Crónica política de la semana
El “rearme” del MAS y las cuentas de la pandemia marcan agenda
El MAS Tarija aspira a sentar las bases de la oposición a Montes desde la Asociación de Municipios. Mientras, Gobierno, Gobernación actual y Gobernación anterior se reparten culpas de la pandemia



Semana de mucha transición política en Tarija y demasiada lucha por el relato a nivel nacional. En un lado, hablar de crisis económica aburre. En otro, colocar el golpe de Estado en mitad de la tercera ola de la pandemia, también chirría. Con todo, los relatos políticos se van acomodando en este inicio de gestión.
En Tarija la pelota está de vuelta en el tejado de la Gobernación. La Comisión de Constitución ha devuelto la solicitud del Gobernador de poner en el congelador un centenar de leyes que requieren recursos – obviamente – alegando una difícil situación económica para la institución. La excusa oficial es que el pedido no cumple con la técnica legislativa, la cuestión es que la presidenta de la comisión es Karina Barrios, que es a quien se señala como tránsfuga del Movimiento Al Socialismo.
Más temprano que tarde, el debate llegará al pleno y pondrá a prueba la mayoría absoluta que el gobernador Oscar Montes y su lugarteniente en la Asamblea, Mauricio Lea Plaza, lograron trenzar para elegir directiva. Por el medio, los intereses de todos los municipios, que no se quieren imaginar volver a quedarse sin una vía que les garantiza recursos directos para los proyectos concurrentes.
De momento esos mismos municipios, que son en su mayoría del MAS – todos salvo Cercado, Uriondo y Entre Ríos – conformaron la nueva Directiva de la Asociación de Municipios de Tarija, que empoderó al alcalde de Padcaya, William Guerrero, como presidente.
La elección de Guerrero es debatida entre las bases masistas, primero porque no es precisamente un gran orador que vaya a poner en solfa al Gobernador con sus discursos. Segundo porque Guerrero es sobre todo un empresario sobrevenido al MAS, desde donde ha hecho buenos negocios y mantiene buenas relaciones con el ala de Milcíades Peñaloza, también amigo de Oscar Montes.
Por cierto, que también llegaron los tres alcaldes masistas del Chaco, tres pesos pesados y con dilatadísima experiencia: Carlos Brú en Yacuiba, Ermás Pérez en Caraparí y Rubén Vaca en Villa Montes. Este último habló de conformar una Asociación de Municipios chaqueños que funcione “como el de un departamento más”, y ahí mentó al diablo.
Una de las grandes dudas es saber qué pretende hacer el Chaco con su recién estrenada autonomía regional completa, y aunque hace tiempo que los políticos de aquella región castigada por la caída de los hidrocarburos apelan al victimismo, ahora va a tocar regenerar las demandas hacia el centralismo, puesto que el departamental apenas tiene “injerencia” en los destinos del Chaco y el nacional es, se supone, aliado fuerte en la región para el Movimiento Al Socialismo.
La herencia recibida
Las autoridades han estado inmersas esta semana en la lucha contra la pandemia, aunque eso no signifique que se han tomado medidas contundentes para reducir la movilidad, al contrario, se barajó una cuarentena de cuatro días aprovechando el feriado del Corpus, pero se descartó finalmente por “presiones ciudadanas”.
El tema álgido de la semana ha sido el de la escasez de oxígeno, un frente que pone sobre el espejo a la administración actual, a la anterior y al Gobierno Nacional. El problema parece empezar a resolverse después de muchas víctimas mortales. Después vendrá la depuración de responsabilidades.
El gabinete de Áñez, en la mira del Gobierno
El Gobierno de Luis Arce ha puesto a todo el gabinete de Jeanine Áñez en la mira después de la detención de Arturo Murillo en Estados Unidos. Desde la Fiscalía se ha abierto una causa general tirando de los sucesos del norte, con lo que se pretende localizar la causa. Los expertos jurídicos señalan que en Bolivia faltan pruebas periciales, pero para lo que sí ha servido es para desatar la guerra interna entre quienes alguna vez fueron un equipo más o menos cohesionado.