Calidad de agua en el Chaco: permisible pero no aceptable
La situación del agua en el Chaco es muy crítica, un estudio realizado en comunidades indígenas Weenhayek que se encuentran entre el municipio de Villa Montes y la frontera con Argentina y Paraguay develó que el agua que consumen, que proviene de pozos profundos, está contaminada, lo que...



La situación del agua en el Chaco es muy crítica, un estudio realizado en comunidades indígenas Weenhayek que se encuentran entre el municipio de Villa Montes y la frontera con Argentina y Paraguay develó que el agua que consumen, que proviene de pozos profundos, está contaminada, lo que provoca en los niños enfermedades diarreicas, aunque a los adultos ya no les afecta.
Sabor
El técnico responsable de Agua del Centro de Estudios Regionales de Tarija (Cerdet), Never Espíndola Mogro, que fue miembro del equipo de investigación, explicó que se tomó una muestra en diez comunidades indígenas que conviven con otras campesinas y ganaderas, que comparten la misma agua subterránea.
En esos lugares, sostuvo, cuanto más se alejan de Villa Montes y se acercan a la frontera con Argentina y Paraguay el líquido elemento es más salado porque tiene mayor presencia de sulfatos, mientras que por las cercanías de esta población es más potable.
Ese sabor se debe a la presencia de manganeso y eso hace que los niños presenten enfermedades diarreicas y dolores de estómago; sin embargo, a la gente adulta que la consume ya no les causa nada porque están acostumbradas, pero los que la toman por primera vez puede influir en su salud.
Las comunidades cercanas más afectadas son: Sausal, Tres Moras y San Bernardo, tienen mayor presencia de sal y manganeso en sus aguas, lo que le da un sabor amargo. Se mandó las muestras a un reconocido laboratorio de Santa Cruz y los resultados coincidieron con la opinión de los indígenas entrevistados sobre el gusto de líquido elemento y que les causaba diarrea.
Otra de las características es que es más “sucia”, esto sucede porque al salir al exterior sus componentes provocan que se torne marrón, como “chocolatada”. “En el Chaco, no en todas las comunidades es agua potable, pero en su generalidad es apta para el consumo humano, están bajo los rangos permitidos, pero hay que mejorar, hay que darle calidad al agua para todos los habitantes de esa región”.
Existen resultados que están por encima de los rangos normales, afirmó, pero que se les puede dar solución como hervir el agua, filtrarla, en ese sentido “los parámetros son permisibles, pero no aceptables, solo en tres comunidades es potable, en La Misión, que es un barrio de Villa Montes, en Tres Pozos y otra cuyo nombre no recuerdo”.
Puntualizó que las diez comunidades están en Tierras Comunitarias de Origen (TCO) Weenhayek que va de Villa Montes hasta la frontera con Paraguay, en el margen derecho del río Pilcomayo y otra que se encuentra hacia Yacuiba.
Propuso como solución la construcción de cisternas de agua en esos lugares porque la investigación arrojó valores mínimos en este tipo de almacenamiento, con mejor sabor, menos contenidos de sales y manganeso, cada una tiene un valor de ocho mil bolivianos y tiene una capacidad de 16 mil litros con un sistema hermético y su propia bomba automática.
El río Pilcomayo también sufre de contaminación
Hay un monitoreo continuo que hace la Oficina Técnica Nacional de los Ríos Pilcomayo y Bermejo (OTN-PB) y sus resultados señalan que los niveles de contaminación se encuentran aún permisibles, el impacto de la actividad minera en la zona alta todavía no afecta el aprovechamiento de la actividad ictícola, el riego para la producción agrícola y ganadera, los niveles aún no son preocupantes, apuntó el técnico del Cerdet, Milton Borda.
Recordó que hace cuatro años hicieron un estudio del Pilcomayo a raíz de que hubo un sifonamiento de un dique de colas en la serranía de Potosí, que es la zona fuerte de extracción y causo una mucha preocupación en la población de la zona media de la Cuenca del Pilcomayo, que es Villa Montes y el ingreso a territorio argentino y paraguayo, porque empezaba la temporada de pesca.
Los resultados daban índices altos de contaminación en las cercanías de la serranía potosina donde ocurrió el derrame, pero desde la frontera entre Chuquisaca y Tarija hasta los puntos de muestreo que se conectan con Argentina y Paraguay las cifras bajaron de golpe, los niveles y porcentajes estaban dentro del marco permitido.
“La presencia de sulfatos y nitratos estaban dentro de los rangos permisibles, entonces eso nos daba tranquilidad de que ese desastre no haya afectado la pesca en ese momento”, afirmó.
[gallery ids="70904,70905"]
Sabor
El técnico responsable de Agua del Centro de Estudios Regionales de Tarija (Cerdet), Never Espíndola Mogro, que fue miembro del equipo de investigación, explicó que se tomó una muestra en diez comunidades indígenas que conviven con otras campesinas y ganaderas, que comparten la misma agua subterránea.
En esos lugares, sostuvo, cuanto más se alejan de Villa Montes y se acercan a la frontera con Argentina y Paraguay el líquido elemento es más salado porque tiene mayor presencia de sulfatos, mientras que por las cercanías de esta población es más potable.
Ese sabor se debe a la presencia de manganeso y eso hace que los niños presenten enfermedades diarreicas y dolores de estómago; sin embargo, a la gente adulta que la consume ya no les causa nada porque están acostumbradas, pero los que la toman por primera vez puede influir en su salud.
Las comunidades cercanas más afectadas son: Sausal, Tres Moras y San Bernardo, tienen mayor presencia de sal y manganeso en sus aguas, lo que le da un sabor amargo. Se mandó las muestras a un reconocido laboratorio de Santa Cruz y los resultados coincidieron con la opinión de los indígenas entrevistados sobre el gusto de líquido elemento y que les causaba diarrea.
Otra de las características es que es más “sucia”, esto sucede porque al salir al exterior sus componentes provocan que se torne marrón, como “chocolatada”. “En el Chaco, no en todas las comunidades es agua potable, pero en su generalidad es apta para el consumo humano, están bajo los rangos permitidos, pero hay que mejorar, hay que darle calidad al agua para todos los habitantes de esa región”.
Existen resultados que están por encima de los rangos normales, afirmó, pero que se les puede dar solución como hervir el agua, filtrarla, en ese sentido “los parámetros son permisibles, pero no aceptables, solo en tres comunidades es potable, en La Misión, que es un barrio de Villa Montes, en Tres Pozos y otra cuyo nombre no recuerdo”.
Puntualizó que las diez comunidades están en Tierras Comunitarias de Origen (TCO) Weenhayek que va de Villa Montes hasta la frontera con Paraguay, en el margen derecho del río Pilcomayo y otra que se encuentra hacia Yacuiba.
Propuso como solución la construcción de cisternas de agua en esos lugares porque la investigación arrojó valores mínimos en este tipo de almacenamiento, con mejor sabor, menos contenidos de sales y manganeso, cada una tiene un valor de ocho mil bolivianos y tiene una capacidad de 16 mil litros con un sistema hermético y su propia bomba automática.
El río Pilcomayo también sufre de contaminación
Hay un monitoreo continuo que hace la Oficina Técnica Nacional de los Ríos Pilcomayo y Bermejo (OTN-PB) y sus resultados señalan que los niveles de contaminación se encuentran aún permisibles, el impacto de la actividad minera en la zona alta todavía no afecta el aprovechamiento de la actividad ictícola, el riego para la producción agrícola y ganadera, los niveles aún no son preocupantes, apuntó el técnico del Cerdet, Milton Borda.
Recordó que hace cuatro años hicieron un estudio del Pilcomayo a raíz de que hubo un sifonamiento de un dique de colas en la serranía de Potosí, que es la zona fuerte de extracción y causo una mucha preocupación en la población de la zona media de la Cuenca del Pilcomayo, que es Villa Montes y el ingreso a territorio argentino y paraguayo, porque empezaba la temporada de pesca.
Los resultados daban índices altos de contaminación en las cercanías de la serranía potosina donde ocurrió el derrame, pero desde la frontera entre Chuquisaca y Tarija hasta los puntos de muestreo que se conectan con Argentina y Paraguay las cifras bajaron de golpe, los niveles y porcentajes estaban dentro del marco permitido.
“La presencia de sulfatos y nitratos estaban dentro de los rangos permisibles, entonces eso nos daba tranquilidad de que ese desastre no haya afectado la pesca en ese momento”, afirmó.
[gallery ids="70904,70905"]