Por falta de agua y forraje disminuyó la cría de llamas en los últimos años
Productores de camélidos en Tarija reportan caída de 60% en la venta de carne
Antes de la pandemia se faenaba entre 8 a 10 llamas por semana, ahora con esfuerzo solo logran vender entre dos a tres llamas. El kilo de carne varía por corte, va desde 35 a 16 bolivianos



Afectados por la escasez de agua y alimento para el ganado, a lo que se sumó la pandemia del Covid-19, los productores de camélidos de la zona alta de Tarija registran una caída del 60 por ciento en la venta de carne de llama y sus derivados en el mercado local, situación que preocupa al sector, ya que en algunos casos es el único ingreso que tienen las familias de la zona.
El kilo gancho de carne de llama en el matadero cuesta entre 22 y 23 bolivianos, pero en el mercado de Tarija el corte de blando es de 35 bolivianos el kilo y el puchero 16 bolivianos. Antes de la pandemia se faenaba entre 8 a 10 llamas por semana, ahora con esfuerzo solo logran vender entre dos a tres llamas. Mientras, los que procesan derivados, bajaron la producción de cuatro preparaciones de chorizo a una por semana, y está costando acomodar en el mercado.
Alberto Cortez, expresidente y asesor del directorio de la Asociación Nacional de Productores de Camélidos, explicó que la producción de camélidos en Yunchará y El Puente en los últimos años fue disminuyendo, además, los productores primarios a causa de la pandemia faenan dos llamas y ya no reponen para la crianza.
“Mucha de nuestra gente al ver que no podían vender las llamas normalmente en Tarija, primero tuvieron que faenar y llevarlas hacia Villazón, tratando de comercializar, pero ahí el precio es mucho menor”, dijo.
Para Cortez, otro efecto es que los productores han dejado llamas de mayor edad, lo cual no es favorable para el medio ambiente ni la pradera nativa. “De animal de cuatro a cinco años la carne es más dura, por tanto ya no se puede vender como se comercializa un animal tierno”, explica. Tras hacer notar que el productor dejó de hacer la reposición del ganado para mejorar la crianza y la producción de forraje para la suplementación, esto porque el poco dinero que ha logrado generar, lo usa para su alimentación, medicina, cuidando y preservando la salud.
Programas de apoyo
Desde el año 2016, los productores de camélidos de la zona alta reportan una reducción de ganado, a causa del escaso forraje y sequía que elevó la mortandad al nacer, pero también por falta de apoyo de la instancia departamental y nacional para el repoblamiento.
Según datos de la Asociación de Productores de Camélidos de Tarija, en 2016 se registraba un total de 18 mil camélidos entre Yunchará y El Puente; en 2018 se tenía 15.913 cabezas, entonces ya reportaba que el 20 por ciento del ganado camélido moría al nacer por diferentes causas. Mientras en 2019, la población de llamas solo era de 13 mil cabezas.
Ante esa situación, Cortez afirma que urgen políticas departamentales para retomar el programa de repoblamiento de camélidos con mejora genética, y así Tarija recupere el sitial que alcanzó a nivel nacional, ocupando los primeros puestos en calidad de llamas.
“Si bien hay políticas a nivel nacional, como el programa Pro Camélidos que tiene 34 millones de dólares, pero su área de acción solo se concentra en Oruro, La Paz y Potosí, no toma en cuenta a los productores de Chuquisaca, Cochabamba y Tarija que también son criadores de camélidos”.
Por su parte, Nativo Villa, subgobernador de Yunchará, indicó que este año los productores de camélidos de Tarija no participarán de la Feria Nacional de Camélidos, por la pandemia y reconoce que hay problemas para comercializar la carne y derivados.
Si bien se tiene un matadero de camélidos en la comunidad de Pujzara, hasta ahora se logró el Registro Sanitario, tema que espera subsanar con la Alcaldía de Yunchará en los próximos meses, y luego volver a impulsar la crianza.
Marcas incorporan la línea de derivados
Para Alberto Cortez, expresidente de la Asociación Nacional de Productores de Camélidos, pese a la caída en la producción, en los dos últimos años se observa un efecto positivo referente a la oferta de los derivados de la carne de camélidos en Tarija. Es así que marcas como productos Bandy, Dino Rey y otros incorporaron en su línea chorizos, mortadela y charque de llama.
“Si vemos ahora el mercado que tienen los hermanos productores de llamas se va ampliando. Eso me ha alegrado mucho como parte del programa camélidos”.