La joyería artesanal de “Warmi Andina”, un arte que alegra y embellece
Entre los talentos que Cecilia Ruiz Angeletti manifiesta en su marca personal, la joyería artesanal destaca por el uso majestuoso de patrones, colores y geometrías.
Cecilia Ruiz Angeletti nació en Tarija el 1 de octubre de 1977, y son los viajes que realizó a muchos países, reconociendo la magia propia de cada lugar, los que han hecho que su tierra natal le resulte especial e inigualable. “Aquí el tiempo transcurre diferente al resto del mundo y te permite tener una calidad de vida digna. Me siento parte de mi territorio, y en la vida me siento parte de la unidad”.
En Tarija, Cecilia estudió Artes Plásticas en la Escuela de Bellas Artes “José Santos Mujica”. Pero fue en el Sena, en Colombia, donde aprendió las técnicas de tejido que emplea hoy en la joyería artesanal de “Warmi Andina”, su marca personal. “A mis 33 años comencé a viajar como artesana. En Colombia, se me presentó la oportunidad de estudiar joyería, y María Lasso, una hermanita del camino y artesana tejedora, fue mi maestra”.
“El tejido es una forma de meditar dejando un registro”
De ella aprendió a preparar su espacio de trabajo y dedicar el tiempo necesario. Hay piezas que pueden ser elaboradas en unas horas, o que requieren de varios días de tejido. Cecilia es perfeccionista y busca materiales de primera calidad para tener acabados impecables. Para ella, el tejido “es una forma de meditar dejando un registro” de intenciones y propósitos que le dan a cada pieza una energía especial.
Para tejer una pieza, no deben faltar buenas herramientas, buena luz, buena postura, mucha paciencia y pasión. Cecilia encuentra estos requisitos en sus prácticas de yoga y bicicleta, y reconociendo los momentos en que realmente tiene ganas de tejer. Los precios dependen del tamaño y tiempo requerido, y si bien las redes sociales le ayudan a mostrar y vender sus productos, también ha regalado trabajos y muchas veces ha realizado trueques. Sin embargo, las obras más hermosas y difíciles, en las que realmente ha captado una plenitud espiritual, las ha entregado a su madre y a su hermana.
“Mi espíritu libre y aventurero, y vivir el presente plenamente, hacen de mi lo que soy”
“Warmi Andina” no es solo una marca o un seudónimo con el que Cecilia reivindica a la mujer andina de los prejuicios sociales y culturales. Es el encuentro de dos aproximaciones artísticas opuestas y complementarias: un arte pictórico de línea libre y caótica, cuya única limitación son los bordes del lienzo elegido; y el tejido de joyas en las que los colores se ordenan majestuosamente, formando patrones y geometrías sagradas.
Quizá esta complementariedad expresiva es la manera en que Cecilia muestra cómo su camino la ha llevado a sentirse plena con lo que es y lo que hace, y a poner todo su ser en cada momento, respirando, agradeciendo, compartiendo el amor y la experiencia con sus hijas, su familia y su tribu. “Mi espíritu libre y aventurero, y vivir el presente plenamente, hacen de mi lo que soy”.