La crisis golpea al sector de la construcción
Construcción: consumo de cemento y aprobación de planos, en mínimos
Desde 2015 no se concedían tan pocas licencias en los municipios del país como en el primer trimestre de 2021; el consumo de cemento de enero y febrero es el mínimo de la serie histórica



Ni brotes verdes ni efecto rebote, las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística relacionadas a la construcción pintan una tibia recuperación del sector en relación al 2020 que, sin embargo, es negada categóricamente por la Cámara de la Construcción.
Las estadísticas de la construcción que recoge el INE y que permiten inferir el dinamismo del sector son tres: Evolución de los costos de la construcción; permisos de construcción entregados por los gobiernos municipales y el consumo de cemento. Todas las estadísticas referidas al primer trimestre, excepto la del consumo, fueron publicadas el viernes en la web oficial de la institución.
El primer trimestre suele ser el peor de todo el año precisamente porque el mes de enero y febrero, entre fiestas y feriados, la institución pública trabaja poco y los constructores acaban de cerrar los tratos para el año. En cualquier caso, en este 2021 los números de licencias entregadas se acercan a los promedios después de la crisis.
En concreto, en el primer trimestre del año 2021 se aprobaron 1.003 planos de construcción, la menor cifra desde 2015, cuando en plena crisis de los hidrocarburos y con el cambio de autoridades a nivel subnacional en marcha se aprobaron en total 826 planos.
La cifra, sin embargo, no dista demasiado de los 1.092 planos aprobados en 2020, cuando no había pandemia, y está muy por encima de los datos consignados en el segundo y el tercer trimestre de 2021, cuando en plena pandemia se quedaron en 94 y 959 respectivamente. El cuarto trimestre de 2020, que tradicionalmente es el más ágil para estos trámites, precisamente por la premura del tiempo, se entregaron 1.522 permisos.
En términos generales, el año 2020, con 3.667 aprobaciones de planos calculadas entre todos los municipios, es el peor desde 2014, cuando se registraron 3.441 operaciones de ese tipo. El promedio anual de los últimos años ha estado en los 6.000, siendo 2017 con 6.537, el año de mayor incidencia, lo que según los expertos demuestra que el ladrillo sigue siendo el valor refugio cuando hay dificultades en el mercado económico.
Costos y cementos
Por otro lado, los costos de construcción se han encarecido en este primer trimestre de 2021 en un 2 por ciento y alcanza su nivel más alto de la serie desde 2002. El índice referido a viviendas residenciales sube más de cuatro puntos.
A falta de que se desagreguen los conceptos por mano de obra y materiales, los expertos señalan que se refiere a un incremento por la mayor demanda en el sector, aunque desde la Cámara también se advierte que muchas empresas han quebrado o se han dedicado a otro rubro, así como el personal. Además, señalan que el rubro de la construcción es uno de los más castigados por el Covid.
Respecto al consumo de cemento, que viene a ser uno de los indicadores más fiables del dinamismo de la construcción, los datos del INE recogen todavía solo enero y febrero, ambos con unas 230.000 toneladas métricas de consumo de cemento, un nivel similar al del junio y julio de 2020, en plena pandemia, y muy por debajo de las 338.000 que se comercializaron en enero de 2019.
Si bien el Fondo Monetario Internacional ha mejorado las perspectivas de crecimiento para la región en general y para Bolivia en particular para el próximo año, los constructores todavía tienen reservas y señalan que ni la obra pública ni la privada parecen dar sensación de recuperación, además temen que la inversión pública se detenga.
La construcción, clave en la recuperación
Aunque el sector de la construcción solo represente un cuatro por ciento del Producto Interno Bruto nacional, su dinamismo y cantidad de puestos de trabajo que genera hace que sea considerado un sector clave para la recuperación del país.
La cantidad de familias sin solucionar su problema habitacional y la cantidad de gente viviendo en condiciones de infravivienda permite inferir que hay margen para que el sector siga creciendo en peso dentro de la economía nacional.