Gabo Chavarría, un alumno del tiempo
Entrevista exclusiva con el joven empresario chuquisaqueño que inició una carrera de comunicador haciendo gameplays a sus 12 años para llegar a convertirse en el gurú de las técnicas de estudio de éxito.
Con el apoyo de organizaciones como EduServer, las universidades de Tarija, y la Unidad Departamental de Juventudes del GAD Tarija, entre otras, Gabriel Oscar Chavarría Herrera, más conocido como Gabo Chavarría, está dando charlas motivadoras en la ciudad desde el 22 de agosto. Este jueves 24 hay dos oportunidades más para escuchar su experiencia y perspectiva antes que regrese a su ciudad natal: en la UAJMS, Facultad de financieras, a las 10:30; y en la UCB, a las 17:30.
Xander Roldán Claros, de EduServer, comentó que, ante la carencia de un ponente de la categoría de Chavarría, que a sus 22 años ha logrado ya muchas cosas, “hemos gestionado su llegada con diferentes instituciones para traerlo ante los colegios y las universidades de Tarija”. Al momento, Gabo tiene una impresión agradable del público tarijeño: “Los chicos se van súper animados, son más receptivos y entienden muy bien. Es muy distinto a Sucre”, dijo.
Pura Cepa recibió al creativo y a su equipo a su llegada a la ciudad para compartir un grato momento de charla y entender cómo todas las cosas que Chavarría hizo desde sus 12 años lo han llevado al presente que vive hoy.
Pura Cepa (PC). Has probado la música, la literatura, el audiovisual. ¿En cuál has encontrado el mejor canal para tus ideas?
Gabo Chavarría (GC). Encontré mucho éxito en el formato audiovisual. Tenía un sueño, pensaba en llegar a miles de estudiantes con mis videos. Pero han sido años trabajando, desde los 12, era un niño haciendo videos que no veía nadie, haciendo pruebas de tomar yogurt con mostaza solo por las vistas. Iba al colegio y me decían, “¡¿cómo has hecho eso?!”. Me dolía el estómago. Ahora estoy curtido. Luego comencé a hacer gameplays en YouTube. No tenía ni celular. Grababa con la Tablet de mi hermano y él me lo editaba. No sabía ni cómo iba. Mi hermano me decía, “20 vistas, vas bien”. A mí me inspiraba mucho porque llegaba a mi curso y me decían, “oye Gabo, tienes que sacar un nuevo gameplay, probá este truco”. Yo me la pasaba muy bien así, pero fui creciendo y en el interior sabía que si bien me apoyaban no era ese éxito lo que esperaba. He probado entrevistas, la última experiencia artística que hice, el podcast “Experiencias con Gabo Chavarría”. Aunque también hacía entrevistas mucho antes, me iba a la calle y preguntaba cosas divertidas, pero iba enmascarado. Era una especie de sátira hacia todo lo que estaba pasando. Todo esto me fue transportando y haciendo crecer hasta el podcast, que salió desde la idea de presentar a la sociedad personajes que no conocía. Pude entrevistar a Cristian Apaza, Walter Nosiglia, Gastón Solares, Máximo Pacheco. Ese tipo de personas, que tú digas, este no iría a una entrevista así. Que puedan explicarnos la vida desde su perspectiva. Pero ese proyecto me hizo pensar, ¿cuál es mi perspectiva? ¿Cuál es mi historia? Y no fue hasta 10 años después que se me vino la idea de enseñar a los estudiantes cómo ser mejores y llegar a ser la mejor versión de sí mismos. No hay fórmula mágica, lo que hay es perseverancia y trabajo. Y así aprendes que el mejor maestro es el tiempo. Y darle tiempo al tiempo es lo que puedes hacer, trabajar sin rendirte. Yo tardé 10 años. Parece menos porque inicié muy jovencito. Cuando empecé, no existían los videos verticales. Lo conocí con TikTok. Llevo ocho meses y ha crecido muy rápido. Es donde mejor me va, pero nunca me gustó esa red. Llegan las 10 de la noche, subo un video y me voy. Tiene un algoritmo muy bueno, pero sólo me intereso en crear, no en ser un consumidor de contenido. Cuando lo descubrí, se llamaba Musical.ly, era para subir videos de música, tenías que cantar y bailar. Dije, “en esta plataforma nueva algún día voy a tener 10 mil seguidores, voy a trabajar duro”. Se me olvidó, hice unos cuantos videos. Se convirtió en TikTok, y es el formato ganador. Videos cortos. Explicar cómo ser un estudiante de éxito es mejor en una charla, en una consultoría. Explicarlo en 30 segundos es súper difícil. Pero lo hice trabajando el formato. Para los estudiantes que quieren llegar más allá, decidí sacar el formato libro.
PC. ¿De dónde nace la idea de enseñar técnicas de estudio?
GC. Justo ese año del podcast llegué a ser el mejor alumno de la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca. No tenía tiempo, no tenía oportunidad para estudiar horas de horas, había creado mi empresa y marca personal, entonces tenía muy poco tiempo para estudiar. Lo que hice fue crear métodos de estudio y descubrir algunos otros para conseguir el objetivo de estudiar rápido. En el podcast, salió el interés porque me hice una entrevista en mi cumpleaños, y conté cómo llegué a ser el mejor alumno de la universidad. Empecé desde ahí. Fue una rutina, diseñé una estrategia de marca personal y marketing, ya tenía algunas iniciativas. Fue en base a fe, soy muy creyente en Dios. Fe, actitud y trabajo. Empecé a subir videos todos los días, sin parar. Una estrategia orgánica que no involucró ninguna inversión y que hasta ahora me ha llevado a tener más de 1.5 millones de seguidores en redes sociales a base de trabajo y fracaso. Los primeros videos no eran vistos por nadie. 50, 60 vistas. Ahora subes un video y 10 mil en una hora, 20 mil en un día. El máximo ha sido 3 millones en un día. Es una locura.
PC. ¿Cuáles son tus videos más vistos?
GC. El video con más vistas en TikTok tiene ya 8,3 millones. Es el de “Oye amigo, felicidades, te sacaste 100 en el examen y estudiaste 45 minutos. Yo estudié toda la noche y el profe me puso 1 por poner bien mi nombre”. Y tienes que ver los comentarios, “me ha pasado, voy a probar”. Mi mayor publicidad siempre ha sido un cliente satisfecho, alguien que diga, “me fue bien en el examen”. No necesito promocionar la cuenta para que la gente la recomiende. Cuando funcionan los métodos, al compañero le dicen, “oye, seguilo pues, te va a ir bien”. Y así, hasta que los estudiantes conocen qué es estudiar con calidad y no con cantidad, dejar de estudiar horas para un examen que al final no te va a servir para la vida, y estudiar inteligentemente para exámenes en los cuales tengas 100 y puedas mejorar tu rendimiento. En Instagram tengo otro de 4,5 millones, “El secreto para perder el miedo al exponer”. No sabes cuánta gente tiene terror. Lo que hago en ese video es enseñarles trucos. Hay varios, uno es el del espejo, o la técnica de la mirada nebulosa. Pero lo que trato no solo es que tengan buenas notas, sino que se vuelvan buenas personas. Si un estudiante tiene 100, que sea porque respeta a sus profesores, consume siempre buenos alimentos. Un video que se hizo viral es “este hábito te hará más inteligente”, y también otro que es “este hábito te dará malas notas”, que es tomar alcohol. Un vino, se entiende, hasta es beneficioso. Pero conozco estudiantes que semana tras semana sin parar terminan borrachos, eso es totalmente malo para ti como estudiante. Tienes que priorizar. Cero alcohol, mejor, y sin fiestas locas todas las semanas. Trato de mostrarle a las personas que en vez de ser estudiantes cerebritos es mejor ser buenas personas, y que utilicen lo que les enseño para la vida práctica.
Para mí, lo más importante es cambiar el mundo de las personas que llegar a ser alguien famoso con millones de vistas
PC. ¿Cuál crees que sea el motivo por el que tu contenido funciona?
GC. Un seguidor me decía que las técnicas funcionan porque les doy confianza. Ese es el peor síntoma de todo estudiante en la universidad, que le digan que si no estudia no va a aprobar. Y todos los estudiantes tenemos corazón para que nos digan que no vamos a aprobar. Nos ponemos tristes, nos deprimimos. Yo les devuelvo esa fe, “si estudias así, vas a aprobar”. Y aprueban. Estoy seguro que es por los métodos, pero también es la confianza. Eso les falta a muchos estudiantes, y gracias al libro y los videos hemos catapultado a muchos estudiantes de éxito. Me escribió uno de la Universidad Nacional Autónoma de México que llegó a ser el mejor estudiante de Ingeniería Financiera. Es una locura. Uno nunca piensa “cómo voy a hacer que un estudiante sea el mejor de su carrera con puros videos”. Es una gran responsabilidad. Tienes que evaluarte, concretar estas cosas, y seguir creando contenido de valor. Hacerse viral con un video bailando la canción trending es fácil. Hacerlo con un método de estudio es muy complicado. Pero si lo haces una vez y sabes cómo hacerlo, empiezas a ayudar a las personas. Me han tocado casos de estudiantes que están tan tristes por no saber cómo dar un examen que están en depresión, pensando en suicidio. En las charlas yo veo sus caras, se ve que están pensando, “tengo que encontrar un empleo, no voy a poder aprobar”. Están perdidos en el estrés y podemos ayudarlos. Mi objetivo es cambiar esa mentalidad que tuvieron durante 18, 23, 25 años, y tal vez un libro les saque de ese tipo de cosas. Para mí, lo más importante es cambiar el mundo de las personas que llegar a ser alguien famoso con millones de vistas. Yo los veo como mis compañeros. Serán millones, pero son mis compañeros. En mi libro, el capítulo más conocido es “los 10 mandamientos del estudiante de éxito”. No tiene ningún método, son obligaciones que le doy a los estudiantes a cumplir: verse con autoestima, respetar a tus profesores, invertir en ti. Todo esto influye para adoctrinar estudiantes hacia el bien. No tengo miedo de decirlo así. Trato de que se vean obligados a ser buenas personas, y para eso tienen que cambiar su modus vivendi, respetar a la gente, sus hábitos y pensamientos. Por eso el libro es tan exitoso. No por los métodos. Es porque necesitan alguien que les diga que hay cosas que tienen que hacer sí o sí. Les dejo un horario a respetar, literalmente les estoy diciendo, “vive así y mira los resultados”. Yo vivo así, son mis normas, y la idea es inspirar a las personas.
PC. Ahora el libro se vende también por Amazon. ¿Cómo llegas a esa escala de venta?
GC. Fue una estrategia que pensé al inicio de año. Hicimos un libro digital que salió el 5 de abril, y gracias a Dios tuvimos éxito. Lo empezaron a comprar en Estados Unidos, Canadá, México, Colombia. Se internacionalizó. Pero si quiero que funcione, pensé, “cómo no puedo empezar por mi casa”, y así trabajé en la idea de Bolivia, el impreso, y las charlas y todo lo demás. Hicimos la presentación del impreso en el Teatro Gran Mariscal de Sucre. Allá se puso muy de moda en los institutos técnicos, tuvimos la oportunidad de llegar a estudiantes que estudian de noche. Estuvimos de gira en las universidades de Chuquisaca, fuimos a todas las facultades a mostrar el libro y encontramos una dura realidad. Investigando estadísticas del mundo entero, vimos que también se dan en Bolivia: 9 de cada 10 estudiantes tienen problemas de estudio, no retienen lo que estudian, no se concentran, no pueden estudiar rápido, estudian toda la noche y tienen malos resultados. Y eso lo vimos en la cancha. Ese fue el detonante para ayudar a las personas y cambiar su vida con un libro. Ahora el libro es top en ventas. Sacamos una versión coleccionista, de tapa dura. Solo hay 500 en Bolivia. Y el normal, en tapa blanda, que salió el 25 de junio, y es mucho más accesible para todos los bolsillos. Si bien sigue siendo muy vendido de manera digital, ahora la empresa Amazon se encarga de imprimirlo y distribuirlo en países como Estados Unidos y México. Es un proyecto grande para los estudiantes.
PC. ¿En qué carreas funcionan más tus métodos?
GC. Cuando empecé, la idea era emplearlo en mi carrera, Comunicación, y terminaron siguiéndome de Administración de Empresas, el área económica y de derecho, donde les funciona de maravilla. Hay mucha gente que está empezando a usarlo en matemáticas por un método que diseñé que se llama “el maestro matemático”. Lo han utilizado para ingeniería civil. Nos asombró mucho en una conferencia en la facultad de Ingeniería Civil en Chuquisaca, que es una de las carreras más difíciles y con menos plazas, un chico que se acercó a pedir una foto y firma de libro. Dijo, “¿sabes? Yo estoy aquí por ti, pues aprobé el examen de admisión con el método del chicle”. Y eso te llena de satisfacción, el hecho que alguien te diga, “pude haber tenido otra realidad sin ti”. Son áreas que no he calculado. Tenía pensada el área de sociales, marketing, mis áreas. Pero la matemática y la química han empezado a explotar con este método que creé.
PC. ¿Cómo es el método del chicle?
GC. Antes de comenzar a estudiar, vas a consumir un chicle de un sabor fuerte. Mientras estudias, lees, hablas, masticas el chicle. Cuando termines, chau chicle. Y antes de ingresar al examen, te comes un chicle exactamente del mismo sabor. Yo solo les digo, “no quiero que me crean, llámenme mentiroso. Pruébenlo”. Es un método que tiene que ver con la percepción del gusto y los sentidos al momento de estudiar. Es lo más importante, cuando tenemos el secreto de estudiar sintiendo, percibiendo, se te queda. Hay mucha gente a la que no le funciona muy bien porque se desconcentran mucho con el chile, son personas que tienen TDAH, probablemente. Pero cada método se adapta a cada persona, y hay un método para cada persona. No es que sea tu culpa aplazarte, es que no encontraste tu método personal de estudio. En el libro, con el test de estilos de aprendizaje, les muestro cuál es su método y sus técnicas. Solo se necesita eso. La gran mayoría de personas pasan 12 años en colegio, 4 o 5 años en universidad, sin saber su estilo de estudio, sufriéndola, cuando la respuesta está ahí en un librito de 120 páginas.
PC. ¿Los problemas de estudio se deben a que las nuevas generaciones ya no leen?
GC. Se deben a que de niños no han aprendido a leer. Cuando la mamá dice, “lee este cuentito”, no es por perder el tiempo. Está incentivando algo que se llama estilo de aprendizaje inicial. Cada persona tiene un estilo distinto. Hay tres: kinestésico, lector/escritor, y audiovisual. Cuando a un bebé se le cae el chupón debajo de la cama, el audiovisual va a llorar, va a venir su mamá y se lo va a dar. Él vio qué pasó, no puede sacarlo, quiere llamar a alguien, va a consultar otra fuente, son los estudiantes que consultan YouTube para todo. Un bebé lector/escritor, se va a quedar viendo, analizando, “está imposible”, se duerme. El kinestésico va volando a buscarlo, su cabeza contra el mueble, noqueado. Cada persona es distinta desde el inicio, y cuando no fomentamos ese estilo de aprendizaje, el cerebro se utiliza menos. El pensamiento lo usamos todo el tiempo, pero el aprendizaje tenemos que enfocarlo a la lectura, porque incentiva mucho más que un video. Por eso saqué un libro, porque la lectura es un hábito que se puede construir, te da disciplina y aumenta el coeficiente. Te conviertes en una persona inteligente.
PC. ¿Cómo aprendiste a leer?
GC. Mi mamá me enseñó con unos libros y con lo que teníamos enfrente. Aprendí kinestésicamente. Tengo que ver y tocar. Mi papá también. Es pediatra, y me fue viendo desde niño, motivando a ser mi mejor versión. Yo recuerdo haber crecido con mis cuentitos, pero los niños de 4, 5 años ahora están con su teléfono, jugando. Para mí, el celular existió cuando saqué mi primer libro. Facebook igual. Tenía el teléfono y me servía para llamar a mis papás. Aprendí que era para llamar y ya. Terminé enfocándome en la realidad y los amigos. Vamos a jugar al parque, a patear pelota. Ahí aprendes más que frente a una pantalla. Vamos a suchunear con la botella de plástico, y aprendes que vas a volar si utilizas las botellas de dos litros (Risas).
PC. ¿Qué opinas de la relación entre la niñez y los celulares?
GC. Son una caja de pandora. Pueden ayudar mucho, pero a los hijos los puede perjudicar. Duele ver eso por los papás. El niño no tiene idea de lo que está pasando. Los papás, simplemente porque deje de molestar, le dan su celular. Lo que están haciendo es que el hijo no tenga la capacidad de desarrollar su cerebro al 100% en la edad que más lo necesita. Le están privando de ese derecho. ¿Van a ser buenos estudiantes? No. Necesitan desarrollar la disciplina de leer y el ejercicio. Hay que tener cuidado y es control de padres. Tienen que aprender a controlar porque, si no, estamos perdidos. Hemos ido a un showroom, unos empresarios nos cedieron el espacio más grande de la feria, era un logro porque era para un libro. Y vimos otra realidad de los papás. Vino un chiquito a preguntar por el libro, “¿cuánto cuesta? Ya, ahorita vuelvo”. Va con su mamá, que pregunta, “si, ¿qué es? Es para que sea un mejor estudiante y saque 100 en mi colegio. Vamos a ver las carteras”. Se han ido al frente, el chiquito observaba el libro. “Mamá, por favor, ¿me lo compras?” La mamá con la cartera, “Después”. El chiquito viene y dice, “¿le puedo tomar una foto, aunque sea? Gracias…” y se va. Ahí entiendes que la sociedad funciona así. Por más que nos hayan dado el puesto más grande en la feria, los que más querían el libro, no lo podían tener. Y no puedes ver cómo va a cambiar la sociedad si los padres nunca cambian.
PC. Has creado una empresa para difundir estas técnicas y esta perspectiva diferente, y ahora estás aquí con Lizeth Pérez y Fabricio Vargas, tu equipo.
GC. Ahora Fabricio es el gerente general de ventas, y Lizeth es mi asesora de imagen. Pero la primera empresa que creé fue Gabo Chavarría Producciones. Hacíamos cortometrajes y spots publicitarios para empresas de Chuquisaca que nos buscaban por eso. Ahí nace la idea. Yo quería ser alguien en el mundo de la comunicación, entonces levantaba mis recursos ahí. A los chicos los conozco desde la carrera. Los invité y poco a poco fuimos creciendo hasta el punto que dije, “voy con mi marca personal”, y les cambié el trabajo de camarógrafos y asistentes de producción a asesora de imagen y gerente de ventas.
PC. ¿Cómo es para ustedes la experiencia de trabajar con Gabo?
Fabricio Vargas. Gabo es uno de los mejores jefes. He tenido muchos y él es el mejor porque nos entiende y nos trata como amigos. A veces si saca el látigo (Risas), pero siempre está apoyándonos, preguntando por nosotros, siempre nos guía en lo que tenemos que hacer. La experiencia me permite conocer más del marketing. Es muy interesante.
Lizeth Pérez. Es una experiencia muy bonita. Durante nuestra formación fue nuestro compañero y siempre estuvo ahí, impulsándonos a continuar. En los proyectos siempre te eleva a ser mejor y busca tu talento. A mí me hizo actuar en un cortometraje. Y la recepción de la gente es muy buena. Vemos el talento que tiene. A mí me inspira a seguir. Más que su amiga, yo me considero una fanática también. Admiro el trabajo que hace, y por eso sigo acompañándolo, porque se merece eso y mucho más.
GC. Si yo lo hiciese solo, no tendría la facilidad de hacer nada. Ellos contratan gente para que haga envíos a nivel nacional, todos los días, y eso me permite ser un empresario. El emprendedor es quien hace todo en su negocio. Ahora se lo dejo a ellos, tienen su sistema, y yo he aprendido a delegar las cosas que no puedo controlar.
No es “termino la carrera y voy a trabajar”, sino “termino la carrera y persigo mis sueños, ¿qué quiero hacer?”
PC. ¿Qué te hizo cambiar el chip de emprendedor a empresario?
GC. Un día desperté en mi casa y dije, “quiero ser alguien grande, quiero lograr muchas cosas que alguna vez soñé”. Ahí entendí que mucha gente sigue pensando que el emprendimiento es solo para emprendedores. Pero hay que entender que los empresarios no lo son por tener cientos de trabajadores. Hay empresarios gigantes que lo son cuando aprenden a tomar el riesgo que yo tomé, que es desligar a tu empresa de tu poder y control y empezar a ser el líder de tu empresa. Es muy distinto ser el jefe de la empresa que ser el líder. Yo tenía mucho estrés. Como emprendedor, tienes más estrés que como empresario, porque tratas de controlarlo todo. Cuando eres un empresario, solo tienes fe en tu equipo, y yo les dije, “tengo fe en ustedes, se encargan y se arreglan. Voy a darlo todo para que sigamos creciendo y atrayendo más personas”. Ahí te vuelves empresario, cuando puedes decir, “si quiero que mi empresa crezca, tengo que dejarla crecer”. Una planta no crece cuando la miras, crece cuando simplemente la riegas y no la estás viendo. Hay un montón de emprendedores, y todos piensan que ser empresario es tener muchos trabajadores y guiarlos a todos. Pero así no tendrías vida. Entonces tienes que entender que cuando eres empresario, tienes que aprender a crear sistemas. Y es lo que vengo a hacer en Tarija. La charla se llama “Impulsando líderes”, y tiene que ver con liderazgo en emprendimiento y en creación de empleo. Para que los estudiantes sepan que no es “termino la carrera y voy a trabajar”, sino “termino la carrera y persigo mis sueños, ¿qué quiero hacer?”. Hay gente que también tiene sueños de trabajar para una empresa importante, pero hay que aprender a ser líder para conseguir ese trabajo. Un líder ser crea. Juan Misael Saracho, por ejemplo, un líder en el mundo militar. San Pablo, un perseguidor de cristianos que después, cuando tiene la visión de Jesús en Damasco, se convierte en un líder dentro del cristianismo. Domingo Savio, alumno de Juan Bosco, un alumno espiritual y académico que sabía enseñar a sus amigos el camino de Dios. Todos ellos eran líderes. Estoy seguro que Tarija tiene líderes, tal vez dormidos, pero los voy a despertar.
PC. ¿Cómo ha sido tu preparación para convertirte en orador?
GC. Aprendí en el circuito de charlas TED. Cuando di la primera, fue una locura. “Tienes 15 minutos, tienes que cambiar a la gente, sales en un canal con 3 millones de personas”. Ves la manera, te evalúan, “estás mal, tienes que mejorar”. Tienes una idea, pero están contigo otras personas. Para mi primera charla, “el valor de la vida”, me dijeron, “más o menos”, pero yo trabajé mucho en eso. A intentar otra vez. Al final, di una excelente charla sobre el valor personal y la autoestima. Yo le preguntaba a la gente, “¿cuánto vales? Ponte un número”, y nadie se puede poner un número, pero la gente reconoce que todos tenemos un valor y el único que lo va a reconocer eres tú. Si dejas que otras personas te den un valor, nunca vas a valer nada. Si te imprimes tu propio valor, vales mucho. Y eso vengo a hacer.
PC. ¿Así llegaste a la misión de despertar otras conciencias?
GC. Cuando empecé, lo hice pensando en cambiar la organización mental de la gente. En todo, en el cine, la música, la literatura. Todo ha sido parte de mi camino de superación personal, que la gente diga que no podía, y poder. En la feria regional de Chuquisaca me estrené con mi libro “El Maniquí”. Tenía 16 años, era el menor de toda la feria. Mis colegas eran escritores. Vino uno y me dijo, “¿cuándo va a venir el escritor de ese libro que estás promocionando? Soy yo el escritor. ¿Tú? ¿De 16? Te estás quemando en el mundo de escritores, nunca vas a ser nada. Suerte con vender un libro”. Yo me sentí muy mal, todavía era un adolescente. Conocí un amigo que me dijo, “no le hagas caso. Yo no soy escritor, y he escrito un libro”. Me encantó su mentalidad. Y me inspiró. No importa lo que digan de mí, lo voy a lograr. Y en esa feria fui el libro más vendido de toda Chuquisaca. No me la creía, y desde ahí fui muy creyente de Dios. Porque a veces te pone personas que te dicen que no lo vas a lograr. De niño sufría bullying, mi mamá me llevaba a clases de tae kwon do, natación, tennis, futbol, futsal, gimnasia. Entrené todo. En cada una me decían, “es el gordito Chavarría, no va a poder”. Pesaba 80 kilos a los 10 años. Era obeso. Aprendí a fortalecerme, a que me digan de todo, y aprendí que la gente trata de sacarte pelos de la cabeza, pero si no te dejas, no va a pasar nada. Y todo lo que dices, tiene esa carga, “tú puedes”. Falta mucha gente que nos diga que vale la pena, que lo mereces, que has dado mucho por llegar aquí. Hay días en los que te sientes miserable, pero sólo hay que entender que eres el único que va a ver esos fracasos y triunfos.
Cómo nace la chispa, cómo se crean los sentimientos, cómo siento lo que siento si no hay algo detrás de mí.
PC. ¿Qué rol tiene la religión en tu recorrido?
GC. Yo soy deísta. Los deístas somos creyentes de Dios, pero no defensores de la religión. Yo todavía no me siento listo para eso. Una religión conlleva responsabilidad y un patrón mental muy fuerte. Tengo una espiritualidad marcada en Dios, y hay uno solo. Es el Uno, es Buda, la energía, el Dios de Spinoza. He leído mucho de él y ha sido una gran influencia en mí. No sé si estamos hablando de un Dios físico, barbón. Estamos hablando quizá de una energía, una llama. Yo me debo a Él, y he visto muchas cosas en mi vida para estar seguro y decirte que existe. Me ha salvado de veces y veces, me ha dado bondades, me ha enseñado cosas. Me debo a Dios, todos mis proyectos, estar aquí. Siempre trato de enseñarle eso a mis muchachos. Antes de viajar, siempre oramos. Para mí es muy importante la oración, es cómo te estás dirigiendo a otra persona, otra energía, y cómo te perciben, cómo es importante para ti. Muchas veces he tenido conflictos, por supuesto, porque hay muchas personas que son cerradas. Cuando era estudiante, tenía un compañero que leyó mi libro y me dijo, “me parece una basura, y ¿por qué crees en Dios si no existe? Quiero que me expliques”. Entiendo y respeto lo que otros profesan, pero para mi Dios es la energía que uno tiene cuando quiere hacer cosas. Yo no creo que no exista nada, si no, no estaríamos aquí. Cómo nace la chispa, cómo se crean los sentimientos, cómo siento lo que siento si no hay algo detrás de mí. La experiencia y la emoción es algo que vale, siempre.
PC. ¿Esa fe viene de tu familia?
GC. Empecé con la espiritualidad cuando dejé el catolicismo. Estaba haciendo mi confirmación, estaba en el taller, me sentía vacío, tenía exámenes de 100, excelente promedio. En ese entonces iba con mi expareja. Nunca estudiaba. Para mí la espiritualidad no se tiene que estudiar como querían hacerlo, en un taller de 5 horas de estudio. Se siente. Nos preguntan cosas de la Biblia, pero es como contar una historia, puedes agarrar tus recuerdos. Y cuando decidí salirme, se lo dije a mis papás. Todo mi entorno lo vio mal, “cómo es posible, eres el mejor alumno, cómo te vas a salir”. Mi pareja, sus papás, “cómo es posible, la estás abandonando”. Yo no lo veía mal, era una decisión personal. Y los únicos que me bancaron fueron mi familia. “Si necesitas un tiempo para encontrarte, descúbrete”. Y en ese tiempo terminé mi libro y entendí quién era Dios realmente, cuando vi que lo mío iba por otro lado. Ellos me han marcado en todo. Desde el inició me apoyaron. Yo era un chico de 16 años, no podía financiar un libro. Ellos lo hicieron. Llegué a ser el mejor alumno de mi colegio y les pedí un regalo, “quiero escribir un libro, ¿me lo pueden financiar? Con todo gusto”. Nunca me olvido. Porque esas ideas que otros hubieran dicho que no funcionan, ellos dijeron sí. Para hacer un proyecto, consulto con el equipo y consulto con mi familia, porque son una voz de criterio. Hasta para venir aquí. Si bien no son parte de la empresa, son parte de mi corazón. Son mentores de mi vida, y me han enseñado muchas cosas, muchos valores. Mis padres son médicos, y mi hermano es arquitecto. Yo soy el único comunicador de la familia. Cuando inicié, mi abuela me decía, “tú eres la oveja negra”, porque todos mis tíos son médicos, mi abuela es enfermera. En la mesa de almuerzo, “¿qué tal ese paciente? Ya lo operamos”, no se hablaba de nada más. Ya soy casi médico, te diré (Risas). Y mi abuela dice que no dijo eso nunca, pero dijo, “si estudias comunicación, vas a terminar tomando fotos a perros en la plaza” (Risas). Dolió porque era la abuela. Pero al final no importa qué estudias, importa quién eres tú. Esto lo dice James Clear en “Hábitos Atómicos”, cómo construir tu identidad para convertirte en quien eres, sin importar quien seas. Cuando tienes éxito, la familia en general te apoya. Pero yo le debo mi agradecimiento a mi familia nuclear. Mi mamá Blanca, mi papá José Luis, y mi hermano Pedro. Los tíos dicen, “si, a ver si logras”. Después te ven con los millones de seguidores y, “¡Excelente! ¡A romperla!”. Pero los únicos que me vieron cuando no había nada, mis primeros fans, mis papás. Y a mis primeros fans les debo todo, porque ellos me vieron crecer.
PC. ¿Qué influencia tienen las cosas que pasan en Bolivia en tus proyectos?
GC. Para mí, todo movimiento que pase en Bolivia es importante. En lo personal, soy el fastidioso voto blanco de las elecciones. No me gustan ni unos ni otros. Pero observo, y por más que siempre tengas uno o varios líderes que crean ser buenos, no se trata de quién sea, sino quién está detrás. Armar un equipo es muy complicado, en cualquier lado que estés, izquierda o derecha. No importa, un buen equipo siempre va a tener personas y pruebas. El problema es que rápida y fácilmente se dejan corromper. La corrupción es parte de la mentalidad de un estudiante. Puedes moldear esa parte de ti, respetar tus principios siempre, sin importar cuán fácil sea el camino, que tomes siempre el camino más inteligente, que no es siempre el más difícil. En Bolivia, siempre hay corrupción, sin importar quién esté ahí. Es lo que trato de trabajar con todos mis estudiantes, sacar los hábitos malos, y tener hábitos para ser mejor persona, trabajar el instinto y la madurez que se necesita para tomar acciones y decisiones que a veces te pueden llevar a pagar un precio moral. Por ser honesto, me estoy tomando el camino difícil o agrio, pero doy un paso que nadie más toma hacia el valor. La gente no es valiente. Necesitas valentía para decir no, y poca gente tiene la valentía de obrar bien sin importar lo que pase. Es algo que trabajo con mi contenido, sin importar el partido que gobierne, sin importar que todos tengan algo bueno que aportar, siempre enfocarse en seguir al primer líder que conocen, que es uno mismo. “Sigue tus principios y así vas a llegar lejos”.
Puedes controlar tu cuerpo para lo que desees, y el deseo debe ser muy cuidadoso.
PC. Decías que en tus charlas ves a la gente hundida por el estrés. ¿Qué impide que las personas visualicen lo que quieren hacer con su vida?
GC. La falta de confianza. Las personas no creen en sí mismas. Preguntas a una persona “cuál es tu meta para fin de año”. Digamos que es adelgazar. Le dices, “quiero que hagas el ejercicio de imaginar qué harías si ya tuvieras esa meta en tus manos”. La gente no puede, y ese es el problema. Si quieres conseguir algo, tienes que pensar que ya lo tienes. Y para poder mentalizarte, tienes que pensar qué hacer en el momento para controlar el camino hacia tu propósito. Si tengo una meta, ya me veo como ganador. Yo les pido que escriban cómo se siente tener ese cuerpo, y no pueden. No se trata de no tenerlo ya, lo vas a tener si lo sientes. Escribir que se siente increíble, que puedo ir con confianza a las fiestas, que digan cómo se siente, cómo piensan, con confianza. Es un aspecto que se necesita para visualizar, confiar y creer en ti. Muchas veces vas a caer, te vas a comer una hamburguesa. Pero esas caídas te hacen más fuerte. Eso les digo a los estudiantes, que se vean con su título, su toga, a quién quieren ver, a quién están abrazando. Cuando logras hacer esa visualización con sensaciones, el cerebro lo vive. Científicamente se ha visto que la chica que te gusta te envía un mensaje, le respondes, y no te contesta jamás, el cuerpo lo siente como una bofetada, como una traición terrible, por más que no sea así. Puedes controlar tu cuerpo para lo que desees, y el deseo debe ser muy cuidadoso. Por eso trato de mejorar la visualización con la confianza. “Ya lo logré, solamente me queda trabajar”. Y así te programas para hacer cosas y lograrlo. “¿Quién debo ser para ser el mejor alumno de mi universidad? Un alumno disciplinado, organizado”. Y así en todas las situaciones de tu vida.
PC. Escribiste un libro de recetas sin gluten. ¿Qué importancia tiene la alimentación en el logro de las metas personales?
GC. Está en el dicho “mente sana en cuerpo sano”. Y es uno de los mandamientos de mi libro. Cuida lo que consumes, tu cuerpo te lleva a tus clases y actividades, imagínate tenerlo descuidado. Pero también cuida tu mente, lo que consumes y ves en redes sociales, personas que no contribuyen y no enseñan. Y si quieres comer saludable, ahí tienes el libro “100 recetas que cambiarán tu vida”. Lo escribí junto con mi mamá, que tiene maestría en nutrición. Es nuestra vida. Yo soy intolerante al gluten. Todo lo que como tiene que estar libre de TACC (trigo, avena, centeno y cebada). Lo que tratamos de hacer es crear recetas. Yo era su conejillo de indias. Las primeras recetas eran malas (Risas), pero fuimos probando. Y es un mundo delicioso. Siempre que estoy en casa de mis papás, es una belleza la cocina de mi mamá. Teníamos tantas recetas que pensamos en hacer un recetario para todas las personas que tienen esa necesidad. Por más que no sea mi libro más conocido, es un éxito de ventas. Hemos hecho envíos a clínicas de Santa Cruz y Cochabamba. En Sucre, tenemos una buena comunidad de personas que no consumen gluten, pero en todo el país también. Y eso genera ansiedad. O la gente cree que las cosas sin trigo son caras. Puede ser, pero el libro es una alternativa para que cocinen barato y sin gluten.
PC. A tus 12 eras un YouTuber. A tus 22, un empresario que muestra formas de aprender a través de la emoción y los sentidos. A tus 32, estaremos en el año 2033 y es posible que la vida sea muy diferente a lo que conocemos ahora. ¿Quién será Gabo Chavarría?
GC. Yo quiero ser un fiel amante de Dios. El camino que tengo para los 32, 42, 52, es simplemente aprender a amar a Dios en todo lo que haga. Ahora estoy haciendo métodos de estudio. En el futuro inmediato, me voy a Valencia este octubre a hacer un master en Community Management, porque mi idea es crear una empresa de soluciones en Social Media para que cualquier persona se convierta en empresario. Nosotros vamos a ayudar a hacer lo que hacemos: conectar gente, conseguir clientes, generar ventas y crear un sistema. Cualquier emprendedor que quizá va perdido por la vida, podrá inscribirse y le ayudaremos a manejar sus redes para conseguir clientes y generar empleos. La economía dentro de un tiempo va a estar bien para aquellos que sepan batallar. Va a ser un juego competitivo. Y lo vas a conseguir si trabajas duro desde ahora. Porque estoy seguro que hay emprendedores que sueñan con volverse en empresarios. Tengo esa visualización. También quiero seguir creando contenido, convertirme en alguien más grande y no solo cambiar Bolivia, quiero cambiar el mundo. Ya empezó con Amazon y la distribución internacional. Con los libros es poco a poco, pero me interesa que ese libro esté en todas las universidades. Ese libro no te enseña a ser un cerebrito, te enseña a ser una buena persona. Y eso le falta a mucha gente ahora. Yo estaría satisfecho si dentro de 10 años sigo siendo un amante de Dios, obrando por el bien, y que mi familia me siga apoyando en lo que hago. Trabajo siempre mirando al futuro, y permitiéndome observar el presente. Gabriel de 12 tenía razón en hacer videos. Pero Gabriel de 22 tiene razón en hacer esta empresa y seguir, que es mi presente.
PC. ¿Una conclusión?
GC. Si. Cree en ti si quieres que los demás crean en ti. Y cree en Dios si quieres conseguir todo lo que deseas en tu vida. Siempre respeta tus valores, tu disciplina y a tu familia. Pero lo más importante es creer. Sólo se trata de creer que puedes y lo vas a lograr, y trabajar en consecuencia. No esperar que la suerte te llegue. Buscar tus caminos, construir, sembrar el campo para que crezca tu trébol de cuatro hojas. El objetivo es que tú puedas crear tu abundancia y prosperidad. Y agradecer. Estoy agradecido con mis fanáticos y seguidores porque sé que me ven desde todas partes de Bolivia y el mundo. Con mi equipo, Fabricio, Lizeth y Yamil. Y sobre todo con mi familia, mi mamá Blanca, mi papá José Luis, mi hermano Pedro, y también mi abuelita Blanca Velasco. Ellos me bancan siempre. Sé que en algún momento traté de no poder más, me sentí insuficiente, pensé que ahí se terminaba todo. Pero gracias a Dios todo se pudo, y gracias a su fe crecimos juntos.