Juguetes educativos y ecológicos: la labor de Brenda Negrete
Brenda promueve y comercializa productos que aportan a los niños y cuidan el medio ambiente.



La intención de dotar a su bebé de juguetes que aporten a su desarrollo llevó a Brenda Negrete a lanzar la marca de productos didácticos y lúdicos de la que vive hoy. Su negocio, de nombre Alouette, va ya por los cuatro años de vida, tiempo en el que pudo diversificar sus productos y expandir sus ventas al mercado nacional.
Brenda, que nació en La Paz hace 32 años, supo que la oferta de juguetes comerciales no reunía los requisitos que buscaba para su niña. Ella quería que la diversión se junte con el aprendizaje y desarrollo de habilidades en los juguetes con los que rodearía a su hija recién nacida. Además, buscaba que estos productos motiven, o al menos practiquen, una conducta ética con el medio ambiente.
Ante esos requerimientos Brenda entendió que su única opción era aprender a fabricar ella misma los muñecos y productos lúdicos. De ese modo inició lo que hoy llama su “viaje mágico”, punto de partida definido tanto por el nacimiento de la bebé como por el hecho de sentarse en la máquina de coser a crear cosas nuevas.
“La gente nota cuando se pone cariño a las cosas”.
Para ese propósito asistió a algunas clases de costura para aprender a dominar la máquina y se dedicó también a conseguir materia prima amigable con el medio ambiente. Con fibras naturales de lino y bambú y lana de oveja empezó el diseño de los primeros peluches, un set de verduras de tela.
El siguiente punto importante en su historia es el momento en que un grupo de mamás que frecuentaba se interesó por los juguetes. Así fue como Brenda consiguió sus primeras clientes cuando aún no pensaba vender su trabajo. Sin embargo, no se sentía sorprendida por los pedidos, pues afirma que: “Cuando pones tanto cariño a algo, la gente lo nota y te pide más. No pensaba emprender, pero sabía que mis juguetes gustarían”.
De esa manera, hace cuatro años, creó Alouette, dejando atrás años dedicados a la gastronomía para dedicarse a la producción y comercialización de juguetes educativos. Uno de los hechos que destaca es que sus juguetes evolucionaron según el crecimiento de su hija, pues con ella aprende cada vez más.
Hoy las líneas que tiene son: educativa, disfraces, peluches, de seres mágicos y la de bebé gnomos. Todas tienen productos para diferentes edades y el desarrollo de habilidades o sentidos como objetivo.
El éxito de su trabajo la llevó a ampliar sus ventas a todo el territorio nacional, logrando más ventas en Santa Cruz, Sucre y Tarija que en La Paz.
Actualmente promociona una nueva línea de poleras con los diseños de sus juguetes y termina de instalar la tienda de “Kururu”, un espacio colaborativo de productos infantiles ecoamigables de la que es parte.