El sedimento y la falta de mantenimiento preocupa al sector campesino
Tarija: Represas inconclusas y falta de recursos limitan su uso agrícola
Desde la Gobernación de Tarija señalan que en todo el departamento existen 140 represas y para ponerlas en funcionamiento se necesitan unos 600 millones de bolivianos, recursos que ahora no se tienen
Represas inconclusas y la falta de recursos económicos para reacondicionarlas, hacen que estas obras no sean explotadas en su máxima capacidad. Según información de la Gobernación, en todo el departamento de Tarija se tienen más de 140 represas, y para ponerlas en funcionamiento se necesitan al menos 600 millones de bolivianos, recursos con los que actualmente no se cuentan. En tanto, desde el sector campesino ven con preocupación, que algunos de estos proyectos, sin haber sido utilizados, ya estén deteriorados.
Una de las visiones que llevó a las autoridades tarijeñas a invertir en proyectos como represas, atajados de agua, reservorios, fue que el departamento debía empezar a generar un cambio en su matriz productiva, dejando la dependencia del gas para dar un salto al desarrollo productivo.
De ahí en más, se ejecutaron este tipo de proyectos, con millonarias inversiones a lo largo del departamento. Sin embargo, estas iniciativas no eran ejecutadas de manera integral, es decir, solamente se construía la presa o atajado, pero no se contemplaban los canales o sistemas de riego para el aprovechamiento del recurso hídrico.
Al momento, no se sabe con exactitud cuántas de estas presas cumplen la función para la que fueron construidas al 100%. El aprovechamiento que se les da varía, dependiendo de la zona en la que se ubica, empero, se estima que, en la mayoría, apenas se usa el 50% de sus aguas.
El dirigente de la Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de Tarija (Fsucct), Elvio Díaz, detalla que en el caso de la zona alta se tienen dos ejemplos de estos proyectos, que fueron construidos con inversiones millonarias, pero que no cumplen la función para la que fueron ejecutados. Uno de ellos es la presa El Molino que, si bien tiene cierta utilidad, no funciona a su máxima capacidad, en esa misma línea, la presa de Huacata, que sin haber sido usada presenta una fisura de magnitud.
Al respecto, desde la Gobernación, el director del Servicio de Gestión Integral del Agua (Sedegia), Alan Echart, reconoce que, de las 140 represas, la mayoría no está siendo utilizada al 100%.
“Diríamos que están subutilizadas, porque no se aprovechan al máximo en su capacidad. Lo que estamos haciendo nosotros es trabajar de manera conjunta con algunas comunidades, se les está pidiendo, que en vez de comprar otros materiales con el Prosol (Programa Solidario Comunal) puedan comprar tuberías, para que, con el apoyo de la Gobernación, se puedan instalar y el agua almacenada en represas pueda llegar a los terrenos”, apuntó.
Echart explica que en algunas zonas también se está trabajando con contrapartes de los mismos productores, para que estos proyectos puedan cumplir la función para la que han sido construidos.
“En el tema de presas, se requiere más de 600 millones de bolivianos para dar continuidad a varios proyectos grandes, y sabemos el momento crítico que está viviendo el departamento”, afirmó el director del Sedegia.
La sequía y los proyectos a medias
El dirigente de la Fsucct expresó su preocupación por la difícil situación que ahora le toca atravesar al sector productivo agrícola, que, presentándose sequías prolongadas, urge el agua para riego. Sin embargo, refiere que son varias las comunidades las que teniendo represas o atajados, no pueden hacer uso del recurso hídrico por la falta de proyectos complementarios como los sistemas de riego.
“Hay una preocupación, nosotros exigimos de una forma u otra a las autoridades departamentales, pero se quejan que no hay plata y seguimos esperando el sueño de los justos. Imagínense, presas como El Molino, Huacata, Calderas, reservorios, atajados, pero resulta que no funcionan, porque lo han hecho mal, o lo hicieron a medias, y lo que nos preguntamos ¿Dónde han estado las autoridades que no han fiscalizado?”, refirió Díaz.
La situación en la Región Autónoma del Chaco es similar al del resto del departamento, así lo menciona uno de los productores agrícolas de Yacuiba, René Rollano, quien señala que, por proyectos mal ejecutados, el sector productivo padece las consecuencias por la falta de agua.
Riesgo por sedimento y la falta de mantenimiento
El arrastre de sedimento que se genera anualmente en cada temporada de lluvias, y la falta de mantenimiento, ponen en riesgo la capacidad y la vida útil de las represas.
Según el dirigente campesino Elvio Díaz, esta situación amenaza a todas las presas del departamento. Advierte que, si no se ejecuta un proyecto de restauración y manejo integral de las subcuencas, puede ser aún más riesgoso para el sector productivo, ya que, al haber un aumento anual de la frontera productiva agrícola, cada vez se demandará un mayor consumo del recurso hídrico, y con las presas llenas de sedimento, disminuirá la capacidad de captación, tanto en represas, atajados y reservorios.
“Se han hecho grandes inversiones, pero no funcionan, no hay un manejo de cuencas, entonces el tema del sedimento es un tema que se lo debe considerar, porque en poco tiempo se puede llenar”, indicó.