El hambre compulsiva
Elías Vidaurre Médico Controlar el hambre compulsiva y a la vez nuestra ansiedad es posible, realizando ejercicio físico regularmente, como mínimo tres veces por semana (si es todos los días mejor aún) no menos de 30-40 minutos cada vez, para poder liberar tensiones y a la vez generar...
Elías Vidaurre Médico
Controlar el hambre compulsiva y a la vez nuestra ansiedad es posible, realizando ejercicio físico regularmente, como mínimo tres veces por semana (si es todos los días mejor aún) no menos de 30-40 minutos cada vez, para poder liberar tensiones y a la vez generar endorfinas, para sentir una sensación de bienestar, traer algo de alivio y calma a nuestro sistema cargado de ansiedad.
Conociendo más
La gula muchas veces se torna tan incontrolable que no sabemos bien como sobrellevarla y nos da por comer sin control, sin ni siquiera tener sensación de hambre, por lo general apresuradamente sin seleccionar el alimento, ya que en este estado la idea es masticar como estrategia compensatoria para intentar de una vez por todas sentirnos más calmados; pero lamentablemente eso no ocurre.
La compulsión por comer está íntimamente ligada a la angustia, que se intenta evacuar a través de la acción repetitiva de llevarse distintos elementos a la boca (llámese alimentos varios, chicles y/o cigarrillos). Es así que en la actualidad, existen muchas personas que sin saberlo, “comen solamente por comer”, incluso sin sentir hambre verdadera.
Muchas veces este picoteo constante de productos alimenticios, nos lleva sin escalas al acto de comer con voracidad conocido como gula, que es una compulsión extrema por ingerir sin límites, sin encontrar jamás la saciedad. Por supuesto que la ingesta exagerada de alimentos no es nada saludable, motivo por el cual debemos ponerle remedio.
Practique técnicas de relajación, respiración, yoga y reiki
Realice deportes, que además del desgaste físico sean placenteros
Asista a clases de baile, que tienen el plus de la música
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Controlar el hambre compulsiva y a la vez nuestra ansiedad es posible, realizando ejercicio físico regularmente, como mínimo tres veces por semana (si es todos los días mejor aún) no menos de 30-40 minutos cada vez, para poder liberar tensiones y a la vez generar endorfinas, para sentir una sensación de bienestar, traer algo de alivio y calma a nuestro sistema cargado de ansiedad.
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La gula muchas veces se torna tan incontrolable que no sabemos bien como sobrellevarla y nos da por comer sin control, sin ni siquiera tener sensación de hambre, por lo general apresuradamente sin seleccionar el alimento, ya que en este estado la idea es masticar como estrategia compensatoria para intentar de una vez por todas sentirnos más calmados; pero lamentablemente eso no ocurre.
La compulsión por comer está íntimamente ligada a la angustia, que se intenta evacuar a través de la acción repetitiva de llevarse distintos elementos a la boca (llámese alimentos varios, chicles y/o cigarrillos). Es así que en la actualidad, existen muchas personas que sin saberlo, “comen solamente por comer”, incluso sin sentir hambre verdadera.
Muchas veces este picoteo constante de productos alimenticios, nos lleva sin escalas al acto de comer con voracidad conocido como gula, que es una compulsión extrema por ingerir sin límites, sin encontrar jamás la saciedad. Por supuesto que la ingesta exagerada de alimentos no es nada saludable, motivo por el cual debemos ponerle remedio.
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