Deudas y desempleo quita el sueño a las madres solas
Principalmente deben del alquiler y alguna que otra cuenta chica, cada centavo sirve y les cuesta ganarlo en esta cuarentena que las puso al filo de la navaja, su mayor preocupación son los hijos a quienes alimentar, sean grandes o chicos, son madres solas que se pusieron en la espalda llevar...
Principalmente deben del alquiler y alguna que otra cuenta chica, cada centavo sirve y les cuesta ganarlo en esta cuarentena que las puso al filo de la navaja, su mayor preocupación son los hijos a quienes alimentar, sean grandes o chicos, son madres solas que se pusieron en la espalda llevar adelante su hogar, cueste lo que cueste.
Sandra Gonzales Choque, 23 años, mientras hace fila para resolver problemas con sus documentos en oficinas de la Gobernación contó que tiene tres hijas, las dos primeras de siete y tres años de su primer matrimonio, y una tercera de 2 meses de su última pareja. Del primero se separó sin documentos y el segundo la abandonó, ahora tiene que lidiar sola para cuidarlas.
Vive de alquiler en un par de habitaciones en el barrio Tajibos, carretera a San Andrés, paga 600 bolivianos mensuales por ellos –incluye luz y agua- y ya tiene retraso en cancelarlos, hasta antes de la cuarentena trabajaba como ayudante de cocina en un restaurante, aún embarazada, pero apenas tuvo a la bebé debió dejar de hacerlo.
Su primera pareja le brinda una pensión de 600 bolivianos, lo justo para el alquiler, pero ahora que se quedó sin trabajo y sin dinero, bajando la mirada comentó: “en casa ya no tenemos qué comer”, agregó que tiene que salir cada día a tocar puertas para hacer limpieza, lavar ropa, hacer lo que le pidan y con lo que gana se sostiene el día a día.
María Estela Velásquez, 43 años, afirmó que tiene 43 años y lleva consigo una niña de cuatro años que, inquieta a veces se separa de su madre. “Viene conmigo a todas partes, no hay con quien dejarla”, contó a tiempo de señalar que vive en Morros Blancos como cuidadora de una casa, lo que le evita pagar alquiler. “Antes dela cuarentena era trabajadora del hogar, pero apenas empezó el problema me despidieron”, agregó.
“Soy madre soltera – contó- , ahora estoy sin sueldo, es mi única niña, debo velar por ella, no hay trabajo y pedí ayuda a mis vecinos, no tengo ingresos, ¿qué voy hacer con esta situación?, busco trabajo cada día, mis vecinos me ayudan, aunque sea con un poco de arroz, a esta altura es todo lo que hay”.
Los hijos
La trabajadora del hogar, Flora Mamani, contó que tiene dos hijos que ya son grandecitos, el primero tiene 21 años y estudiaba mecánica en un instituto, mientras que el segundo de 18 dio examen para ingresar a la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho, pero con la emergencia de la cuarentena a causa del Covid – 19, ambos deben permanecer en casa.
“Ellos dependen de mí, viven conmigo, prefiero que estudien a que trabajen – puntualizó -, estaba empleada en una casa, pero me despidieron y no me están pagando lo que me deben, comemos lo que hay, tengo conocidos que a veces me llaman para algunos trabajos por horas, otras veces tengo que salir, pero es difícil por eso del carnet, la situación está crítica, hay días que vuelvo a casa sin nada”.
Recordó que su jefa le dijo que si quiere trabajar sea cama adentro, pero no quiso dejar a sus vástagos, “no puedo hacerlo”, agregó; pero esperanzada apuntó que la próxima semana los chicos deben cobrar un bono que les toca y que eso paliará de alguna manera su situación.
Aliné Ochoa Gutiérrez viuda de Villalobos, 39 años, contó que vivía el día a día elaborando y vendiendo empanadas, su esposo falleció hace seis años, la dejó con cuatro hijos de los cuales murió el mayor porque sufría de una discapacidad, se quedó con uno de 18 años, otro de 16 y la última de 10. Todos en colegio.
“Una tiene que hacer de todo para poder ayudarlos, primero hay que subsistir, la comida no alcanza, el bono que me dieron de a poquito lo vamos gastando, para que alcance, si hay días que hay que comer solo arroz y papa, ni modo, además el dinero se va solo en las clases virtuales que deben pasar, 10 bolivianos por día en megas” contó a tiempo de contar que vive de alquiler por Monte Sud, en el barrio Buena Vista.
Burocracia en el pago del bono “Jefas del Hogar”
La Gobernación de Tarija inició este martes el pago del bono “Jefas de Hogar”, que beneficiará a más de 27.000 madres de familia de todo el departamento; sin embargo, muchas de las beneficiarias que hacían fila en oficinas de esa entidad para presentar sus reclamos se quejaron por la burocracia y la exigencia de varios documentos respaldatorios.
Según el secretario de Coordinación de la Gobernación, Waldemar Peralta, la cancelación del beneficio se hace a través del Banco Unión, el pago es único y se puede retirar hasta el mes de julio. Los requisitos para cobrar el bono son la cédula de identidad del beneficiario, una fotocopia de esta y otra del Registro Único del estudiante (Rude).
La representante de la Asociación de Trabajadoras del Hogar, Miriam Azama, expresó su preocupación porque muchas de las madres solas no se encuentran en el sistema a causa de que sus hijos llevan el apellido del padre y no hay manera de demostrar que se separaron y el Banco asume que tienen pareja.
Sandra Gonzales contó que no se encuentra en el sistema, le pidieron el documento de divorcio y contó que se separó de su pareja sin realizar ningún trámite, del Banco Unión la mandaron a la Gobernación, debe realizar una larga fila y al no poder atenderla le pidieron que “vuelva mañana”.
“Que no pongan obstáculos, si una viene es porque necesita, hay hijos que esperan en la casa, no podemos venir todo el tiempo, que no pidan tantos documentos, debería haber un solo sistema como pasó con el bono que dio la Presidenta”, reclamó.
Aliné Ochoa Gutiérrez, contó que en el Banco le exigieron que en el Rude figuren los tres apellidos, paterno, materno y el de casada, pero cuando inscribió a sus hijos no lo hicieron, además es viuda, cuenta con los certificados de matrimonio y de defunción, pero aun así no quisieron atenderla.
Sandra Gonzales Choque, 23 años, mientras hace fila para resolver problemas con sus documentos en oficinas de la Gobernación contó que tiene tres hijas, las dos primeras de siete y tres años de su primer matrimonio, y una tercera de 2 meses de su última pareja. Del primero se separó sin documentos y el segundo la abandonó, ahora tiene que lidiar sola para cuidarlas.
Vive de alquiler en un par de habitaciones en el barrio Tajibos, carretera a San Andrés, paga 600 bolivianos mensuales por ellos –incluye luz y agua- y ya tiene retraso en cancelarlos, hasta antes de la cuarentena trabajaba como ayudante de cocina en un restaurante, aún embarazada, pero apenas tuvo a la bebé debió dejar de hacerlo.
Su primera pareja le brinda una pensión de 600 bolivianos, lo justo para el alquiler, pero ahora que se quedó sin trabajo y sin dinero, bajando la mirada comentó: “en casa ya no tenemos qué comer”, agregó que tiene que salir cada día a tocar puertas para hacer limpieza, lavar ropa, hacer lo que le pidan y con lo que gana se sostiene el día a día.
María Estela Velásquez, 43 años, afirmó que tiene 43 años y lleva consigo una niña de cuatro años que, inquieta a veces se separa de su madre. “Viene conmigo a todas partes, no hay con quien dejarla”, contó a tiempo de señalar que vive en Morros Blancos como cuidadora de una casa, lo que le evita pagar alquiler. “Antes dela cuarentena era trabajadora del hogar, pero apenas empezó el problema me despidieron”, agregó.
“Soy madre soltera – contó- , ahora estoy sin sueldo, es mi única niña, debo velar por ella, no hay trabajo y pedí ayuda a mis vecinos, no tengo ingresos, ¿qué voy hacer con esta situación?, busco trabajo cada día, mis vecinos me ayudan, aunque sea con un poco de arroz, a esta altura es todo lo que hay”.
Los hijos
La trabajadora del hogar, Flora Mamani, contó que tiene dos hijos que ya son grandecitos, el primero tiene 21 años y estudiaba mecánica en un instituto, mientras que el segundo de 18 dio examen para ingresar a la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho, pero con la emergencia de la cuarentena a causa del Covid – 19, ambos deben permanecer en casa.
“Ellos dependen de mí, viven conmigo, prefiero que estudien a que trabajen – puntualizó -, estaba empleada en una casa, pero me despidieron y no me están pagando lo que me deben, comemos lo que hay, tengo conocidos que a veces me llaman para algunos trabajos por horas, otras veces tengo que salir, pero es difícil por eso del carnet, la situación está crítica, hay días que vuelvo a casa sin nada”.
Recordó que su jefa le dijo que si quiere trabajar sea cama adentro, pero no quiso dejar a sus vástagos, “no puedo hacerlo”, agregó; pero esperanzada apuntó que la próxima semana los chicos deben cobrar un bono que les toca y que eso paliará de alguna manera su situación.
Aliné Ochoa Gutiérrez viuda de Villalobos, 39 años, contó que vivía el día a día elaborando y vendiendo empanadas, su esposo falleció hace seis años, la dejó con cuatro hijos de los cuales murió el mayor porque sufría de una discapacidad, se quedó con uno de 18 años, otro de 16 y la última de 10. Todos en colegio.
“Una tiene que hacer de todo para poder ayudarlos, primero hay que subsistir, la comida no alcanza, el bono que me dieron de a poquito lo vamos gastando, para que alcance, si hay días que hay que comer solo arroz y papa, ni modo, además el dinero se va solo en las clases virtuales que deben pasar, 10 bolivianos por día en megas” contó a tiempo de contar que vive de alquiler por Monte Sud, en el barrio Buena Vista.
Burocracia en el pago del bono “Jefas del Hogar”
La Gobernación de Tarija inició este martes el pago del bono “Jefas de Hogar”, que beneficiará a más de 27.000 madres de familia de todo el departamento; sin embargo, muchas de las beneficiarias que hacían fila en oficinas de esa entidad para presentar sus reclamos se quejaron por la burocracia y la exigencia de varios documentos respaldatorios.
Según el secretario de Coordinación de la Gobernación, Waldemar Peralta, la cancelación del beneficio se hace a través del Banco Unión, el pago es único y se puede retirar hasta el mes de julio. Los requisitos para cobrar el bono son la cédula de identidad del beneficiario, una fotocopia de esta y otra del Registro Único del estudiante (Rude).
La representante de la Asociación de Trabajadoras del Hogar, Miriam Azama, expresó su preocupación porque muchas de las madres solas no se encuentran en el sistema a causa de que sus hijos llevan el apellido del padre y no hay manera de demostrar que se separaron y el Banco asume que tienen pareja.
Sandra Gonzales contó que no se encuentra en el sistema, le pidieron el documento de divorcio y contó que se separó de su pareja sin realizar ningún trámite, del Banco Unión la mandaron a la Gobernación, debe realizar una larga fila y al no poder atenderla le pidieron que “vuelva mañana”.
“Que no pongan obstáculos, si una viene es porque necesita, hay hijos que esperan en la casa, no podemos venir todo el tiempo, que no pidan tantos documentos, debería haber un solo sistema como pasó con el bono que dio la Presidenta”, reclamó.
Aliné Ochoa Gutiérrez, contó que en el Banco le exigieron que en el Rude figuren los tres apellidos, paterno, materno y el de casada, pero cuando inscribió a sus hijos no lo hicieron, además es viuda, cuenta con los certificados de matrimonio y de defunción, pero aun así no quisieron atenderla.