Matadero Municipal usa hasta 100.000 litros de agua por día
El matadero municipal en las fechas de mayor trabajo llega a faenar entre 60 y 70 cabezas de ganado por día y para ellos utiliza hasta 100 mil litros de agua que expulsa hacia la quebrada Cabeza de Toro y de este lugar se dirige la Río Guadalquivir, informó su director Julio César Rodríguez...



El matadero municipal en las fechas de mayor trabajo llega a faenar entre 60 y 70 cabezas de ganado por día y para ellos utiliza hasta 100 mil litros de agua que expulsa hacia la quebrada Cabeza de Toro y de este lugar se dirige la Río Guadalquivir, informó su director Julio César Rodríguez Torrez. Por hacerse una idea, una persona en una ducha de cinco minutos consumimos entre 60 y 90 litros de agua.
Faena
“Nosotros desechamos una cantidad considerable de agua diariamente cuando existe faena –apuntó-, entre 70.000 a 100.000 litros por día y el agua sale con desechos grasos, sangre y partes ruménicas que no se pueden recuperar cuando se hacen la limpieza de las salas de faena”.
Dependiendo del día y la ocasión la cantidad de ganado varía, existen fechas que escasean, otros llegan a entre 30 a 40 cabezas y aumenta cuando hay fiestas regionales y generalmente a partir de la primavera se incrementa el servicio.
Anualmente recaudan alrededor de dos millones de bolivianos por este concepto, pero no son suficientes para el mantenimiento de la entidad por lo que tienen un presupuesto aprobado por el Gobierno Municipal a través de transferencias que reciben cada gestión.
Contó que a futuro la idea es que sea autosostenible.
Por estas razones, apuntó sobre la importancia y necesidad de contar con una planta de tratamiento de aguas residuales para mitigar el impacto ambiental y resolver el tema de la evacuación de los líquidos y sólidos, recuperar el agua para que sea destinada a riego de sembradíos o los jardines de la ciudad.
También permitirá recuperar mejor los deshechos en base a los cuales producir abono orgánico para poder comercializarlo. Actualmente lo que se genera es utilizado por Ornato Público del Gobierno Municipal para la producción de plantines que son sembrados en los espacios públicos.
“Pensamos ofrecer ese servicio a la ciudadanía y a los agricultores para que compren este producto y ayudará a encontrar un punto de equilibrio entre el gasto y el ingreso”, sostuvo y afirmó que también permitirá iniciar otros emprendimientos industriales.
Por ejemplo, indicó, un matadero de pollos que permita cubrir la demanda “insatisfecha” en este rubro con la capacidad de atender hasta cinco mil aves por día, cifra que se triplicaría en los días de fiesta.
Recordó que en 2016 las autoridades del municipio y el alcalde Rodrigo Paz Pereira expresaron su preocupación por la cantidad de líquido que se desechaba, porque si bien el sistema de alcantarillado permite retener los residuos sólidos y se instalaron una fosa de decantación y dos lagunas de sedimentación con los cuales se mitigó el impacto ambiental, se continua contaminando.
De esta manera se concluyó en la intención de instalar una planta de tratamiento de aguas residuales y con este motivo se contrató a profesionales con experiencia para que diseñaran el proyecto para el cual actualmente se buscan fuentes de financiamiento.
En 2014 el Matadero fue clausurado
Técnicos e inspectores del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) distrital Tarija, procedieron en 2014 a la clausura temporal del Matadero Municipal debido al incumplimiento de la normativa sanitaria vigente por parte de sus administradores, luego de que fuera notificado en reiteradas ocasiones para su adecuación a las exigencias establecidas para mataderos de tercera categoría.
Después de muchas inspecciones y firmas de compromisos de los encargados del Matadero, los técnicos del Senasag argumentaron en esa oportunidad que el frigorífico clausurado presentaba muchas deficiencias como la existencia de vehículos dispersos en el predio, porcinos colgados y chocando con el suelo, personas ajenas sellando la carne, manipulación de vísceras en condiciones sanitarias inadecuadas y la sala de cueros empleada como garaje.
Tampoco se identificaba el área exclusiva de almacenaje de carne, las plataformas de trabajo no reunían las condiciones higiénicas y el material metálico que se utilizaba había cumplido con su vida útil, pero lo más grave era que no existía un veterinario acreditado para realizar la inspección del proceso de faenado.
Faena
“Nosotros desechamos una cantidad considerable de agua diariamente cuando existe faena –apuntó-, entre 70.000 a 100.000 litros por día y el agua sale con desechos grasos, sangre y partes ruménicas que no se pueden recuperar cuando se hacen la limpieza de las salas de faena”.
Dependiendo del día y la ocasión la cantidad de ganado varía, existen fechas que escasean, otros llegan a entre 30 a 40 cabezas y aumenta cuando hay fiestas regionales y generalmente a partir de la primavera se incrementa el servicio.
Anualmente recaudan alrededor de dos millones de bolivianos por este concepto, pero no son suficientes para el mantenimiento de la entidad por lo que tienen un presupuesto aprobado por el Gobierno Municipal a través de transferencias que reciben cada gestión.
Contó que a futuro la idea es que sea autosostenible.
Por estas razones, apuntó sobre la importancia y necesidad de contar con una planta de tratamiento de aguas residuales para mitigar el impacto ambiental y resolver el tema de la evacuación de los líquidos y sólidos, recuperar el agua para que sea destinada a riego de sembradíos o los jardines de la ciudad.
También permitirá recuperar mejor los deshechos en base a los cuales producir abono orgánico para poder comercializarlo. Actualmente lo que se genera es utilizado por Ornato Público del Gobierno Municipal para la producción de plantines que son sembrados en los espacios públicos.
“Pensamos ofrecer ese servicio a la ciudadanía y a los agricultores para que compren este producto y ayudará a encontrar un punto de equilibrio entre el gasto y el ingreso”, sostuvo y afirmó que también permitirá iniciar otros emprendimientos industriales.
Por ejemplo, indicó, un matadero de pollos que permita cubrir la demanda “insatisfecha” en este rubro con la capacidad de atender hasta cinco mil aves por día, cifra que se triplicaría en los días de fiesta.
Recordó que en 2016 las autoridades del municipio y el alcalde Rodrigo Paz Pereira expresaron su preocupación por la cantidad de líquido que se desechaba, porque si bien el sistema de alcantarillado permite retener los residuos sólidos y se instalaron una fosa de decantación y dos lagunas de sedimentación con los cuales se mitigó el impacto ambiental, se continua contaminando.
De esta manera se concluyó en la intención de instalar una planta de tratamiento de aguas residuales y con este motivo se contrató a profesionales con experiencia para que diseñaran el proyecto para el cual actualmente se buscan fuentes de financiamiento.
En 2014 el Matadero fue clausurado
Técnicos e inspectores del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) distrital Tarija, procedieron en 2014 a la clausura temporal del Matadero Municipal debido al incumplimiento de la normativa sanitaria vigente por parte de sus administradores, luego de que fuera notificado en reiteradas ocasiones para su adecuación a las exigencias establecidas para mataderos de tercera categoría.
Después de muchas inspecciones y firmas de compromisos de los encargados del Matadero, los técnicos del Senasag argumentaron en esa oportunidad que el frigorífico clausurado presentaba muchas deficiencias como la existencia de vehículos dispersos en el predio, porcinos colgados y chocando con el suelo, personas ajenas sellando la carne, manipulación de vísceras en condiciones sanitarias inadecuadas y la sala de cueros empleada como garaje.
Tampoco se identificaba el área exclusiva de almacenaje de carne, las plataformas de trabajo no reunían las condiciones higiénicas y el material metálico que se utilizaba había cumplido con su vida útil, pero lo más grave era que no existía un veterinario acreditado para realizar la inspección del proceso de faenado.