La pícara copla chapaca, una tradición en riesgo
La copla chapaca sin importar la temporada en que se la interpreta, expresa alegría, amor, penas e incluso orgullo del hombre y la mujer que habita en el área rural; es parte fundamental de la identidad cultural. Así define Celedonio Camacho Jerez, costumbrista e intérprete de instrumentos...
La copla chapaca sin importar la temporada en que se la interpreta, expresa alegría, amor, penas e incluso orgullo del hombre y la mujer que habita en el área rural; es parte fundamental de la identidad cultural. Así define Celedonio Camacho Jerez, costumbrista e intérprete de instrumentos típicos de la región.
En entrevista con El País eN, Celedonio Camacho, refirió que en el valle central de Tarija se interpreta al menos nueve tonadas diferentes al año, según el calendario folklórico chapaco, cada una con su particularidad. Sin embargo, esta música corre el riesgo de desaparecer por la invasión de otros ritmos modernos y la falta de apoyo de las instituciones y autoridades, para preservarla.
Camacho ganó varios reconocimientos, certificados y premios por interpretar coplas y tocar el erque, por lo que no descarta publicar un cancionero, con el nombre “Las mil coplas chapacas”, donde se prevé plasmar la historia de la copla y coplas de su autoría, según cada temporada del año.
“En la copla uno desembucha, lo que siente, por ejemplo mi padre contaba que mi abuelo cuando se iba a tabear, a veces se llegaba a discutir, pero luego con una copla o contrapunto se superaba las diferencias (…)”, rememora.
Camacho vive en la comunidad de Coimata, es promesante chuncho desde hace 40 años, se destacó en varios concursos de coplas en Tarija, entre ellos el Yambuy Coplero, en la categoría contrapuntos y el primer premio en solistas. En su tiempo libre se dedica a cultivar su huerta, donde se produce flores.
El País eN (EP): ¿Cuál es la inspiración para la letra de las coplas, toda vez que no había un cancionero?
Celedonio Camacho (CC): Aunque muchos campesinos antes no sabíamos leer ni escribir, ellos se daban modos y mantenían en su memoria las letras. La copla chapaca tiene mucha rima, y generalmente la letra salía entre chiste y chiste, así se expresaba su sentir. Antes la gente no necesitaba cancioneros, que ahora los veo por ahí. Antes se cantaba con afecto, con amor, hasta para enamorarse. De ahí he ido aprendiendo las tonadas de mis ancestros.
EP:¿Cuántas tonadas forman parte del calendario de música típica de Tarija?
CC: En el valle central de Tarija tenemos nueve tonadas al año. Empezamos con Año Nuevo, Carnaval, Pascua, La Cruz, Corpus, Santiago, San Roque, Rosario, Navidad o San Blas, cada una con su particularidad. Pero hay algunas modificaciones en el tono en lugares o comunidades, por ejemplo cantamos la misma tonada desde El Rosal hasta Turumayo y Junacas. Pero donde cambia un poco es Pinos, San Andrés, es con otro tono, aunque sea La Cruz, también pasa los mismo en Avilés, su propio tono. Padcaya tiene un similar tono con la de Méndez y Cercado. Algunos copleros le agregan el remate, pero creo que la cultura de las coplas está más arraigada en el valle central.
Hay otra variación en la zona alta, por ejemplo los paicheños que son querendones de su tradición tiene su identidad. Por otro lado, en la región del Chaco, incluido Entre Ríos, tiene una sola tonada todo el año, pero no se asemeja a las variaciones del valle central.
EP: ¿Qué expresa la copla chapaca en sus diferentes variaciones de tonadas y calendario?
CC: En la copla chapaca, sin importar su calendario, se expresa alegría, agradecimiento, amor, penas, incluso orgullo de ser chapaco. Es nuestra identidad cultural. En la copla uno “desembucha”, lo que siente, por ejemplo mi padre contaba que mi abuelo cuando se iba a tabear, a veces se llegaba a discutir, pero luego con una copla o contrapunto se llegaba a superar esos percances, porque se decía, vení vamos a contar y así pasaba todo.
Si bien, ahora hay muchos que quieren aprender en la Escuela de Música, y sin quitar su mérito a la escuela, no hay esa chispa y picardía que tenía antes el campesino chapaco. Le falta picardía y por más que el alumno aprenda la tonada no es lo mismo. Por ejemplo, yo charlo con alumnos de erque de la Escuela de Música y si han escuchado tocar a un erquero, sólo tocan ese punto y no es así. Yo soy erquero, tengo un casete grabado, pero yo aprendí a tocar cuidando las vacas y una vez que se da tonada al erque, luego se va sacando los puntos y notas de uno y otro erquero, los junté y ahí salió mi punto que yo tengo que tocar.
EP: ¿Qué copla corresponde a esta temporada, recuerda alguna?
CC: En esta temporada se canta Corpus, por ejemplo hay una copla que dice:
Quien ha dicho que lo ajeno,
no se puede gozar.
Sabiendo sobrellevar
se goza mejor que el dueño.
Otra más picaresca:
Al pasar por una laguna
casi me muero de risa,
de ver un sapo con tanga
y una rana si camisa.
EP: ¿Dónde aprendió usted ese calendario de coplas que identifica en el valle central?
CC: Mis conocimientos vienen desde mis ancestros. Antes había las chicherías, donde iba la gente a cantar sus coplas propias, y así entre ellos se intercambiaba las coplas según la temporada. No había cumbias, ni la música que ahora escuchan los jóvenes. Entonces en la época de Carnaval por ejemplo se adornaba el erque y en cada chichería había hasta cinco erqueros, ahí se empezaba a cantar las coplas, hombres y mujeres. Así en cada fiesta se iba cambiando de tonada y aprendiendo las coplas. Éramos querendones de nuestras cosas, costumbres y desde ahí se nos ha ido pegando los tonos, las letras y sale la inspiración.
Hasta los pájaros cambian de tonada por temporada del año, unos cantan desde Todos Santos hasta la Pascua, y en el frio los pájaros dejan de cantar. Los campesinos que sabemos de estas cosas somos los mismos, uno desde chico escuchaba las coplas las tonadas, las costumbres y así uno se va formando. Aunque Erquiz ahora no está lejos, antes iba un camión a las cuatro de la mañana a recoger los pasajeros y volvían en la tarde, en espacios como esos compartíamos las coplas.
EP: Si bien la copla es una herencia ¿Desde cuándo usted canta y compone coplas?
CC: Con el paso de los años, he aprendido muchas coplas, incluso he compuesto coplas para el calendario musical del valle central, pero a pesar del paso de los años hay coplas que no dejan de ser muy buenas porque expresan mucho cariño, amor y otras son especiales para Santos. Es una forma de expresar en el campo, principalmente.
Yo con orgullo digo que desde chico (16 años) aprendí esta música de mis abuelos Marcelino Camacho y Benito Jerez, ellos contaban como era esta costumbre y así paso de nuestra generación. Espero que mis hijos y nietos sigan con esta tradición. He recibido varios reconocimientos y certificados de primer, segundo y tercer nivel por cantar coplas y componer, y ése es el orgullo que uno tiene de ser chapaco.
EP: ¿Usted llegó a recopilar sus coplas en algún cancionero?
CC: No he podido escribir en un libro, pero tengo ahí unas cuantas coplas. Quiero darme tiempo y sacar un cancionero que se complementará con un poco de historia de nuestra cultura y música. Dejar escrito algo porque somos pasajeros de este mundo y ojalá el material que deje pueda servir a otras generaciones.
Espero sacar un día mi cancionero, con el nombre “Las mil coplas chapacas”, porque creo que tengo ese número para hacer un cancionero completo con las nueve tonadas que se cantan en el valle central.
En tanto, voy a seguir insistiendo a las autoridades para que puedan darle una vez a la semana una hora de música en cada colegio de las comunidades para que nuestras tradiciones y música se puedan seguir repitiendo y preservando. Hay tradiciones que aún persisten por ejemplo en Coimata el 13 de junio tenemos la fiesta patronal, también la fiesta de San Isidro en Erquiz, pero si va a estas fiesta se escucha muy poco cantar a los jóvenes.
EP: ¿Cómo ve la juventud del campo, mantienen las coplas?
CC: Lamentablemente se está perdiendo, y muchas veces lo dije, lo que está echando a perder es el celular con la música que salió ahora. Además los jóvenes e incluso los padres, ya no quieren ser del campo. Veo que los jóvenes tienen vergüenza, y en las escuelas no se está enseñando las coplas, nuestra música. Son pocos los que quieren cantar coplas. Hay algunos niños que si pero falta darles una afinadita, por ejemplo tengo un nieto que canta biensísimo, ojalá pueda seguir porque siempre trato de inculcarle que, puede ser presidente, futbolista o buen profesional, pero cantar coplas es parte de la identidad del chapaco.
Por ejemplo he hablado con el alcalde de San Lorenzo, para que por lo menos en las horas de música que se dan en las escuelas y colegios, contraten a gente conocedora de nuestra música para un lunes, un día puede ser en Coimata, otro en Erquiz y otros municipios o comunidades para que siga la costumbre y de ahí va haber alguien que va continuar en cada acto cívico. Yo proponía que cada lunes a los colegios deberían ir las mujeres vestidas de chapacas y los hombres con ojotas y pantalón como era antes. Esto para enseñar a las nuevas generaciones qué es la pollera, la blusa, el sombrero y la demás vestimenta típica.
Aunque hoy en día, apenas nos acordamos para el Carnaval, el 15 de abril o cuando llega una embajada del Japón llevan unos cuatro a zapatear vestidos de chapacos y eso es todo.
EP: ¿Se apoya a la música tradicional en Tarija?
CC: Se ve que las autoridades apoyan al fútbol y otras áreas, pero no hay quién apoye a la música nuestra como las coplas, o alguien que apoye a nuestros niños y jóvenes para que les enseñe o motive a mantener viva esta tradición tan propia de Tarija. Creo que la cultura nuestra está totalmente caída, antes por Erquiz, Coimata y comunidades vecinas, la gente iba por la chicha y cantaba las coplas, pero ahora ya ni se hace la chicha, si bien antes daba trabajo ahora ya ni se vende. La gente va a comprar una medida de chicha, luego consume su vino y soda o cerveza, por eso a la gente no le queda ganas de preparar.
Esperamos que las autoridades se abran a recibir proyectos o fijar una política para recuperar nuestras costumbres.
Hay la dirección de cultura en el Gobierno Departamental y en los municipios, pero no sé a qué se dedican, veo que cuando llegan delegaciones o hay actos muestran algunas cosas, pero no apoyan lo más valioso y sencillo en el tema cultural.
EP: ¿Cuál es su contribución para preservar las coplas?
CC: Yo no enseño en ninguna escuela, pero en la época de Carnaval, algunos alumnos y profesores me buscan para que les escriba coplas, porque les dan tarea a los estudiantes. Siempre agradezco su preferencia porque yo nunca he cobrado por eso. Mas bien voy a insistir para que las escuelas y autoridades puedan tomar en cuenta el calendario musical de las coplas y así se pueda promover esta música que es nuestra identidad. Sería bueno por ejemplo que se designe una copla por comunidad, y podemos avanzar en nueve comunidades en un año.
EP: Finalmente, ¿Qué mensaje deja a los jóvenes y niños respecto a la música regional y en especial las coplas?
CC: No me voy a cansar de decir, que desde los asambleístas, concejales, autoridades como el Alcalde y Gobernador, etc. que apoyen la cultura y nuestras tradiciones. He escuchado que hay una ley de la cueca, ojalá se haga una ley para la copla chapaca pero no solamente quede en papeles sino que se promueva su esta música y las nuevas generaciones puedan seguir cantando.
Sólo basta ver la diferencia que hay entre una mujer que baila en ballet y una mujer del campo, es mejor bailadora la gente del campo que los jóvenes de ballet. Es como digo, suena mi erque y los pies solitos se mueven.
Ojalá se ponga unos pesos desde los municipios para promover nuestra música, yo llevo en esto más de 40 años y veo que aún se puede recuperar el espacio de la copla.
Calendario folklórico del valle central
Las coplas y tonadas chapacas son un rasgo cultural propio de Tarija, caracterizan cada festividad marcada por el calendario folklórico chapaco que distingue y marcan el ritmo de festividades que esencialmente tienen su raíz en el Santoral Católico.
La copla es la letra y música que el campesino o chapaco compone, y la tonada es la musicalización de la copla, ellas tienen varias distinciones, respecto a la zona en las que se canten así como la época en la que se encuentren, lo que determina la ocasión. Así define Mónica Sánchez Fernández en su blog Siempre Tarija.
Sánchez también detalla el calendario folklórico de la copla desde Año Nuevo hasta Todos Santos.
Se interpreta la tonada de Todos los Santos, desde noviembre hasta que llega Carnaval, en este tiempo alberga otras festividades menores como: San Plácido, San Andrés, Santa Bárbara, Navidad, Año Nuevo, que no exigen remate que es una pequeña copla graciosa al final de la interpretación, mucho depende del coplero o coplera para su colocación.
El Carnaval, cuya entonación es una de las más conocidas en la región, aunque existen muchas otras que también pertenecen a esta época.
La Pascua, en esta época la mayoría de las interpretaciones lleva necesariamente un remate, excepto en la zona de la provincia Méndez donde las copleras y copleros repiten el último verso a modo de remate.
Corpus Christi es una de las épocas más cortas, aproximadamente 40 días en los que su interpretación no exige remate, pero que dependiendo del coplero o coplera se puede incluir.
En tanto, las tonadas de fiesta pasado Corpus Christi y pasadas también todas las cosechas al campesino chapaco le queda festejar con numerosas tonadas y remates como San Roque, San Blas y Rosario.
El contrapunto
El amor es el sentimiento que se abre campo en la composición de las coplas chapacas, muchas de estas composiciones fueron destinadas a ser interpretadas por dos personas, a esta clase de coplas se las llama Contrapunto, detalla Sánchez.
Sin embargo, el amor no es la única inspiración para coplas de esta distinción, también se hallan contrapuntos de desafío entre rivales, satíricas composiciones de parejas que se hallan en alguna rencilla o también los diálogos de buenos compadres o comadres que expresan en contrapunto algún tema que atañe el interés de los campesinos chapacos.
En cuanto a las tonadas varían mucho, no sólo entre época y época sino dentro de una misma temporada de tiempo se diferencian por la zona o la festividad y en cada comunidad se distinguen precisamente por eso, varias veces se conoce de dónde es la persona por la manera de cantar las coplas. Pero para cuidar de las coplas es necesario incentivar su interpretación en las nuevas generaciones, incentivando su aprendizaje desde las mismas escuelas y colegios, misión que más allá de los profesores, tienen los padres de familia orgullosos de su identidad chapaca.
“En suma la copla chapaca resume el alma de un pueblo hospitalario alegre, hidalgo y cariñoso que hace del amor un arte y de la pasión amorosa un sentimiento sublime”, cita Sánchez.
Al puntualizar que en la zona sur de la provincia Cercado, claramente se escuchan retumbar las voces de los copleros y copleras que para cada festividad preparan las coplas compuestas con picardía y gracia en coplas y contrapuntos, con la infaltable caja que es un instrumento de percusión hecho de madera de pino o de sauce y el retobo es fabricado de cuero de “panza” de vaca por un lado y por el otro se utiliza cuero de cordero.
En entrevista con El País eN, Celedonio Camacho, refirió que en el valle central de Tarija se interpreta al menos nueve tonadas diferentes al año, según el calendario folklórico chapaco, cada una con su particularidad. Sin embargo, esta música corre el riesgo de desaparecer por la invasión de otros ritmos modernos y la falta de apoyo de las instituciones y autoridades, para preservarla.
Camacho ganó varios reconocimientos, certificados y premios por interpretar coplas y tocar el erque, por lo que no descarta publicar un cancionero, con el nombre “Las mil coplas chapacas”, donde se prevé plasmar la historia de la copla y coplas de su autoría, según cada temporada del año.
“En la copla uno desembucha, lo que siente, por ejemplo mi padre contaba que mi abuelo cuando se iba a tabear, a veces se llegaba a discutir, pero luego con una copla o contrapunto se superaba las diferencias (…)”, rememora.
Camacho vive en la comunidad de Coimata, es promesante chuncho desde hace 40 años, se destacó en varios concursos de coplas en Tarija, entre ellos el Yambuy Coplero, en la categoría contrapuntos y el primer premio en solistas. En su tiempo libre se dedica a cultivar su huerta, donde se produce flores.
El País eN (EP): ¿Cuál es la inspiración para la letra de las coplas, toda vez que no había un cancionero?
Celedonio Camacho (CC): Aunque muchos campesinos antes no sabíamos leer ni escribir, ellos se daban modos y mantenían en su memoria las letras. La copla chapaca tiene mucha rima, y generalmente la letra salía entre chiste y chiste, así se expresaba su sentir. Antes la gente no necesitaba cancioneros, que ahora los veo por ahí. Antes se cantaba con afecto, con amor, hasta para enamorarse. De ahí he ido aprendiendo las tonadas de mis ancestros.
EP:¿Cuántas tonadas forman parte del calendario de música típica de Tarija?
CC: En el valle central de Tarija tenemos nueve tonadas al año. Empezamos con Año Nuevo, Carnaval, Pascua, La Cruz, Corpus, Santiago, San Roque, Rosario, Navidad o San Blas, cada una con su particularidad. Pero hay algunas modificaciones en el tono en lugares o comunidades, por ejemplo cantamos la misma tonada desde El Rosal hasta Turumayo y Junacas. Pero donde cambia un poco es Pinos, San Andrés, es con otro tono, aunque sea La Cruz, también pasa los mismo en Avilés, su propio tono. Padcaya tiene un similar tono con la de Méndez y Cercado. Algunos copleros le agregan el remate, pero creo que la cultura de las coplas está más arraigada en el valle central.
Hay otra variación en la zona alta, por ejemplo los paicheños que son querendones de su tradición tiene su identidad. Por otro lado, en la región del Chaco, incluido Entre Ríos, tiene una sola tonada todo el año, pero no se asemeja a las variaciones del valle central.
EP: ¿Qué expresa la copla chapaca en sus diferentes variaciones de tonadas y calendario?
CC: En la copla chapaca, sin importar su calendario, se expresa alegría, agradecimiento, amor, penas, incluso orgullo de ser chapaco. Es nuestra identidad cultural. En la copla uno “desembucha”, lo que siente, por ejemplo mi padre contaba que mi abuelo cuando se iba a tabear, a veces se llegaba a discutir, pero luego con una copla o contrapunto se llegaba a superar esos percances, porque se decía, vení vamos a contar y así pasaba todo.
Si bien, ahora hay muchos que quieren aprender en la Escuela de Música, y sin quitar su mérito a la escuela, no hay esa chispa y picardía que tenía antes el campesino chapaco. Le falta picardía y por más que el alumno aprenda la tonada no es lo mismo. Por ejemplo, yo charlo con alumnos de erque de la Escuela de Música y si han escuchado tocar a un erquero, sólo tocan ese punto y no es así. Yo soy erquero, tengo un casete grabado, pero yo aprendí a tocar cuidando las vacas y una vez que se da tonada al erque, luego se va sacando los puntos y notas de uno y otro erquero, los junté y ahí salió mi punto que yo tengo que tocar.
EP: ¿Qué copla corresponde a esta temporada, recuerda alguna?
CC: En esta temporada se canta Corpus, por ejemplo hay una copla que dice:
Quien ha dicho que lo ajeno,
no se puede gozar.
Sabiendo sobrellevar
se goza mejor que el dueño.
Otra más picaresca:
Al pasar por una laguna
casi me muero de risa,
de ver un sapo con tanga
y una rana si camisa.
EP: ¿Dónde aprendió usted ese calendario de coplas que identifica en el valle central?
CC: Mis conocimientos vienen desde mis ancestros. Antes había las chicherías, donde iba la gente a cantar sus coplas propias, y así entre ellos se intercambiaba las coplas según la temporada. No había cumbias, ni la música que ahora escuchan los jóvenes. Entonces en la época de Carnaval por ejemplo se adornaba el erque y en cada chichería había hasta cinco erqueros, ahí se empezaba a cantar las coplas, hombres y mujeres. Así en cada fiesta se iba cambiando de tonada y aprendiendo las coplas. Éramos querendones de nuestras cosas, costumbres y desde ahí se nos ha ido pegando los tonos, las letras y sale la inspiración.
Hasta los pájaros cambian de tonada por temporada del año, unos cantan desde Todos Santos hasta la Pascua, y en el frio los pájaros dejan de cantar. Los campesinos que sabemos de estas cosas somos los mismos, uno desde chico escuchaba las coplas las tonadas, las costumbres y así uno se va formando. Aunque Erquiz ahora no está lejos, antes iba un camión a las cuatro de la mañana a recoger los pasajeros y volvían en la tarde, en espacios como esos compartíamos las coplas.
EP: Si bien la copla es una herencia ¿Desde cuándo usted canta y compone coplas?
CC: Con el paso de los años, he aprendido muchas coplas, incluso he compuesto coplas para el calendario musical del valle central, pero a pesar del paso de los años hay coplas que no dejan de ser muy buenas porque expresan mucho cariño, amor y otras son especiales para Santos. Es una forma de expresar en el campo, principalmente.
Yo con orgullo digo que desde chico (16 años) aprendí esta música de mis abuelos Marcelino Camacho y Benito Jerez, ellos contaban como era esta costumbre y así paso de nuestra generación. Espero que mis hijos y nietos sigan con esta tradición. He recibido varios reconocimientos y certificados de primer, segundo y tercer nivel por cantar coplas y componer, y ése es el orgullo que uno tiene de ser chapaco.
EP: ¿Usted llegó a recopilar sus coplas en algún cancionero?
CC: No he podido escribir en un libro, pero tengo ahí unas cuantas coplas. Quiero darme tiempo y sacar un cancionero que se complementará con un poco de historia de nuestra cultura y música. Dejar escrito algo porque somos pasajeros de este mundo y ojalá el material que deje pueda servir a otras generaciones.
Espero sacar un día mi cancionero, con el nombre “Las mil coplas chapacas”, porque creo que tengo ese número para hacer un cancionero completo con las nueve tonadas que se cantan en el valle central.
En tanto, voy a seguir insistiendo a las autoridades para que puedan darle una vez a la semana una hora de música en cada colegio de las comunidades para que nuestras tradiciones y música se puedan seguir repitiendo y preservando. Hay tradiciones que aún persisten por ejemplo en Coimata el 13 de junio tenemos la fiesta patronal, también la fiesta de San Isidro en Erquiz, pero si va a estas fiesta se escucha muy poco cantar a los jóvenes.
EP: ¿Cómo ve la juventud del campo, mantienen las coplas?
CC: Lamentablemente se está perdiendo, y muchas veces lo dije, lo que está echando a perder es el celular con la música que salió ahora. Además los jóvenes e incluso los padres, ya no quieren ser del campo. Veo que los jóvenes tienen vergüenza, y en las escuelas no se está enseñando las coplas, nuestra música. Son pocos los que quieren cantar coplas. Hay algunos niños que si pero falta darles una afinadita, por ejemplo tengo un nieto que canta biensísimo, ojalá pueda seguir porque siempre trato de inculcarle que, puede ser presidente, futbolista o buen profesional, pero cantar coplas es parte de la identidad del chapaco.
Por ejemplo he hablado con el alcalde de San Lorenzo, para que por lo menos en las horas de música que se dan en las escuelas y colegios, contraten a gente conocedora de nuestra música para un lunes, un día puede ser en Coimata, otro en Erquiz y otros municipios o comunidades para que siga la costumbre y de ahí va haber alguien que va continuar en cada acto cívico. Yo proponía que cada lunes a los colegios deberían ir las mujeres vestidas de chapacas y los hombres con ojotas y pantalón como era antes. Esto para enseñar a las nuevas generaciones qué es la pollera, la blusa, el sombrero y la demás vestimenta típica.
Aunque hoy en día, apenas nos acordamos para el Carnaval, el 15 de abril o cuando llega una embajada del Japón llevan unos cuatro a zapatear vestidos de chapacos y eso es todo.
EP: ¿Se apoya a la música tradicional en Tarija?
CC: Se ve que las autoridades apoyan al fútbol y otras áreas, pero no hay quién apoye a la música nuestra como las coplas, o alguien que apoye a nuestros niños y jóvenes para que les enseñe o motive a mantener viva esta tradición tan propia de Tarija. Creo que la cultura nuestra está totalmente caída, antes por Erquiz, Coimata y comunidades vecinas, la gente iba por la chicha y cantaba las coplas, pero ahora ya ni se hace la chicha, si bien antes daba trabajo ahora ya ni se vende. La gente va a comprar una medida de chicha, luego consume su vino y soda o cerveza, por eso a la gente no le queda ganas de preparar.
Esperamos que las autoridades se abran a recibir proyectos o fijar una política para recuperar nuestras costumbres.
Hay la dirección de cultura en el Gobierno Departamental y en los municipios, pero no sé a qué se dedican, veo que cuando llegan delegaciones o hay actos muestran algunas cosas, pero no apoyan lo más valioso y sencillo en el tema cultural.
EP: ¿Cuál es su contribución para preservar las coplas?
CC: Yo no enseño en ninguna escuela, pero en la época de Carnaval, algunos alumnos y profesores me buscan para que les escriba coplas, porque les dan tarea a los estudiantes. Siempre agradezco su preferencia porque yo nunca he cobrado por eso. Mas bien voy a insistir para que las escuelas y autoridades puedan tomar en cuenta el calendario musical de las coplas y así se pueda promover esta música que es nuestra identidad. Sería bueno por ejemplo que se designe una copla por comunidad, y podemos avanzar en nueve comunidades en un año.
EP: Finalmente, ¿Qué mensaje deja a los jóvenes y niños respecto a la música regional y en especial las coplas?
CC: No me voy a cansar de decir, que desde los asambleístas, concejales, autoridades como el Alcalde y Gobernador, etc. que apoyen la cultura y nuestras tradiciones. He escuchado que hay una ley de la cueca, ojalá se haga una ley para la copla chapaca pero no solamente quede en papeles sino que se promueva su esta música y las nuevas generaciones puedan seguir cantando.
Sólo basta ver la diferencia que hay entre una mujer que baila en ballet y una mujer del campo, es mejor bailadora la gente del campo que los jóvenes de ballet. Es como digo, suena mi erque y los pies solitos se mueven.
Ojalá se ponga unos pesos desde los municipios para promover nuestra música, yo llevo en esto más de 40 años y veo que aún se puede recuperar el espacio de la copla.
Calendario folklórico del valle central
Las coplas y tonadas chapacas son un rasgo cultural propio de Tarija, caracterizan cada festividad marcada por el calendario folklórico chapaco que distingue y marcan el ritmo de festividades que esencialmente tienen su raíz en el Santoral Católico.
La copla es la letra y música que el campesino o chapaco compone, y la tonada es la musicalización de la copla, ellas tienen varias distinciones, respecto a la zona en las que se canten así como la época en la que se encuentren, lo que determina la ocasión. Así define Mónica Sánchez Fernández en su blog Siempre Tarija.
Sánchez también detalla el calendario folklórico de la copla desde Año Nuevo hasta Todos Santos.
Se interpreta la tonada de Todos los Santos, desde noviembre hasta que llega Carnaval, en este tiempo alberga otras festividades menores como: San Plácido, San Andrés, Santa Bárbara, Navidad, Año Nuevo, que no exigen remate que es una pequeña copla graciosa al final de la interpretación, mucho depende del coplero o coplera para su colocación.
El Carnaval, cuya entonación es una de las más conocidas en la región, aunque existen muchas otras que también pertenecen a esta época.
La Pascua, en esta época la mayoría de las interpretaciones lleva necesariamente un remate, excepto en la zona de la provincia Méndez donde las copleras y copleros repiten el último verso a modo de remate.
Corpus Christi es una de las épocas más cortas, aproximadamente 40 días en los que su interpretación no exige remate, pero que dependiendo del coplero o coplera se puede incluir.
En tanto, las tonadas de fiesta pasado Corpus Christi y pasadas también todas las cosechas al campesino chapaco le queda festejar con numerosas tonadas y remates como San Roque, San Blas y Rosario.
El contrapunto
El amor es el sentimiento que se abre campo en la composición de las coplas chapacas, muchas de estas composiciones fueron destinadas a ser interpretadas por dos personas, a esta clase de coplas se las llama Contrapunto, detalla Sánchez.
Sin embargo, el amor no es la única inspiración para coplas de esta distinción, también se hallan contrapuntos de desafío entre rivales, satíricas composiciones de parejas que se hallan en alguna rencilla o también los diálogos de buenos compadres o comadres que expresan en contrapunto algún tema que atañe el interés de los campesinos chapacos.
En cuanto a las tonadas varían mucho, no sólo entre época y época sino dentro de una misma temporada de tiempo se diferencian por la zona o la festividad y en cada comunidad se distinguen precisamente por eso, varias veces se conoce de dónde es la persona por la manera de cantar las coplas. Pero para cuidar de las coplas es necesario incentivar su interpretación en las nuevas generaciones, incentivando su aprendizaje desde las mismas escuelas y colegios, misión que más allá de los profesores, tienen los padres de familia orgullosos de su identidad chapaca.
“En suma la copla chapaca resume el alma de un pueblo hospitalario alegre, hidalgo y cariñoso que hace del amor un arte y de la pasión amorosa un sentimiento sublime”, cita Sánchez.
Al puntualizar que en la zona sur de la provincia Cercado, claramente se escuchan retumbar las voces de los copleros y copleras que para cada festividad preparan las coplas compuestas con picardía y gracia en coplas y contrapuntos, con la infaltable caja que es un instrumento de percusión hecho de madera de pino o de sauce y el retobo es fabricado de cuero de “panza” de vaca por un lado y por el otro se utiliza cuero de cordero.