La crisis en el MAS y en el lobby cruceño amenazan la economía
El duelo por el control del MAS ha subido de temperatura esta semana con acusaciones de corrupción al hijo del Presidente, mientras que Camacho se queda solo en Chonchocoro. Montes se rearma en Tarija
Se cierra una semana que de transición tuvo más bien poco. Al contrario. Las dos grandes fuerzas políticas del país – el MAS por un lado y la oligarquía cruceña por el otro – parecen atrapados en una fuerza centrífuga de gran magnitud y difícil escapatoria. Se avecinan, como mínimo, daños de consideración, algo que para el establismenth político tarijeño puede ser una oportunidad.
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En Santa Cruz, el gobernador Luis Fernando Camacho, que se entregó al “martirio” de Chonchocoro tras su detención por el caso Golpe I siguiendo el guion, se acaba de dar cuenta de que pocos (por no decir nadie) le siguen el juego. Al contrario. La “elección” de Fernando Larach en el Comité Cívico ha apaciguado los ánimos y rebajado las expectativas de aquellos que aspiraban a acelerar el proceso secesionista formulado por Rómulo Calvo al final de su mandato, pero también para los que aspiraban a la lucha permanente por la liberación del gobernador. La baza de Reineiro Vargas en el Comité, que Camacho jugó, no funcionó, y las logias decidieron contemporizar: la nueva hoja de ruta de Larach es Pacto Fiscal y algo de federalismo.
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Camacho ya no aparece en las portadas; los Demócratas - heridos por sus erróneas tomas de decisión en 2019, 2020 y 2021 – empiezan a asomar la cabeza, quedan casi tres años para elecciones – de hecho ya no estará Larach en la punta de lanza - y nadie quiere complicarse lo económico. Cada vez que el vicegobernador dice que no quiere quedarse con el cargo de Camacho, menos gente le cree y solo queda Zvonko Matkovic al frente de la Asamblea cruceña, que en algún momento tendrá que tomar decisiones, porque la gestión se resiente. Al final tal vez sí hubo un pacto de gobernabilidad por impunidad, pero no con Camacho.
El MAS, palabras mayores
El MAS ha vuelto a subir la intensidad de su encarnizada batalla interna y ya no se sabe cuántas semanas ha pasado esto y cuántas más pasará. Si hace un mes se intercambiaron acusaciones de protección al narco, esta vez se ha involucrado a los hijos de Luis Arce y de Evo Morales en asuntos de corrupción, aunque evidentemente es el primero el que está en el ojo de la tormenta. Ya en septiembre el propio Evo Morales lo relacionó con asuntos turbios en YPFB y en el proyecto del litio, lo que despertó la furia del presidente que rompió todos los cauces de comunicación y empezó a laminar su poder y su influencia. Cinco meses después y con Evo Morales acorralado para organizar un Congreso demorado y perdiendo influencia en todo el país, el asunto se ha vuelto a poner sobre la mesa. Sin duda Arce tendrá la última palabra.
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Tanto en el caso de Santa Cruz como en el caso del MAS hay un componente de ansiedad por lo que puede ser ahora, pero tal vez nunca más. Santa Cruz es el departamento que más está creciendo demográficamente y lo hace a una velocidad que impide una asimilación del recién llegado a la idiosincrasia cruceña y más bien se asienta en la ciudad con toda su tradición cultural, social y política. Los que apuestan por la secesión de Santa Cruz saben que será inviable en poco tiempo en la medida en que los lazos nacionales se van a fortalecer a través de la gente por mucho que se empeñen los políticos.
Lo propio sucede en el MAS. Evo cree que es ahora o nunca, pese a que ninguna encuesta le es favorable, y Arce se ha asentado lo suficiente en el poder como para caer en la misma trampa que todos: buscar la continuidad por encima de todas las cosas, porque es ahora o nunca.
Las deudas con Tarija
Para Tarija, esta suerte de catarsis ansiosa en la que unos y otros han entrado puede representar una oportunidad para poner sobre la mesa asuntos pendientes que necesitan resolución para cohesionar el país aun con su 5%.
Para ello, Oscar Montes le ha dado una vuelta singular a su equipo, buscando más representatividad, más solvencia técnica y afianzando la alianza con Camino al Cambio, Unidad Nacional y Unir. El cambio clave en la secretaría de Gestión Institucional, donde José Luis Carvajal sustituye a un Mariano Bacotich condicionado por sus propios dogmas, se prevé que contribuirá a tener una mayor presencia política tanto en el conjunto del departamento como en el país. Hasta la fecha no ha habido más encuentro con el presidente Arce que un intercambio conceptuoso en la FexpoTarija, pero ni los Ministerios ni las Descentralizadas están apostando por concretar sus proyectos en el departamento.
Con las cuentas más o menos saneadas, toca salir al ataque para poner en su justa medida las demandas.
El enésimo ataque al modelo económico
Aunque en los 17 años de gobierno del MAS se han repetido los vaticinios que auguraban una debacle económica de forma sistemática y se han sembrado todo tipo de rumores para tratar de conseguirlo, en esta ocasión preocupa más al partido por diferentes factores.
En primer lugar, coincide en el tiempo con los problemas de las Reservas Internacionales y las medidas que se ensayan para volver a recuperarlas; en segundo lugar, el propio Evo Morales está alentando las dudas sobre la gestión económica y, en tercer lugar, el escenario internacional es incierto, como reconoce el ministro Montenegro en una reciente nota de opinión publicada en este mismo diario.
Veremos qué resultados se obtienen en esta ocasión.