Antiquarks, la música como un sistema de juego
La última parada de su tercera vez en Tarija fue para abrir “Abril”.
Richard Monségu y Nicolas Côme se dieron una vuelta por Bolivia, y llegaron a Tarija a visitar a amigos y seguidores. “Tercera vez que vengo. Para mí y la compañía es un privilegio, porque la gente es amable y tan simpática”, dijo Monségu, que junto a Côme ofreció un concierto magistral en el Teatro de la Casa de la Cultura, encantando al público con la facilidad y la gracia que caracteriza el juego musical que viene cultivando desde la infancia.
“Era un niño un poco difícil, con mucha energía. La única cosa que podía tranquilizarme era la música”, recuerda Richard, que empezó haciendo espectáculos para sus abuelos, tocando una guitarra de plástico para acompañar canciones que no existían.
Para algunos, las ocurrencias que le brotan entre canciones pueden ser payasadas. Pero también las fugaces iluminaciones de un buda, de un ser libre que vive la música como vive su vida. “Yo soy un hombre del sonido. Y del baile. En mis espectáculos de niñez, hacía hasta de payaso”.
La influencia de la música negra de Estados Unidos y del rock progresivo se siente cuando toma el escenario. Funk, misticismo y ciencia son algunos de los sabores que Monségu, Côme, y sus varios invitados, estas partículas elementales que se complementan en un sistema musical bien afinado y ensayado, entregaron a un público que pudo sentir la emoción de la infancia y la impredictibilidad en la primera noche del festival “Abril en Tarija” 2023.