro o miembros de la alianza gobernante como María Lourdes Vaca o Mauricio Lea Plaza calculan opciones para prestar batalla mientras que de entre los jóvenes faltan oportunidades para madurar alternativas con opciones. En cualquier caso, falta más de media legislatura por delante.