YPFB aclara que Brasil pagará por el gas aún no entregado
El Gobierno quiere cerrar cuanto antes la incertidumbre sobre el futuro del contrato con Brasil, que de acuerdo al texto finalizaría en julio de este año para abrir un periodo de conciliación sobre los volúmenes no entregados. Para ello mandó al frente a Óscar Barriga, el presidente de...



El Gobierno quiere cerrar cuanto antes la incertidumbre sobre el futuro del contrato con Brasil, que de acuerdo al texto finalizaría en julio de este año para abrir un periodo de conciliación sobre los volúmenes no entregados. Para ello mandó al frente a Óscar Barriga, el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos que normalmente ocupa un prudente segundo plano detrás del Ministro Luis Alberto Sánchez y que conserva cierta credibilidad entre los analistas del sector.
La cuentas del Ministerio de Hidrocarburos dicen que falta por entregar 1,7 Trillones de Pies Cúbicos de acuerdo al volumen contratado en el contrato GSA firmado en 1996, por ello, Barriga asegura que el contrato de compra y venta de gas con Brasil se extenderá hasta el año 2023 y se garantizará para el país un ingreso mensual de aproximadamente 150 millones de dólares.
“Nuestro contrato con Brasil se va extender hasta el 2022 o 2023 al régimen de nominación que se realice y se pagará ese gas al precio que esté en ese momento, o sea nuestro contrato seguirá vigente hasta el 2023 garantizando los ingresos, al precio WTI actual nos significa unos 150 millones de dólares mes, eso seguirá ingresando a YPFB”, afirmó el ejecutivo de la estatal petrolera.
Barriga sale así al frente de las declaraciones de la Agencia Nacional del Petróleo del vecino país, que aseguró exactamente lo contrario en el mismo informe en el que recomendaba a Petrobras desestimar la provisión desde Bolivia por una supuesta falta de garantías e incentivar otros operadores en Brasil; el informe viene a ser una declaración de principios del nuevo gobierno de Jair Bolsonaro, ultraliberal de puertas adentro y proteccionista de puertas afuera.
El contrato con Brasil permite comprar 30,5 millones de metros cúbicos de gas al día, aunque obliga a pagar 24. Es prácticamente la mitad de lo que se produce en el país y el contrato que más dividendos ha dado en sus 20 años de vigencia. La detención de los proyectos de industrialización no permite sustituir ingresos de venta de gas por productos manufacturados, mientras que los proyectos de exportación vía GNL se encuentran también demorados.
Barriga aclaró que el contrato con el vecino país –cuya renegociación comenzará el próximo año- termina durante la presente gestión, sin embargo el mismo documento establece que todos los volúmenes que Petrobras no haya pedido durante los últimos 20 años, deben ser entregados a partir del año 2020. “Lo que vamos a tener es una extensión de ese contrato hasta el año 2022 ó 2023 dependiendo del régimen de retiro, eso significa que si nos piden un régimen de 31 millones de metros cúbicos día ese tiempo se puede acortar, si nos solicitan un régimen de 24 que es lo normal que hoy están pidiendo, ese tiempo será 2022 ó 2023”.
Cierre de filas
La Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía (CBHE) cerró filas también con YPFB y emitió un comunicado en el que indica que “en el marco de las últimas informaciones publicadas, nos permitimos informar que el contrato de provisión de gas (GSA) Bolivia – Brasil, que comenzó su exportación el año 1999, lo hizo de forma escalonada (ramp-up) acompañando así el crecimiento del mercado de gas en Brasil y el desarrollo de la producción en Bolivia”.
“Bolivia a través de este contrato durante estos años ha entregado oportunamente, como proveedor confiable de gas, los volúmenes requeridos por el cliente, solicitud que en algunos casos estaba por encima del volumen promedio exigible y en otros por debajo. Esto quiere decir que, en los últimos años del contrato, este volumen alcanzó los 24 MMmcd (millones de metros cúbicos diarios), por lo que de acuerdo a la cláusula de toma o paga “take or pay”, todo el volumen no tomado (retirado) por Brasil, por debajo de este promedio, se pagó anticipadamente a Bolivia. En este caso, el contrato prevé la conciliación o “make up” de estos volúmenes, proceso que ya se hizo efectivo entre las partes, por lo que, no existen volúmenes pendientes de entrega sin pago. Por el contrario, el volumen remanente que todavía no fue nominado por Brasil ni entregado por Bolivia, estimado en cerca de 1,7 TCF (trillones de pies cúbicos), deberá ser comercializado conforme establece el contrato. Según estimaciones de YPFB hasta el año 2022 o 2023, dependiendo de los volúmenes de retiro”.
Barriga insiste en que Bolivia es fiable
El presidente de YPFB Óscar Barriga también insistió en la fiabilidad de Bolivia como proveedor y aseguró que es un territorio atractivo para la inversión de las transnacionales.
“En Bolivia los costos de producción son muy bajos, eso es muy importante, son estructuras naturalmente fracturadas solamente tenemos que perforar y pinchar los reservorios y producir, eso nos pone en un escenario competitivo ante cualquier otro gas producido por otro sistema”, dijo el ejecutivo de la estatal petrolera.
Óscar Barriga agregó que “tenemos nuestros gasoductos totalmente amortizados, eso significa que las tarifas de transporte son muy cómodas y estamos ubicados estratégicamente en una posición que nos permite pensar no solamente en Brasil y Argentina, nos permite pensar en Paraguay y Perú”.
La cuentas del Ministerio de Hidrocarburos dicen que falta por entregar 1,7 Trillones de Pies Cúbicos de acuerdo al volumen contratado en el contrato GSA firmado en 1996, por ello, Barriga asegura que el contrato de compra y venta de gas con Brasil se extenderá hasta el año 2023 y se garantizará para el país un ingreso mensual de aproximadamente 150 millones de dólares.
“Nuestro contrato con Brasil se va extender hasta el 2022 o 2023 al régimen de nominación que se realice y se pagará ese gas al precio que esté en ese momento, o sea nuestro contrato seguirá vigente hasta el 2023 garantizando los ingresos, al precio WTI actual nos significa unos 150 millones de dólares mes, eso seguirá ingresando a YPFB”, afirmó el ejecutivo de la estatal petrolera.
Barriga sale así al frente de las declaraciones de la Agencia Nacional del Petróleo del vecino país, que aseguró exactamente lo contrario en el mismo informe en el que recomendaba a Petrobras desestimar la provisión desde Bolivia por una supuesta falta de garantías e incentivar otros operadores en Brasil; el informe viene a ser una declaración de principios del nuevo gobierno de Jair Bolsonaro, ultraliberal de puertas adentro y proteccionista de puertas afuera.
El contrato con Brasil permite comprar 30,5 millones de metros cúbicos de gas al día, aunque obliga a pagar 24. Es prácticamente la mitad de lo que se produce en el país y el contrato que más dividendos ha dado en sus 20 años de vigencia. La detención de los proyectos de industrialización no permite sustituir ingresos de venta de gas por productos manufacturados, mientras que los proyectos de exportación vía GNL se encuentran también demorados.
Barriga aclaró que el contrato con el vecino país –cuya renegociación comenzará el próximo año- termina durante la presente gestión, sin embargo el mismo documento establece que todos los volúmenes que Petrobras no haya pedido durante los últimos 20 años, deben ser entregados a partir del año 2020. “Lo que vamos a tener es una extensión de ese contrato hasta el año 2022 ó 2023 dependiendo del régimen de retiro, eso significa que si nos piden un régimen de 31 millones de metros cúbicos día ese tiempo se puede acortar, si nos solicitan un régimen de 24 que es lo normal que hoy están pidiendo, ese tiempo será 2022 ó 2023”.
Cierre de filas
La Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía (CBHE) cerró filas también con YPFB y emitió un comunicado en el que indica que “en el marco de las últimas informaciones publicadas, nos permitimos informar que el contrato de provisión de gas (GSA) Bolivia – Brasil, que comenzó su exportación el año 1999, lo hizo de forma escalonada (ramp-up) acompañando así el crecimiento del mercado de gas en Brasil y el desarrollo de la producción en Bolivia”.
“Bolivia a través de este contrato durante estos años ha entregado oportunamente, como proveedor confiable de gas, los volúmenes requeridos por el cliente, solicitud que en algunos casos estaba por encima del volumen promedio exigible y en otros por debajo. Esto quiere decir que, en los últimos años del contrato, este volumen alcanzó los 24 MMmcd (millones de metros cúbicos diarios), por lo que de acuerdo a la cláusula de toma o paga “take or pay”, todo el volumen no tomado (retirado) por Brasil, por debajo de este promedio, se pagó anticipadamente a Bolivia. En este caso, el contrato prevé la conciliación o “make up” de estos volúmenes, proceso que ya se hizo efectivo entre las partes, por lo que, no existen volúmenes pendientes de entrega sin pago. Por el contrario, el volumen remanente que todavía no fue nominado por Brasil ni entregado por Bolivia, estimado en cerca de 1,7 TCF (trillones de pies cúbicos), deberá ser comercializado conforme establece el contrato. Según estimaciones de YPFB hasta el año 2022 o 2023, dependiendo de los volúmenes de retiro”.
Barriga insiste en que Bolivia es fiable
El presidente de YPFB Óscar Barriga también insistió en la fiabilidad de Bolivia como proveedor y aseguró que es un territorio atractivo para la inversión de las transnacionales.
“En Bolivia los costos de producción son muy bajos, eso es muy importante, son estructuras naturalmente fracturadas solamente tenemos que perforar y pinchar los reservorios y producir, eso nos pone en un escenario competitivo ante cualquier otro gas producido por otro sistema”, dijo el ejecutivo de la estatal petrolera.
Óscar Barriga agregó que “tenemos nuestros gasoductos totalmente amortizados, eso significa que las tarifas de transporte son muy cómodas y estamos ubicados estratégicamente en una posición que nos permite pensar no solamente en Brasil y Argentina, nos permite pensar en Paraguay y Perú”.