Sánchez “borra” otro proyecto de hidrocarburos en Tarija
La declaración del ministro de Hidrocarburos Luis Alberto Sánchez “suspendiendo” el proyecto de exploración y explotación en las áreas de San Telmo y Astilleros, en la zona de la reserva de Tariquía, se suma a los proyectos “contemporizados” en el departamento de Tarija, que poco a...
La declaración del ministro de Hidrocarburos Luis Alberto Sánchez “suspendiendo” el proyecto de exploración y explotación en las áreas de San Telmo y Astilleros, en la zona de la reserva de Tariquía, se suma a los proyectos “contemporizados” en el departamento de Tarija, que poco a poco va perdiendo su lugar en la producción nacional de hidrocarburos.
En 2014 el departamento de Tarija producía 41,38 de los 60 millones de metros cúbicos que genera el país al día desde diferentes puntos. En 2017 bajó a 31,46 mientras que en febrero de 2018 el promedio no alcanzó los 30 millones de metros cúbicos diarios de acuerdo a los datos facilitados por YPFB a la sala de Control y Monitoreo de la Gobernación de Tarija. Este porcentaje representa el 54 por ciento del global.
La principal causa de esta caída es la declinación de San Alberto, que en febrero no superó los 4 millones de metros cúbicos de producción diaria cuando hace una década superaba los 10. Sábalo con 12 y Margarita con 11,5 son quienes soportan la producción principal de Tarija.
La sustitución de San Alberto y Sábalo, que también está en declinación aunque se haya incorporado recientemente el Sábalo 6 con 0,8 metros cúbicos diarios, se preveía desde los campos de San Telmo y Astilleros. Otros proyectos antiguos renovados, como Caigua y Los Monos, apenas incorporarán 1,5 millones de metros cúbicos por tiempo limitado al conjunto de la producción.
Exploraciones en Tarija
Al margen de los supuestamente frustrados San Telmo y Astilleros, YPFB impulsa proyectos como Huacareta, Boyuy y Iñiguazú.
El área de Huacareta, al oeste de Entre Ríos, está siendo enfrentado por la transnacional holandesa Shell, que ha llegado a hablar de hasta 13 trillones de pies cúbicos en reservas. La petrolera tiene identificado el punto que perforará el pozo Jaguar.
En el área de Caipipendi, al sur de Margarita, se ha identificado Boyuy, donde se encuentra en plena perforación un pozo profundo y que el propio gerente de comunicación de Repsol, Mauricio Mariaca, desmintió los reportes de agua que se habían filtrado y aseguró que en septiembre se tendrán resultados finales. Se le calcula una potencia similar a la de Margarita.
También Repsol se ha adjudicado el área de Iñigauzú, al sur de Caipipendi, ya explorada por PDVSA pero igualmente cedida al consorcio. El área también bordea la Reserva Natural de Tariquía.
El aplazo de la petroquímica
Después de haber anulado la licitación de 2016, que contaba con informe para adjudicar a Tecnimont y Técnicas Reunidas la construcción de la planta de propileno y polipropileno en marzo de 2017, el Ministro Sánchez debió dar explicaciones del cronograma en el Chaco un año después, debido a que el presupuesto para su construcción fue eliminado del POA de YPFB de 2018.
La planta petroquímica, concebida desde la nacionalización de 2006 y que estaba en el cronograma de YPFB de entonces estimada precisamente para 2018, todavía no ha sido licitada tras “subsanar los errores” que motivaron el fracaso de 2017. Cuestionado al respecto en marzo, Sánchez aseguró que no lo haría hasta que se verificaran mercados y tecnología seleccionada. Ante el inminente fracaso y el revuelo que se ocasionó en el Chaco, el Ministro y su equipo viajaron a Yacuiba y aseguraron que se licitarán nuevos estudios este mes de agosto para después licitar. Ante la pregunta de cuándo llegará la petroquímica, el presidente de YPFB, Óscar Barriga, indicó que lo haría a finales de 2023.
La respuesta “tranquilizó” a las autoridades del Chaco y se complementó con la promesa del vicepresidente Álvaro García Linera de acompañar la construcción con un programa de apoyo para que diferentes empresas puedan asentarse en el Chaco para utilizar la materia prima.
Las hipótesis no oficiales detrás de la “suspensión”
Luego de la intervención del ministro Luis Alberto Sánchez en Tarija en el que anunció que se “suspendía” el proyecto de exploración en Tariquía, las reacciones no se hicieron esperar ni en las redes sociales ni a través de los diferentes analistas que trabajan para los diferentes frentes políticos en el departamento.
El primer cuestionamiento surgido fue sobre el alcance de la palabra “suspensión” repetida por el ministro Sánchez. Si bien para unos no significa más que un aplazamiento del inicio de operaciones, como una forma de ganar tiempo y desinflar las protestas y arguyen para ello la vigencia del contrato firmado y la solemnidad de la promulgación de la Ley por parte del presidente Evo Morales, para otros si se trata de una cancelación total de la inversión por la insistencia del ministro Sánchez al asegurar que la inversión se va a ir a otro lugar. Volver dentro de cuatro meses con el mismo proyecto, señalan, equivaldría a una mentira.
Otro análisis apoyado en el contexto global indica que el anuncio coincide con un momento de alta conflictividad en el país, por lo que se trataría de un anticipo para desactivar una protesta. Sin embargo, la génesis de la misma ya había generado dudas sobre la posibilidad de sostenimiento e incidencia.
Otra versión considera que la “suspensión” del proyecto va dirigida a las propias bases del MAS que no solo no habían impulsado y protegido el proyecto sino que había servido para alimentar la polémica por el reparto de las regalías entre el Gran Chaco, que de momento recibe el 45 por ciento de toda la población, y Entre Ríos, Bermejo y Padcaya, que exigen la modificación antes de empezar a explorar sus territorios dentro de la Reserva.
En 2014 el departamento de Tarija producía 41,38 de los 60 millones de metros cúbicos que genera el país al día desde diferentes puntos. En 2017 bajó a 31,46 mientras que en febrero de 2018 el promedio no alcanzó los 30 millones de metros cúbicos diarios de acuerdo a los datos facilitados por YPFB a la sala de Control y Monitoreo de la Gobernación de Tarija. Este porcentaje representa el 54 por ciento del global.
La principal causa de esta caída es la declinación de San Alberto, que en febrero no superó los 4 millones de metros cúbicos de producción diaria cuando hace una década superaba los 10. Sábalo con 12 y Margarita con 11,5 son quienes soportan la producción principal de Tarija.
La sustitución de San Alberto y Sábalo, que también está en declinación aunque se haya incorporado recientemente el Sábalo 6 con 0,8 metros cúbicos diarios, se preveía desde los campos de San Telmo y Astilleros. Otros proyectos antiguos renovados, como Caigua y Los Monos, apenas incorporarán 1,5 millones de metros cúbicos por tiempo limitado al conjunto de la producción.
Exploraciones en Tarija
Al margen de los supuestamente frustrados San Telmo y Astilleros, YPFB impulsa proyectos como Huacareta, Boyuy y Iñiguazú.
El área de Huacareta, al oeste de Entre Ríos, está siendo enfrentado por la transnacional holandesa Shell, que ha llegado a hablar de hasta 13 trillones de pies cúbicos en reservas. La petrolera tiene identificado el punto que perforará el pozo Jaguar.
En el área de Caipipendi, al sur de Margarita, se ha identificado Boyuy, donde se encuentra en plena perforación un pozo profundo y que el propio gerente de comunicación de Repsol, Mauricio Mariaca, desmintió los reportes de agua que se habían filtrado y aseguró que en septiembre se tendrán resultados finales. Se le calcula una potencia similar a la de Margarita.
También Repsol se ha adjudicado el área de Iñigauzú, al sur de Caipipendi, ya explorada por PDVSA pero igualmente cedida al consorcio. El área también bordea la Reserva Natural de Tariquía.
El aplazo de la petroquímica
Después de haber anulado la licitación de 2016, que contaba con informe para adjudicar a Tecnimont y Técnicas Reunidas la construcción de la planta de propileno y polipropileno en marzo de 2017, el Ministro Sánchez debió dar explicaciones del cronograma en el Chaco un año después, debido a que el presupuesto para su construcción fue eliminado del POA de YPFB de 2018.
La planta petroquímica, concebida desde la nacionalización de 2006 y que estaba en el cronograma de YPFB de entonces estimada precisamente para 2018, todavía no ha sido licitada tras “subsanar los errores” que motivaron el fracaso de 2017. Cuestionado al respecto en marzo, Sánchez aseguró que no lo haría hasta que se verificaran mercados y tecnología seleccionada. Ante el inminente fracaso y el revuelo que se ocasionó en el Chaco, el Ministro y su equipo viajaron a Yacuiba y aseguraron que se licitarán nuevos estudios este mes de agosto para después licitar. Ante la pregunta de cuándo llegará la petroquímica, el presidente de YPFB, Óscar Barriga, indicó que lo haría a finales de 2023.
La respuesta “tranquilizó” a las autoridades del Chaco y se complementó con la promesa del vicepresidente Álvaro García Linera de acompañar la construcción con un programa de apoyo para que diferentes empresas puedan asentarse en el Chaco para utilizar la materia prima.
Las hipótesis no oficiales detrás de la “suspensión”
Luego de la intervención del ministro Luis Alberto Sánchez en Tarija en el que anunció que se “suspendía” el proyecto de exploración en Tariquía, las reacciones no se hicieron esperar ni en las redes sociales ni a través de los diferentes analistas que trabajan para los diferentes frentes políticos en el departamento.
El primer cuestionamiento surgido fue sobre el alcance de la palabra “suspensión” repetida por el ministro Sánchez. Si bien para unos no significa más que un aplazamiento del inicio de operaciones, como una forma de ganar tiempo y desinflar las protestas y arguyen para ello la vigencia del contrato firmado y la solemnidad de la promulgación de la Ley por parte del presidente Evo Morales, para otros si se trata de una cancelación total de la inversión por la insistencia del ministro Sánchez al asegurar que la inversión se va a ir a otro lugar. Volver dentro de cuatro meses con el mismo proyecto, señalan, equivaldría a una mentira.
Otro análisis apoyado en el contexto global indica que el anuncio coincide con un momento de alta conflictividad en el país, por lo que se trataría de un anticipo para desactivar una protesta. Sin embargo, la génesis de la misma ya había generado dudas sobre la posibilidad de sostenimiento e incidencia.
Otra versión considera que la “suspensión” del proyecto va dirigida a las propias bases del MAS que no solo no habían impulsado y protegido el proyecto sino que había servido para alimentar la polémica por el reparto de las regalías entre el Gran Chaco, que de momento recibe el 45 por ciento de toda la población, y Entre Ríos, Bermejo y Padcaya, que exigen la modificación antes de empezar a explorar sus territorios dentro de la Reserva.