Melina Aldana Rojas y la música para las nuevas generaciones
Abriéndose paso en la escena musical tarijeña con el lanzamiento de su primer sencillo, Melina Aldana comienza su carrera como compositora y no va a parar.



Desde pequeña, Melina Aldana Rojas se ha dedicado a dos cosas: la escuela y la música. Su madre le hacía cantar, su padre fue su primer profesor de piano, y su abuelo le regaló el primer violín con el que, a sus 7 años, comenzó a profesionalizarse para convertirse en una violinista muy solvente. Hoy día, con 20 años de edad, Melina toca en orquestas y se dedica a hacer realidad su carrera como solista, al tiempo que estudia Idiomas y Turismo.
En esta entrevista conoceremos más de sobre ella y su recorrido, lleno de aprendizajes que pueden guiar a las nuevas generaciones que quieran crecer en el mundo de la música, y también, por qué no, a cualquier persona que quiera realizar un proyecto de vida.
Pura Cepa (PC). ¿Cómo entraste al mundo de la música?
Melina Aldana Rojas (MAR). Como todo niño, creo que he empezado con las canciones que nos hacen cantar en el kínder. Mi mamá me hacía cantar siempre, y recuerdo que he comenzado a hacer música ella. Mi papá ha sido mi primer profesor de piano. Siempre lo veía a tocar, me ponía una silla a su lado y tocaba cualquier cosa. Un día, simplemente me acerqué y le pedí que me enseñe. Y a los 7 años, ya empiezo con el violín. En ese tiempo, vivía en Yacuiba con mis papás. Llegó mi abuelo con el violín de regalo, y ya no lo he dejado.
Llegó mi abuelo con el violín de regalo, y ya no lo he dejado.
PC. Tu familia tiene un rol importante en tu desarrollo musical.
MAR. Han estado ahí desde el inicio. Prácticamente desde el vientre he estado en contacto con la música, y me ha sido mucho más fácil descubrir el interés que tenía. Ellos me llevaban a mis clases, iban a mis conciertos. Sentir ese apoyo ha sido algo de peso para que pueda seguir tantos años con la música. Ellos han estado en la composición de mi zamba. Sin ellos hubiera sido mucho más difícil para mí seguir este camino. Siempre lo he hecho con ellos, cuando tenía que tocar, mi papá siempre me acompaña con la guitarra. Estar en contacto con ellos y hacer música, para mí, ha hecho que cobre otro significado. Al hacer música, siento que estoy en casa, en familia, porque ellos siempre han estado ahí. Han logrado que la música tenga un significado más grande en mi vida del que ya tenía.
PC. ¿Cuáles son tus influencias musicales?
MAR. En la música que hago, más que todo está Mercedes Sosa, los Chalchaleros, los montoneros de Méndez, Gladys Moreno, Los Panchos. A mí, la música de antaño me encanta, esa época de oro, la música folclórica argentina, y el bolero, que es de toda Latinoamérica. Y trato de reflejar esto en lo que hago. Me gustaría en mis composiciones meter esa sensibilidad de las letras de antes, pero con ritmos de nuestra generación. En general, mis influencias son esas, debido a la sensibilidad que la música actual ha perdido.
PC. ¿Desde cuándo compones?
MAR. La composición ronda mi mente desde los 15 años, pero no era tan importante como ahora. No es hasta el año pasado que digo, “ya, eso es a lo que me quiero dedicar, entonces tengo que componer”. Hace varios años, mi papá ha tocado con los Kjarkas. Llevó a mi hermano mayor con él. Y tras escena habló con Gonzalo Hermosa y le preguntó por algún consejo para sus hijos. Gonzalo le dijo, “produce cosas originales. Eso te va a dar una mínima chance de triunfar. Si haces lo que todo el mundo, no tienes oportunidad. Produce tus cosas”. Y mi hermano viene y me cuenta, y digo, “tiene toda la razón”. Le pido a mi profe de historia musical que me ayude para estudiar composición. “No esperes a tener un título para componer”, me dice, “compone”. Comencé el año pasado, y no tenía idea qué hacer. Creo que lo más importante ha sido pensar qué es lo que quiero expresar. Una composición es mostrar una parte muy vulnerable de uno mismo, algo que otras personas no han visto.

PC. ¿Qué importancia tiene la música como forma de expresión?
MAR. La música es la forma más pura de expresión que tiene el ser humano. El compositor refleja aspectos de su vida, los sentimientos, emociones, el contexto social, la cultura de la gente. La música aquí refleja bastante el carácter de cómo es la gente en Tarija. Aparte de expresar el sentimiento del compositor, la música tiene el poder de expresar el sentimiento colectivo, la forma en que la gente vive. Un intérprete puede hacer sentir exactamente lo que está sintiendo al público. Es una conexión íntima la que genera la música.
PC. ¿Qué es lo que expresas con tu música?
MAR. Con mi música, expreso lo que soy. Me he criado entre la ciudad y el campo. A los 5 años mi papá tuvo que hacer su año de provincia, y nos fuimos a vivir a Yacuiba. Como está cerca de Caraparí, paraba mucho tiempo por ahí, y mi niñez ha sido andar a caballo, hacer humintas a la leña. He tenido como mascota una gallina catalana, que se le dice chichirichi. Y luego he tenido que adecuarme nuevamente a la ciudad. Hay una diferencia. Mi personalidad está entre las dos cosas: me encanta ir al cine, la disco, estar en la plaza tomando algo con mis amigos, ver pelis. Pero también soy de ir a acampar, cocinar en leña. Y también que vengo con mi familia por detrás, y quiero expresar esa herencia y traer esa sensibilidad de la música antes, adecuándola a lo que es ahora. Es bonito saber que uno no es sólo uno mismo, sino que es resultado de las generaciones que vienen detrás. Todo lo que tenemos, viene de muchos años antes.
Es bonito saber que uno no es sólo uno mismo, sino que es resultado de las generaciones que vienen detrás.
PC. ¿Cuál es la importancia de crear música original?
MAR. Para el artista, aporta mucho a la interpretación. Componer hace que uno se desenvuelva de manera más espontánea en el escenario. Si uno hace lo que otros ya han hecho, no se aporta nada nuevo. Uno tiene que buscar sorprender al público, captar su atención con lo que uno es. Para el público, siento que cada generación tiene la música que le identifica. Mi abuelita escucha boleros y vuelve a ser joven. Mis papás, cuando escuchan a Queen o Bon Jovi, se vuelven locos. Las nuevas generaciones necesitamos tener una música que nos identifique, que escuchemos y digamos, “esto es de mi época”, y tener ese sentimiento. Si desaparecen los compositores, las nuevas generaciones van a escuchar lo de siempre y no van a tener ese sentido de identidad que el ser humano siempre busca.
PC. Aparte de la música, ¿qué otras cosas te hacen ser quien eres?
MAR. Siempre me he identificado como violinista, una persona que ama la música y a su familia. Todo lo que se refiera al arte, me encanta. Exposiciones de pintura, puedo sentir lo que el artista ha querido expresar. Me encanta comprar pinturas. Sé que mis papás me dicen que soy muy mano suelta, pero tengo en mi cuarto varios cuadros y artesanías. Todo lo que tenga que ver con Tarija, me encanta. Y las cosas raras y originales, me gustan. Leer es un hábito que he agarrado de mi papá. Tenemos un cuarto de visitas, y el ropero está llenito de libros. Mi papá colecciona la sección del Cántaro. Tiene todos enumerados, con su índice donde dice en qué parte están las notas. Desde mis 14, tengo la manía de sacarlos y leer. Me encantan porque tienen datos, poemas, biografías de personajes ilustres de la ciudad. Siempre me ha gustado mucho la historia, y tengo esa manía rara de leer periódicos antiguos. Disfruto mucho leer libros de historia. Así uno se puede formar una opinión propia, sin sujetarse a lo que los demás dicen. Y me gustan mucho los idiomas, la parte gramatical, el porqué de las palabras. En Instagram sigo muchas páginas de gramática española y francesa, y tienen datos curiosos. Eso me encanta.
PC. ¿Qué aprendizajes has tenido en tu recorrido musical?
MAR. Creo que el aprendizaje más valioso que he podido tener es la confianza en mí misma. De pequeña era muy insegura, y todavía estoy trabajando en eso. No confiaba en mis capacidades y mi talento. No me gustaba tocar sola, en mi cabeza la gente estaba riéndose de mí, y siempre me repetía que no puedo. Y he logrado cosas que la Melina pequeñita no se iba a imaginar. Muchas veces he pensado en dejar el violín, pensaba que no era lo suficientemente buena para seguir. Mi profesor me ha hecho entender que a veces las cosas son fáciles para unos y difíciles para otros, y eso no importa porque lo que cuenta es que uno se esfuerce, y creer en el potencial que uno tiene. No importa quién sea el más talentoso, sino quién es el más constante. La perseverancia te lleva a otro nivel. Y estoy muy agradecida de haber aprendido eso gracias a mis profesores, que jamás me han dejado rendirme, me han puesto el hombro. Algo importante para quienes piensan dedicarse a la música es confiar en su potencial, nunca dejar de intentar. Si uno se rinde a la primera, no llegas a nada. Y si hay alguien que te ayude a entrar en razón, mejor. Si te caes, no importa, te vuelves a levantar, y lo vuelves a intentar hasta que se dé. En cualquier ámbito de la vida, eso es de mucha ayuda. Otra cosa más, ser agradecido. No me refiero a decir “gracias”, sino a ayudarse. Si he tenido la oportunidad de tener clases con maestros de otros países, cuando tenga la oportunidad de ayudar a alguien, lo tengo que hacer. Ser egoísta, no. Hay que compartir lo que uno sabe. La música es para compartir, y así como he tenido oportunidades increíbles, tengo que saber ser agradecida y compartir con otras personas. A mis maestros de Octava, a Laurent Astruc, Valentina Janco, Andrés Uribe, Gabriel Bilbao, y a mi familia. Todos ellos han estado metidos en el proceso por el que he tenido que pasar para descubrir realmente lo que quería hacer con mi vida y la música. Han sido pilares muy importantes, y el resultado de todo eso es "Desde Que Te Conocí".
Tuve que poner los pies en la tierra, y ahora estoy dando los primeros pasos de ese plan que hice.
PC. ¿En dónde te ves ahora y cuál es la proyección de tu carrera musical?
MAR. Siento que estoy al inicio de todo. Empecé hace 13 años en otra rama de la música, y me queda un camino largo por recorrer. He tomado la decisión a los 17, pero no me gustaba pensar en la música como algo comercial, sino como algo más romántico, que la música sale del corazón y es para sentir. Y sí, la música busca eso, pero ¿voy a poder vivir de esto más allá? Tuve que poner los pies en la tierra, y ahora estoy dando los primeros pasos de ese plan que hice. Si va como hasta ahora, me encantaría hacer conciertos, tocar, cantar, y hacer que la gente se sienta conectada con su cultura. Me encanta el folclore, es la expresión más genuina de un grupo de personas y engloba el carácter de la gente. Es el tipo de música más importante que puede tener un pueblo, una nación. Y quiero que con mi música la gente disfrute y se sienta identificada. Y ya de viejita, cuando no me dé la fuerza para actuar, simplemente me dedicaría a componer para otras personas, incluso bandas sonoras de películas. Ese sería mi sueño hecho realidad.