Hace un mes se suspendió la veda pesquera
Indígenas reportan una baja comercialización del sábalo
Son más de 60 concesiones habilitadas para la pesca en el río Pilcomayo en la jurisdicción de Villa Montes, y si bien se tiene pescados no hay compradores en la zona
Los pueblos indígenas del Chaco reportan una baja en la comercialización del sábalo del río Pilcomayo, situación que inquieta a las familias que tienen como principal ingreso económico la pesca de la temporada y que esperan la llegada de los intermediarios hasta las zonas habilitadas para su venta. El costo de cada sábalo en los puestos habilitados es de 3 bolivianos.
Si bien la veda del Pilcomayo se suspendió el 6 de mayo, tras verificar la llegada de los primeros cardúmenes de sábalo y otras especies piscícolas nativas del afluente en aguas del territorio nacional, las familias del pueblo Weenhayek y Tapiete en la jurisdicción del Villa Montes señalan que “no hay compradores”, por lo que piden a las autoridades apoyo para la comercialización.
El presidente de la Organización de Capitanías Weenhayek y Tapietes (Orcaweta), Moisés Sapiranda, en contacto con El País expresó su preocupación por la falta de mercado, pues pese a existir sábalo de hasta dos kilos, boga y bagres de “buen tamaño” su la comercialización es mínima. Por lo tanto, las familias indígenas son directamente afectadas.
“Los pescadores necesitamos que bajen hasta Villa Montes más camiones de Tarija, poblaciones vecinas y de nivel nacional, necesitamos compradores de pescado”, comentó. A tiempo de indicar que los capitanes de las comunidades asentadas en la frontera con Paraguay confirmaron el ingreso de un nuevo cardumen a territorio boliviano.
Sapiranda recordó que son más de 7.300 mil familias Weenhayek que dependen de la pesca de la temporada y hay 60 concesiones habilitadas para esa actividad en el río Pilcomayo, que se agrupan en tres asociaciones de pescadores.
Agregó que pese al encapsulamiento establecido en la región del Chaco por la pandemia del Covid-19, la actividad de la pesca está permitida en el Pilcomayo y se cumplen con la bioseguridad en los puestos pequeros. “En la Resolución del COEM se tiene que se limita la circulación algunas horas entre sábado y domingo, pero eso es de conocimiento de los transportistas y demás sectores, la pesca está permitida y se tiene todos los cuidados para evitar la enfermedad”.
Un reporte del Programa de Conservación y Desarrollo de la Fauna (Codefauna) de Tarija, emitido en 2019, da cuenta de una reducción del sábalo en el río Pilcomayo, por la pesca indiscriminada y una disminución del caudal del agua en afluente, pero en la gestión 2020 por la pandemia de Covid y las restricciones sanitarias la pesca se limitó solo para las comunidades indígenas, situación que, según Sapiranda, ha permitido este año tener un repunte en los cardúmenes.
El último monitoreo del río Pilcomayo realizado por la Oficina Técnica Nacional de los ríos Pilcomayo y Bermejo (OTN-PB), publicado en julio de 2019, también detalla que las características externas e internas, peso y talla de los sábalos que migraron por distintos sectores de la zona baja y central del territorio de Villa Montes, tenían un peso de 350-520 gramos y el tamaño de 28 a 36 centímetros. “En los otros dos monitoreos la migración más activa del sábalo por las zonas es de talla crítica con solo 15-22 centímetro y el peso de 120-250 gramos, que de igual forma ha sido extraído y comercializado sin ningún control”, detalla ese reporte.