¿Quién es E.C.C.?
Un misterio del mundo del arte tarijeño resurge gracias a la última exposición del colectivo A Desalambrar Cultura.
Un día, Iván Castrillo fue a un taller de marcos en la Víbora Negra. Al pintor le llamó la atención un cuadro que colgaba en la pared, en el que aparece retratada una mujer con abanico. Preguntó por el autor, pero el enmarcador dijo, “no me acuerdo”.
Castrillo frecuentó el lugar, encargando marcos para obras propias y ajenas. Con el tiempo y más preguntas, surgieron otros datos. La Dama del abanico estaba ahí desde hace algunos años y, según la memoria del enmarcador, “era de un tal Castillo. Ha traído aquí para que enmarque y no ha vuelto más”.
Iván supo que “el tal Castillo” había fallecido en algún momento entre 1980 y 1983, que su familia no sabía de los cuadros, y nadie los reclamó. A punta de preguntas, Castrillo logró dar con un supuesto hijo abogado del tal Castillo que, finalmente, también se perdió.
“Tengo más”, le dijo el enmarcador de la Víbora Negra a Iván, picando así la curiosidad del pintor, presidente de la Asociación Boliviana de Artistas Plásticos, filial Tarija, y sobreviviente del Colectivo A Desalambrar Cultura. Pero ninguna de las obras tenía firma o seña alguna de identidad.
Todo el lote era un desastre que guardaba más de 40 años de polvo que Castrillo limpió al ponerse en plan restaurador. Así supo que “el material que ese pintor ha usado no es fácil de conseguir. Las maderas, por ejemplo, y una tela diferente a la que se utiliza ahora para el lienzo”.
Iván pudo conectar la pequeña colección con un cuadro que es parte del haber de Cosaalt RL, se encuentra en la dirección administrativa, en la calle Ingavi, y se reproduce en la portada de esta nota. En la esquina inferior derecha de la carnavalesca escena, se leen las iniciales “E.C.C.”, que concuerdan con el vago recuerdo del enmarcador: “un tal Castillo”.
Los administrativos de Cosaalt RL coinciden en que ese cuadro lleva más de 40 años en la institución, por lo que bien puede tratarse de una obra tardía del mismo autor, separada del resto de cuadros por la temática chapaca, una cierta mejoría en el trazo y la perspectiva, y otros rasgos ausentes en el lote de la Víbora Negra, de estilo también bucólico, trazo más bien ingenuo, y préstamos sueltos y desproporcionados, tanto del rococó como de la pintura inglesa del siglo XVIII por igual.
Si suponemos que se trata de un mismo autor, pareciera que fue uno que se esmero en dominar la técnica como se domina todo en este mundo: copiando, repitiendo, y volviendo a copiar, hasta que tuvo la maestría suficiente para animarse a retratar lo que sucede ya no en Europa, si no en su propio pago. Como sea, hasta el 12 de octubre en la Galería de la Casa de la Cultura podrás ver la obra de un pintor tarijeño que, por afición o vocación, cultivó el estilo naíf hasta desaparecer. ¿Quién es E.C.C.? Si lo sabes, comunícate con nosotros.