Hipnosis: un viaje a través del tiempo y la mente
Cada 4 de enero se celebra el Día Mundial de la Hipnosis, un momento para hablar sobre esta técnica y para eliminar los mitos y conceptos erróneos que hay sobre ella.



Cierra los ojos por un momento, si lo deseas. Respira profundamente. Siente cómo cada palabra que lees se desliza suavemente por tu mente, como el agua de un río antiguo, llevándote a un lugar más profundo, más sereno. Ahora, imagina que este río no solo fluye en tu interior, sino que conecta con siglos de historia, con el vasto océano del conocimiento humano sobre la hipnosis.
La palabra “hipnosis” proviene del griego hypnos, que significa sueño, aunque esto es un poco engañoso. Porque, aunque el estado hipnótico se asemeja al sueño, no es un descanso inconsciente. Es un estado de atención enfocada, un puente entre el consciente y el inconsciente. Este fenómeno ha sido explorado por la humanidad durante milenios.
Los orígenes de la hipnosis: mitos, ritual y ciencia
Las primeras formas de hipnosis pueden encontrarse en rituales antiguos. Los chamanes de culturas ancestrales utilizaban cantos, movimientos rítmicos y trances inducidos para curar, conectar con lo espiritual y acceder a estados alterados de conciencia. En el Antiguo Egipto, los sacerdotes en los templos del sueño ayudaban a las personas a entrar en estados similares para recibir mensajes divinos o curar enfermedades.
Avancemos al siglo XVIII. Aquí encontramos a Franz Anton Mesmer, un médico alemán que desarrolló el concepto de magnetismo animal. Creía que una energía invisible fluía a través de todos los seres vivos y que este flujo, cuando se desequilibraba, causaba enfermedades. Mesmer utilizaba técnicas que parecían mágicas: movimientos de las manos, objetos brillantes, y la sugestión, para “armonizar” esta energía. Aunque sus teorías científicas fueron desacreditadas, sus métodos sentaron las bases para lo que más tarde sería conocido como hipnosis.
Fue el cirujano escocés James Braid, en el siglo XIX, quien acuñó el término “hipnosis”. Observó que no era necesario creer en energías místicas para inducir este estado; bastaba con enfocar la mente en un punto o idea. Braid entendió que la hipnosis era una herramienta psicológica poderosa, y así comenzó a emplearse en la medicina.
El poder y propósito de la hipnosis hoy
En la actualidad, la hipnosis ha evolucionado de los rituales y experimentos pioneros a una disciplina respaldada por investigaciones científicas. Se utiliza en psicoterapia para tratar el estrés, la ansiedad, los traumas y las fobias. En el campo médico, ayuda a reducir el dolor crónico, a superar adicciones y hasta a mejorar el rendimiento deportivo o académico.
Lo fascinante es que la hipnosis no impone nada; libera. Cuando estás en trance, tu mente no está bajo el control de alguien más, sino que explora las vastas posibilidades dentro de ti. Es como si un maestro interno, siempre presente, comenzara a susurrarte las respuestas que habías olvidado buscar.
¿Qué sientes ahora?
Mientras sigues leyendo, tal vez notes un cambio sutil. Quizás tus pensamientos se vuelven más ligeros, como hojas flotando en el viento. ¿No es curioso cómo cada palabra parece resonar dentro de ti, como si activara algo que siempre estuvo allí?
Recuerda: la hipnosis no es magia, aunque se siente mágica. Es una herramienta que conecta el presente con el pasado, el consciente con el inconsciente, lo humano con lo trascendental.
Respira hondo, abre los ojos lentamente, si los cerraste. Siente cómo todo lo aprendido comienza a asentarse en tu mente. Este viaje, aunque parece haber terminado, apenas comienza. Y tú llevas las riendas.