#comunicarmasalladelamuralla
Organizaciones por una internet libre (con LINKS)
Una buena parte de la futura libertad y la soberanía de nuestras sociedades depende de la disputa de narrativas y sentidos que se lleva a cabo en el plano tecnológico. Conoce algunas de las organizaciones que están en la lucha.
En la última de las jornadas de reflexión del evento “Comunicar más allá de la muralla”, desde una perspectiva de lucha tecnopolítica transformadora hacia una internet igualitaria y feminista, los asistentes se dedicaron a compartir referencias de infraestructuras alternativas al capitalismo tecnológico de privatización del conocimiento y la venta de datos.
¿Cómo encarar la lucha tecnopolítica por la democratización digital?
Una de las maneras de hacer frente la llevan adelante una variedad de organizaciones que proveen servicios web a partir de modelos de sostenibilidad diferentes a los de las corporaciones tecnológicas, basándose en estrategias como las membresías, el pago de anualidades, las donaciones y subvenciones.
Como ejemplo a nivel global, InfraRed provee servicios en internet incluyendo más de 20 proyectos en 19 regiones, unidos a través del apoyo mutuo para facilitar la comunicación, la transparencia y la colaboración entre organizaciones que creen que la tecnología puede servir para luchar contra toda forma de injusticia social.
Luego, como ejemplos de la región se mencionó al colectivo Código Sur, la organización May First Movement Technology, LaLibre Tecnologías Comunitarias, Colnodo, el proyecto Maadix, la organización Sutty, el repositorio de MilpaDigital, por supuesto la Internet Ciudadana, y en portugués, Vedetas, Clandestina y MariaLab.
También se destacan ejemplos de ciberactivismo, como la Escuela Ciberactivista en Honduras, un espacio de lucha cultural y comunicación contra-hegemónica conformado por una variedad de actores que contribuyen a la defensa y promoción de los derechos humanos ejerciendo los derechos digitales. O la experiencia de Radio Huayacocotla, en México, que ha migrado por completo todo su sistema de difusión hacia tecnologías de software libre.
Como se propuso en la jornada, “no se trata sólo de una migración técnica, sino de migrar el pensamiento, el modo de ver las cosas y de trabajar”. La importancia de esta propuesta se enmarca en el reto que significa la escala alcanzada por las grandes compañías tecnológicas, que logran inmiscuirse en la vida privada, prestando sus plataformas a la proliferación y posicionamiento de un discurso hegemónico que resta valor a lo público y lo colectivo, y minimiza el debate y el pensamiento profundo gracias a los formatos cortos que explotan, sobre todo, las emociones, dando la ilusión de conocimiento y comunicación democrática, y de tener alternativas, siempre y cuando no sean una amenaza para los intereses corporativos.
Finalmente, otro desafío que complejiza la situación, pero puede convertirse también en una oportunidad, es la Inteligencia Artificial, no tanto como tecnología en sí mismo, sino como factor que genera problemáticas cuando sus fines no se orientan al bien común, y cuando, por ejemplo, sus respuestas prefabricadas opacan el conocimiento al ser alimentadas por repositorios escogidos como “confiables” por grupos de dominación que recortan la vastedad del acervo humano.