Ni Más Ni Menos: Ana Aurora Arzabe
Un especial de Pura Cepa en este Día de la Madre Boliviana. Visitamos a la psicóloga formada en psicoanálisis para hablar de un tema del cual depende el desarrollo de la sociedad tarijeña.



Ana Aurora Arzabe es una psicóloga titulada en la Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba que sigue la línea psicoanalítica. Tiene su consultorio privado, se encarga del gabinete psicológico del Colegio San Bernardo, y da clases en la Universidad Privada Domingo Savio. También ha tenido experiencia en el servicio público como concejal, en la Secretaría de Desarrollo Social y en la Prefectura departamental. Con todo esto, Ana nos permitió conocer los ámbitos de trabajo de la psicología y el psicoanálisis, disciplinas que suelen confundirse con la psiquiatría, “la que trata con los psicóticos, los que llamamos ‘locos’ en lo corriente”, hecho del que se desprenden muchos malentendidos y estigmas que pesan sobre la salud mental de cada persona y de cada sociedad.
Para ella, después de revisar investigaciones y hacer práctica clínica, la conclusión es que “la salud mental es determinante para resolver los problemas de la vida y evitar la somatización de enfermedades”. Sin embargo, la evidencia debe enfrentarse también a la desinformación, más aún cuando la psicología tiene muy poco tiempo de haber ingresado a un lugar como Tarija, mientras en otros países vecinos, como Argentina, Chile o Brasil, “es común que las personas tengan su psicoanalista de cabecera”.
En la charla, Arzabe nos ayudó a distinguir dos términos que están en el centro del fenómeno de estigmatización de la salud mental. “La psicosis es como aquella media a la que, en algún momento de las primeras etapas de la vida, se le hizo un agujero y nunca se va a poder rellenar. Hay estados de remisión en los que se puede tener una vida más tranquila, pero las etapas de crisis van a aparecer siempre. En cambio, los neuróticos son los simpáticos de la película, somos casi todos, los que podemos estar entre los normalizados. Podemos ser un poco más obsesivos, fóbicos, histéricos, pero con la atención de un profesional es posible superar las crisis y tener sanación”.
Ana mencionó que otro componente a tomar en cuenta es la percepción patriarcal del rol de hombre y la mujer. “Al hombre fuerte, que puede, que no decae, suficiente, poderoso, ya le es difícil reconocer una enfermedad orgánica, más aún un tema psicológico que le molesta. El hombre acude poco a la consulta. La mujer acude más por los hijos, porque tiene un rol dentro de la familia, pero no ante la primera sospecha, sino cuando ya las cosas están molestando demasiado”.
“Ojalá que este rol que nos toca jugar sea profundizado en la esperanza de que hagamos una sociedad equitativa, con mayor respeto a nuestros propios derechos”
Más aún, para Ana la pandemia y la consiguiente crisis económica establecieron un antes y un después en relación a la salud mental. “No es que antes no existían problemas, pero esto ha sido un estallido profundo para el ser humano”. Durante la pandemia, ella atendió sobre todo a niños y adolescentes afectados por un ambiente en el que los medios de comunicación se dedicaron solamente a dar “la mala noticia”, sin que en el periodo de pospandemia hayan logrado “ayudar a restaurar el equilibrio emocional, la esperanza, la posibilidad de salida, la vida, el goce. Cada familia lo vivió como pudo. Y hasta el día de hoy, lo que encontramos es algo que le hace daño al ser humano: Vivir en la incertidumbre”.
Para la psicoanalista existen formas de ayuda comunitaria que pueden tener muy buenos resultados si se involucran profesionales con especialidad y experiencia, y, sobre todo, si el Estado desarrolla políticas públicas transversales, de manera que la salud mental deje de ser un misterio. Y en este Día de la Madre Boliviana, Ana Aurora Arzabe celebra que la mujer “se ha atrevido a ser parte de las decisiones sociales, políticas, económicas, familiares, y ojalá que este rol que nos toca jugar sea profundizado en la esperanza de que hagamos una sociedad equitativa, con mayor respeto a nuestros propios derechos”.