Karla Ontiveros, apasionada de la voz y la música que abre su propio camino
Luego de una fractura amorosa, la paceña Karla renunció a su profesión y retomó la música en serio estudiando a fondo el arte de la voz.
Llegó un momento en el que Karla no imaginaba vivir una vida monótona, cumpliendo horas fijas desde un escritorio en el que, con suerte, le permitirían escuchar música con audífonos. No, eso no se puede. Por eso renunció a la comunicación social, el relacionamiento público y el periodismo para sumergirse en el canto por completo.
La audaz decisión no fue gratuita. Su pasión por el arte y la música ya latía en su infancia de la que recuerda influencias decisivas como la bisabuela Mery Chirveches, que junto a su esposo dirigía la academia de Bellas Artes de La Paz y le inculcaba el gusto por la música clásica; o las guitarreadas de los músicos de la iglesia a la que sus padres asistían. “Yo iba porque mis papás eran jóvenes y no tenían con quien dejarnos”.
“Cantar involucra todo el cuerpo, se activan todas nuestras neuronas, la memoria, la expresión. Si tenemos miedo, no podemos cantar. Por eso la gente se identifica mucho con los cantantes que expresan su humanidad en la música”
Karla es paceña, pero ama Cochabamba. Ahí decidió estudiar música y cantar en serio. Hizo su tecnicatura superior en canto en el Conservatorio Milán, y en ese entorno recibió muchas invitaciones de amigos para subir a incontables escenarios. Otros profesores afinaron su visión, como Raúl Ybarnegaray quien le instó a estudiar música desde cero; o Juan Andrés Palacios, que le aconsejó enseñar para seguir aprendiendo y entrenando la voz.
En su recorrido, Karla ha aprendido que la voz es mucho más que cantar bonito. “Cantar involucra todo el cuerpo, se activan todas nuestras neuronas, la memoria, la expresión. Si tenemos miedo, no podemos cantar. Por eso la gente se identifica mucho con los cantantes que expresan su humanidad en la música”.
Apasionada del canto, Karla no descansa. “Si no estoy enseñando, me pongo a ver conciertos de mis cantantes favoritos tratando de analizar lo que hacen”. Llegar a encontrar esa pasión le ha costado atravesar algunas amarguras de las que se ha recobrado con una nueva perspectiva. “No sabes qué puede pasar, yo era comunicadora y ahora soy cantante profesional. La vida te pone situaciones y personas para que hagas ciertas cosas, pero lo que pasa en tu vida es lo que tiene que ser”.
La líder de Delpi Band, su propio proyecto musical, está orgullosa de contar con una banda sólida y creativa, formada por grandes músicos del medio nacional: Juan Ernesto Saavedra, Osmar Ballesteros y Leo Miranda. Con su apoyo, Karla abre una brecha para que otras mujeres sientan que se puede acceder con más facilidad a producir su propia música.
“Solo anhelo que haya una buena industria musical en Bolivia, y que puedan apreciar todo el trabajo que hacemos. No es nomás subir al escenario y cantar porque te gusta. Hay mucho trabajo por detrás. Representamos a Bolivia en festivales internacionales, vamos con nuestro dinero una vez, pero no podemos volver porque ninguna institución nos apoya”.