Precio versus salud, el dilema de los anteojos descartables
“Lo que pasa es que me sale más barato, y teniendo la medida, me sale más económico. Compre unos lentes de una óptica, eran orgánicos, costaron 1.800 bolivianos y no me duraron ni un año, estos son más convenientes”, explicó Wilfredo Martínez al comprar de una venta callejera...



“Lo que pasa es que me sale más barato, y teniendo la medida, me sale más económico. Compre unos lentes de una óptica, eran orgánicos, costaron 1.800 bolivianos y no me duraron ni un año, estos son más convenientes”, explicó Wilfredo Martínez al comprar de una venta callejera anteojos para leer. Sin embargo, un optometrista no recomendó su uso permanente porque provoca daños en la salud visual.
Martínez, un trabajador de unos 55 años, contó que los anteojos de aumento que tenía se deterioraron rápido, se fueron rayando con el paso del tiempo, admitió que fue un descuido suyo y el material del que estaban hechos “no eran como el vidrio”. Del bolsillo sacó una receta que indicaba una medida de +2 y la vendedora, Gabriela Pinto, buscó y le entregó un par de lentes y un libro.
Luego de probárselos, leer algunas páginas, el trabajador quedó satisfecho, “son clarísimos, estos están bien”, sostuvo a tiempo de pagar 25 bolivianos por lo anteojos.
Pinto contó que las personas que los compran son generalmente mayores de edad, otras provenientes del campo y señoras que no pueden enhebrar una aguja a causa de su corta vista. Explicó que este tipo de lentes también vienen con medidas que van desde 0.75 hasta 4.00 y existen de todos los modelos. Son lentes sólo para ver cerca, para leer, no existen los que sirven para ver a distancia.
“Como verá, hay gente que se hizo medir lentes, conocen su medida y vienen, escogen los que están relacionados con su receta y se llevan. También personas de escasos recursos económicos, pero ellos se van probando hasta encontrar el que mejora su vista cuando leen y lo compran, son más económicos”, explicó al indicar que hay de todo precio, desde los 25 bolivianos hasta 40, dependiendo del material de la montura.
Giovanna Gonzales, cuya venta de anteojos se encuentra al frente mercado La Loma, también apuntó que las personas los compran con relativa frecuencia, recalcó que son sólo de lectura, baratos y coincidió en que generalmente los escogen aprobándose uno a uno hasta encontrar el que les sirve, aunque también hay alguna gente que va con su receta.
Daño
Sin embargo, el médico cirujano óptico, especializado en optometría, David Miranda García, no recomendó el uso constante de estos anteojos por ser descartables, sirven para ayudar en un momento de apuro, cuando una persona necesita leer un texto, un documento, pero no se puede utilizarlos de forma constante por un tiempo prolongado, porque este tipo de lentes producen daños a nivel visual y provocan cefaleas (dolor de cabeza).
Explicó que las medidas que tienen no son las indicadas, son semejantes a unas lupas que amplifican la imagen y por eso los pacientes indican que sí les sirven. Pero estos lentes no reúnen los parámetros establecidos, por ejemplo los centros ópticos, protección para cierta intensidad de brillo y el material no tienen ninguna garantía.
Además, un ojo es diferente al otro en cuanto a las medidas, nunca son iguales, en cambio en los descartables ambos cristales son iguales, por lo que es recomendable siempre una prescripción oftalmológica basada en un examen visual y luego acudir con la receta a una óptica autorizada. “Existen precios módicos especialmente para lentes de lectura”, recomendó.
Parámetros para la elaboración de lentes
Cuando la persona selecciona un marco, se consideran varios parámetros, por ejemplo las distancias pupilares, que tiene que estar en el centro, se toman en cuenta las distancias nasopupilares, de la parte nasal hacia la pupila, de cada ojo, izquierdo y derecho, porque son diferentes.
Luego la altura y el ángulo pantoscópico, el marco también debe presentar una inclinación panorámica para que ergonómicamente sea beneficioso para la actividad que vaya a realizar la persona, explicó Miranda.
Martínez, un trabajador de unos 55 años, contó que los anteojos de aumento que tenía se deterioraron rápido, se fueron rayando con el paso del tiempo, admitió que fue un descuido suyo y el material del que estaban hechos “no eran como el vidrio”. Del bolsillo sacó una receta que indicaba una medida de +2 y la vendedora, Gabriela Pinto, buscó y le entregó un par de lentes y un libro.
Luego de probárselos, leer algunas páginas, el trabajador quedó satisfecho, “son clarísimos, estos están bien”, sostuvo a tiempo de pagar 25 bolivianos por lo anteojos.
Pinto contó que las personas que los compran son generalmente mayores de edad, otras provenientes del campo y señoras que no pueden enhebrar una aguja a causa de su corta vista. Explicó que este tipo de lentes también vienen con medidas que van desde 0.75 hasta 4.00 y existen de todos los modelos. Son lentes sólo para ver cerca, para leer, no existen los que sirven para ver a distancia.
“Como verá, hay gente que se hizo medir lentes, conocen su medida y vienen, escogen los que están relacionados con su receta y se llevan. También personas de escasos recursos económicos, pero ellos se van probando hasta encontrar el que mejora su vista cuando leen y lo compran, son más económicos”, explicó al indicar que hay de todo precio, desde los 25 bolivianos hasta 40, dependiendo del material de la montura.
Giovanna Gonzales, cuya venta de anteojos se encuentra al frente mercado La Loma, también apuntó que las personas los compran con relativa frecuencia, recalcó que son sólo de lectura, baratos y coincidió en que generalmente los escogen aprobándose uno a uno hasta encontrar el que les sirve, aunque también hay alguna gente que va con su receta.
Daño
Sin embargo, el médico cirujano óptico, especializado en optometría, David Miranda García, no recomendó el uso constante de estos anteojos por ser descartables, sirven para ayudar en un momento de apuro, cuando una persona necesita leer un texto, un documento, pero no se puede utilizarlos de forma constante por un tiempo prolongado, porque este tipo de lentes producen daños a nivel visual y provocan cefaleas (dolor de cabeza).
Explicó que las medidas que tienen no son las indicadas, son semejantes a unas lupas que amplifican la imagen y por eso los pacientes indican que sí les sirven. Pero estos lentes no reúnen los parámetros establecidos, por ejemplo los centros ópticos, protección para cierta intensidad de brillo y el material no tienen ninguna garantía.
Además, un ojo es diferente al otro en cuanto a las medidas, nunca son iguales, en cambio en los descartables ambos cristales son iguales, por lo que es recomendable siempre una prescripción oftalmológica basada en un examen visual y luego acudir con la receta a una óptica autorizada. “Existen precios módicos especialmente para lentes de lectura”, recomendó.
Parámetros para la elaboración de lentes
Cuando la persona selecciona un marco, se consideran varios parámetros, por ejemplo las distancias pupilares, que tiene que estar en el centro, se toman en cuenta las distancias nasopupilares, de la parte nasal hacia la pupila, de cada ojo, izquierdo y derecho, porque son diferentes.
Luego la altura y el ángulo pantoscópico, el marco también debe presentar una inclinación panorámica para que ergonómicamente sea beneficioso para la actividad que vaya a realizar la persona, explicó Miranda.