Raquel Gallardo: “Alhajita significa alguien bella y simple”
Gracias a su madre, Raquel pudo convertirse en la emprendedora que es hoy.



Hace nueve años ya que Raquel Alejandra Gallardo Fernández vendió sus joyas por primera vez. Esta joven tarijeña de 26 años empezó su carrera de emprendedora casi a la par que su carrera universitaria.
Era 2013 y, luego de cursar el primer semestre de Psicología, Raquel pasaba aburrida sus vacaciones por todo el tiempo libre que tenía. Un día, caminando por la calle con su madre, se toparon con un letrero que anunciaba: “Clases de bisutería”. Al verlo su mamá le preguntó si se animaba a entrar.
A pesar de que Raquel no tenía ninguna experiencia en esa área decidió hacer la prueba. Su madre le pagó las clases y compró los materiales, y Raquel se embarcó en un camino del que no se despega hasta hoy.
Ya con las habilidades para crear sus propias joyas, Raquel empezó a fabricarlas como regalos para su mamá en fechas especiales. Hasta entonces la actividad no era más que un pasatiempo creativo para ella, pero una vez más llegó su madre a darle el empujón que necesitaba, ahora con la pregunta: “¿Por qué no haces para vender?”.
Raquel estuvo de acuerdo y decidió ofrecer sus joyas a sus compañeras de la universidad. Ese es otro punto clave de su historia, porque sus compañeras fueron el primer escalón de una larga red de clientes que se iría formando a lo largo de los años. Más tarde logró ventas a sus docentes y personal administrativo de la universidad, saltando de poco en poco a otras facultades, hasta llegar a vender en otras instituciones.
Uno de los hechos que la marcó fue cuando vendió sus joyas a una mujer en un banco. Unas semanas después, esta le habló para contarle que las había enviado a sus familiares hasta México. Saber que el trabajo de sus manos había llegado tan lejos le fue sinónimo de mucho orgullo y motivación.
Sin embargo, hasta entonces no vendía sus joyas bajo una marca. Era inicios de 2019 y estaba decidida a nombrar su emprendimiento. Entonces se juntó con un comunicador social y una diseñadora gráfica para planear la identidad de su negocio.
Luego de meses de pensarlo, decidió llamar a su emprendimiento “Alhajitas”, por el adjetivo “alhajita”, que considera algo local y representativo. Ella lo describe en sus palabras: “Alhajita significa alguien bella y simple”.
Actualmente, además de la bisutería, trabaja también con perlas cultivadas y está incursionando con los accesorios para hombre. Uno de los sueños que tiene es dar clases y enseñar a crear joyas a grupos vulnerables, concretamente a mujeres víctimas de violencia y a personas de la tercera edad, para quienes considera importante hacer que se sientan útiles con actividades de este tipo.