El oscuro arte del Salamanquero

En la reciente Semana de Museos, rescatamos algunas ilustraciones que Sadid Arancibia realizó para su proyecto “El Salamanquero”, en el que el artista se exigió conjugar sus formas de expresión, arte, teatro y escritura, para rescatar los relatos de su abuela, “algunos que le contaron, y otros que le ocurrieron”.

Editado por Tospiu, sello del propio Arancibia en el que también ha publicado “Ernestina, la polilla”, los cuentos de las salamancas se acompañan de 13 ilustraciones cuyas piezas originales son una obra en sí. Tres de ellas, acuarelas a todo color, ya han sido vendidas y encontraron su hogar en México.

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La oscuridad unifica el resto. La monocromía y el alto contraste aprovechan el uso de los rojos encarnados que ponen en evidencia la crudeza de los relatos rescatados. “Hay cuentos que son muy crueles, son cosas de las que muy poca gente quiere hablar, o sólo se habla entre cuatro paredes”, dijo Arancibia a Pura Cepa.

“En la familia siempre se ha hablado de algunos tíos que fueron Salamanqueros. Mi abuela me contó que su papá era una de las personas que fue a acabar con La Sierpe. Ella también hizo el ritual de El Cabildo cuando era niña. Sus papás fueron los que habían hecho llamar a los mallkus, y la última vez fue en el Barrio 4 de julio”. Para Sadid, “las culturas bolivianas, y, dentro de estas, la chapaca, conviven con estas cosas día a día”.

El fuerte predicamento familiar también se aprecia en los modelos de sus ilustraciones. En “Mesa de Todos Santos”, aparece la imagen de su abuela, Doña Pelagia; y “Castigo de la K’oquena”, que aparece en la portada de esta nota, es un autorretrato.

“El Salamanquero” es una experiencia absorbente. Contacta a Sadid al número 61852324 para informarte sobre sus próximas funciones, para conseguir una copia del libro de relatos, o adquirir alguna de las piezas originales.