La raíz de Tarija
Tarija cumple 206 años de libertad enfocada de nuevo en su raíz, en su campo, en las bondades de su tierra y en la capacidad de su gente para trabajarlas



Volver a la raíz es un ejercicio de conciencia plena, de amor, de reivindicación. La raíz es esencialmente lo que somos, el de dónde venimos, la fuente de las fortalezas y el lugar donde descansan todas las respuestas. Por eso volver a la raíz no debe ser nunca considerado un fracaso, sino una decisión para tomar impulso.
Tarija ha vivido dos décadas de efervescencia política y económica, donde al calor de las ingentes cantidades de reservas de gas concretadas en forma de regalía permitieron trazar muchos más planes de los que luego se tradujeron en proyectos y programas concretos. Hoy las regalías se contraen y las perspectivas exploratorias no son muy halagüeñas.
El departamento se está preparando para incrementar su productividad en el sector primario aprovechando las oportunidades
Afortunadamente, hay vida más allá del gas, que sin duda necesita una nueva reflexión para sacar partido real y significativo de los restos que aún quedan, y la vida, está en la raíz.
Tarija cumple 206 años de libertad enfocada de nuevo en su raíz, en su campo, en las bondades de su tierra y en la capacidad de su gente para trabajarlas, hacerlas productivas, innovar y extraer buenos rendimientos y calidades.
El emblema departamental es la uva de Uriondo, cuyo desarrollo tecnificado está conquistando nuevos mercados, generando extraordinarios vinos y permitiendo imaginar nuevas aplicaciones, como la del aceite, pero no es el único potencial de la provincia Avilés, que tiene en la zona alta de Yunchará muchas posibilidades con la quinua, el ajo, la cebolla, la papa y otros cereales que se han abierto camino en los mercados orgánicos.
En la tierra de Méndez, ganadera con emblema, se abre paso también el café de palqui.
En Cercado la huerta de las vegas tradicionales ha dado paso a la vid y al orégano por sus buenos rendimientos.
En Arce la vocación azucarera quiere superar el monocultivo de la caña con frutales y cítricos que aprovechen la determinación del clima, como en el Chaco, donde se mecanizan los cultivos de maíz y soya con la ampliación de sus fronteras agrícolas, y en O’Connor, que añade voluntad para crecer en la producción de papa.
Sin duda los tarijeños han sabido desde siempre escudriñar los tiempos para encontrar las oportunidades cuando hacían falta, y este es uno de esos momentos, por lo que toca ajustarse el poncho o la corbata, el buzo o la pollera y trabajar con honestidad para salir adelante.
Así nos encuentra esta vez la efeméride departamental del glorioso 15 de Abril, de ese día en el que se empiezan a contar los días de libertad de esta tierra tras una batalla en La Tablada que cambió el curso de la historia y volvió irreversible la determinación de esta tierra de gobernarse a sí misma, por ciudadanos libres.
¡Que viva el 15 de Abril! ¡Que viva Tarija!