Natalia Sandoval, la repostería y el sabor casero

Natalia Sandoval es una joven tarijeña de 18 años que lleva un emprendimiento de repostería. Natalia cursa su primer año en la carrera de Diseño Gráfico y empezó su negocio de nombre Stephanies Bakehouse en agosto del 2020.

Ella cuenta que la repostería fue siempre un pasatiempo del que disfrutó en casa. Sin embargo, las tortas, los principales productos de su emprendimiento, siempre fueron un reto más complicado. Por cual se dedicó especialmente a ellas durante la cuarentena por la pandemia de covid-19.

Luego de un tiempo de preparar tortas para sí misma y para su casa, fue un amigo el primero encargarle y comprarle una torta. Entonces se dio cuenta que podía montar un emprendimiento en torno a su repostería.

Este no es el único trabajo de Natalia, ya que asegura que siempre le gustó tener cierta independencia económica, también tiene 2 negocios más relacionados con su carrera. Estos son Stephanies Store y Stephanies Art and Desing, en los que explota sus habilidades en diseño.

Pura Cepa (PC): ¿Por qué elegiste hacer tortas?

Natalia Sandoval (NS): “Bueno, aunque era lo que más me costaba a un inicio, lo tomé como un reto. Es algo que realmente me gusta, es divertido y me encanta ver las reacciones de las personas cuando miran el producto por primera vez. Siempre trato de que mis tortas no pierdan el toque casero y artesanal. Las vendo en ferias y por redes sociales”.

(PC): ¿Por qué el nombre de Stephanies?

“El toque artesanal y el sabor casero son las cosas que me distinguen”.

(NS): “Es algo que me preguntan muy seguido. Stephanie es como mi nombre para las redes. Así estoy en Instagram, Face o Twitter, entonces decidí que mis emprendimientos se llamaran así también, para que lleven mi identidad en ellos. El nombre lo elegí hace 6 años originalmente para una aplicación en la que todos tenían nicknames muy buenos, y yo elegí Stephanie. Mucha gente me conoce solo por ese nombre”.

(PC): ¿Qué buscas para el futuro?

(NS): “Mi meta es que Stephanies Bakehouse sea un negocio autosustentable y que pueda mantenerse sin mi intervención. Tengo la intención de irme a Santa Cruz para continuar mis estudios y no quiero que este emprendimiento se acabe. Ya trabajé contratando a otras personas para tareas específicas, si encuentro a alguien que pueda hacer la parte de la repostería, podría mantener el negocio desde Santa Cruz”.