Alerta en Tarija por el aumento de casos de violación a mujeres
Las organizaciones que luchan contra la violencia hacia las mujeres se encuentran alertas por el número de violaciones que se produjeron en el primer semestre del año en Tarija, 86 casos que la ubican en cuarto lugar, luego de Cochabamba, Santa Cruz y La Paz, según la Fiscalía General del...



Las organizaciones que luchan contra la violencia hacia las mujeres se encuentran alertas por el número de violaciones que se produjeron en el primer semestre del año en Tarija, 86 casos que la ubican en cuarto lugar, luego de Cochabamba, Santa Cruz y La Paz, según la Fiscalía General del Estado Plurinacional de Bolivia.
La información emitida a principios de julio de este año señala que en el país se registraron 726 casos de violación, 186 sucedieron en La Paz, 168 en Santa Cruz, 94 en Cochabamba, 86 en Tarija, 55 en Chuquisaca, 45 en Oruro, una cifra similar en Beni, 30 en Potosí y 17 en Pando.
Iceberg
La integrante de la Red Contra la Violencia a las Mujeres, Mariel Paz, apuntó que se debe estar consciente de que las cifras oficiales registradas son apenas la punta de un “iceberg” y que ocultan por lo menos el triple de casos, entonces ese número con toda certeza oculta muchísimas más situaciones de violencia sexual que no son denunciadas.
Lamentó que Bolivia carezca de estadísticas, de estudios de línea base, por lo que no se tiene una forma objetiva de saber si la violencia sexual aumentó, disminuyó o simplemente se visibiliza más.
“No hay forma objetiva y estadística de saberlo porque no tenemos cifras anteriores oficiales que podamos contrastarlas con las actuales”, subrayó.
Sin embargo, sostuvo que en el caso de la violencia sexual a niños y niñas, estas se denuncian más que antes, porque hay una mayor incidencia en la difusión de sus derechos, mayor conciencia de la sociedad, de las familias, de educadores sobre este delito que no se puede encubrir, a causa de una mayor promoción de los derechos humanos de la niñez.
La responsable del Equipo de Comunicación Alternativa con Mujeres (Ecam), Peky Rubín de Celis, también considera que la cifra es muy alta para el departamento por la cantidad poblacional que se tiene y muestra a una sociedad conservadora y machista.
“Así como se han visibilizado los hechos de violación, los casos también han aumentado, son situaciones de violencia sexual que siempre se han dado –explicó-, solo que han estado encubiertas, calladas, legitimadas muchas veces, no reconocidas, porque estas cifras también hablan de una sociedad en la que se naturalizan estos hechos”.
Apuntó que las redes sociales en su mal uso exacerban las diferencias y privilegios de género, en lo sexual, en lo erótico, sumado a una falta de formación que no se da en los hogares, mucho menos en las escuelas “por falsas posiciones conservadoras que en realidad lo único que hacen es aumentar esas cifras”.
Entretanto, la responsable de la Secretaría de la Mujer y la Familia del Gobierno Municipal, Patricia Paputsakis, sostuvo que hay más incidencia de las denuncias y que a partir de la socialización de la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia N° 348, la defensa de las poblaciones vulnerables ha sido mucho más intensiva, se ha podido llegar a zonas rurales y del área dispersa de la ciudad.
“Los casos se están visibilizando más, en el 2015 hicimos un estudio que arrojaba que solo el 30 por ciento de los hechos de violencia se denunciaban, ahora podemos decir que ese número ha aumentado porque existen instituciones como el Servicio Legal Integral Municipal que reciben las denuncias, siempre hemos dicho que hace falta una priorización por parte del Estado, fortalecer los juzgados y la justicia de manera integral”, recomendó.
Con violencia se quiere “corregir” a las mujeres
“Se ha exacerbado lo sexual, pero también la diferencia genérica, la supremacía masculina, la violencia hacia la mujer es justamente como una arremetida al movimiento femenino que es un fenómeno mundial porque la violación, el feminicidio, estas formas extremas de violencia son, al final de cuentas, formas correctoras a las mujeres para que vuelvan a sus roles de sometimiento, de subyugación, sin ninguna clase de derechos”, protestó la responsable del Ecam, Peki Rubín de Celis.
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La información emitida a principios de julio de este año señala que en el país se registraron 726 casos de violación, 186 sucedieron en La Paz, 168 en Santa Cruz, 94 en Cochabamba, 86 en Tarija, 55 en Chuquisaca, 45 en Oruro, una cifra similar en Beni, 30 en Potosí y 17 en Pando.
Iceberg
La integrante de la Red Contra la Violencia a las Mujeres, Mariel Paz, apuntó que se debe estar consciente de que las cifras oficiales registradas son apenas la punta de un “iceberg” y que ocultan por lo menos el triple de casos, entonces ese número con toda certeza oculta muchísimas más situaciones de violencia sexual que no son denunciadas.
Lamentó que Bolivia carezca de estadísticas, de estudios de línea base, por lo que no se tiene una forma objetiva de saber si la violencia sexual aumentó, disminuyó o simplemente se visibiliza más.
“No hay forma objetiva y estadística de saberlo porque no tenemos cifras anteriores oficiales que podamos contrastarlas con las actuales”, subrayó.
Sin embargo, sostuvo que en el caso de la violencia sexual a niños y niñas, estas se denuncian más que antes, porque hay una mayor incidencia en la difusión de sus derechos, mayor conciencia de la sociedad, de las familias, de educadores sobre este delito que no se puede encubrir, a causa de una mayor promoción de los derechos humanos de la niñez.
La responsable del Equipo de Comunicación Alternativa con Mujeres (Ecam), Peky Rubín de Celis, también considera que la cifra es muy alta para el departamento por la cantidad poblacional que se tiene y muestra a una sociedad conservadora y machista.
“Así como se han visibilizado los hechos de violación, los casos también han aumentado, son situaciones de violencia sexual que siempre se han dado –explicó-, solo que han estado encubiertas, calladas, legitimadas muchas veces, no reconocidas, porque estas cifras también hablan de una sociedad en la que se naturalizan estos hechos”.
Apuntó que las redes sociales en su mal uso exacerban las diferencias y privilegios de género, en lo sexual, en lo erótico, sumado a una falta de formación que no se da en los hogares, mucho menos en las escuelas “por falsas posiciones conservadoras que en realidad lo único que hacen es aumentar esas cifras”.
Entretanto, la responsable de la Secretaría de la Mujer y la Familia del Gobierno Municipal, Patricia Paputsakis, sostuvo que hay más incidencia de las denuncias y que a partir de la socialización de la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia N° 348, la defensa de las poblaciones vulnerables ha sido mucho más intensiva, se ha podido llegar a zonas rurales y del área dispersa de la ciudad.
“Los casos se están visibilizando más, en el 2015 hicimos un estudio que arrojaba que solo el 30 por ciento de los hechos de violencia se denunciaban, ahora podemos decir que ese número ha aumentado porque existen instituciones como el Servicio Legal Integral Municipal que reciben las denuncias, siempre hemos dicho que hace falta una priorización por parte del Estado, fortalecer los juzgados y la justicia de manera integral”, recomendó.
Con violencia se quiere “corregir” a las mujeres
“Se ha exacerbado lo sexual, pero también la diferencia genérica, la supremacía masculina, la violencia hacia la mujer es justamente como una arremetida al movimiento femenino que es un fenómeno mundial porque la violación, el feminicidio, estas formas extremas de violencia son, al final de cuentas, formas correctoras a las mujeres para que vuelvan a sus roles de sometimiento, de subyugación, sin ninguna clase de derechos”, protestó la responsable del Ecam, Peki Rubín de Celis.
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