Luciana Castañón: “La inspiración es el centro de Musa”
Luciana inició su negocio para apoyar a sus padres con los gastos de la casa.



Luciana Castañón Altamirano es una joven tarijeña estudiante de Arquitectura y Urbanismo que, a sus 23 años, emprende con un negocio de joyas artesanales. Fue hace poco menos de tres años que Luciana creó su emprendimiento y marca Musa, cuando buscaba alguna manera de generar ingresos.
Ella recuerda que por esos días tenía la intención de tener una independencia económica que, en consecuencia, aliviane los gastos de sus papás y aporte a la economía de su hogar. Empezó por trabajar en una tienda de abarrotes, pero sabía que tenía que hacer “trabajar sus ganancias” para incrementarlas.
“La pandemia me ayudó a conectarme conmigo misma y mis deberes”.
Así fue cómo se le ocurrió emprender con joyas hechas a mano. Luciana aprendió a hacerlas cuando una amiga del extranjero le enseñó, recuerda que ella hacía joyas muy bonitas y pudo adquirir esos conocimientos. Entonces empezó a hacer sus creaciones que, en un inicio, eran solo para familiares y amigos.
Más adelante, hizo una de sus primeras inversiones “grandes” en material e insumos, ya que, aunque sus trabajos son a mano, los materiales los importa. Para expandir su público, Luciana decidió subir fotos de sus joyas a los grupos de compra y ventas de redes sociales. Rápidamente contactó con una mujer que la citó en su oficina. Esa tarde Luciana ganó bs 300 y eso la motivó a seguir.
Con todas esas ganas y motivación creó su tienda virtual de nombre Musa. Explica que eligió ese nombre en honor a las divinidades griegas de la inspiración y las artes ya que cuenta: “Muchas situaciones de la vida me inspiraron”.
Aunque Luciana siempre sintió el apoyo de la población y la fidelidad de sus clientes, una de las dificultades que tuvo que enfrentar fue el organizar su vida entre los estudios y el emprendimiento. La carrera de Arquitectura y Urbanismo le resulta exigente y ocupa gran parte de su tiempo, por lo que tuvo que aprender a ser disciplinada para equilibrar su tiempo y actividades. Cosas como madrugar y anticipar tareas y trabajos se volvieron algo cotidiano para ella.
Otra de las cosas que tuvo que asimilar fue el aceptar que todos tienen gustos distintos. Luciana se recuerda a sí misma con la mente más cerrada en ese aspecto en el pasado; sin embargo, hoy sabe que tiene que tomar en cuenta todos los gustos y estilos y hasta aprovecharlos para promocionar sus productos.
Para el futuro, Luciana busca promotoras a nivel nacional y espera abrir una tienda física para Musa en Tarija.