Ciclismo para vivir más
José Arciénaga Preparador físico Un estudio realizado por científicos españoles de la Universidad de Valencia, demostró que los ciclistas viven más años que las personas sedentarias. Analizaron las fechas de defunción de 834 ciclistas que compitieron en el Tour de Francia entre 1930...



José Arciénaga Preparador físico
Un estudio realizado por científicos españoles de la Universidad de Valencia, demostró que los ciclistas viven más años que las personas sedentarias. Analizaron las fechas de defunción de 834 ciclistas que compitieron en el Tour de Francia entre 1930 y 1964, y reflejó que la edad promedio de los ciclistas fue de 81,5 años frente al 73,5 del promedio de la población sedentaria.
Pero los años no pasan en vano y varios factores afectan nuestra capacidad física. No hay manera de que un ciclista de 50 años pueda vencer a uno de 20 años en una prueba de aceleración a la par. El ciclista de más edad estará con la lengua fuera en su pulso máximo, mientras el jovenzuelo veinteañero te estará dando conversación y no se habrá despeinado.
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Lo que le ocurre a un corazón entrenado, de una persona de unos 50 años, es que emite menos impulsos eléctricos por minuto, y esto afecta notablemente nuestra capacidad física, en especial en eventos de alta intensidad. A partir de los 40 años, una persona sedentaria empieza a perder masa muscular, y el deporte es nuestro aliado.
Un estudio realizado por científicos españoles de la Universidad de Valencia, demostró que los ciclistas viven más años que las personas sedentarias. Analizaron las fechas de defunción de 834 ciclistas que compitieron en el Tour de Francia entre 1930 y 1964, y reflejó que la edad promedio de los ciclistas fue de 81,5 años frente al 73,5 del promedio de la población sedentaria.
Pero los años no pasan en vano y varios factores afectan nuestra capacidad física. No hay manera de que un ciclista de 50 años pueda vencer a uno de 20 años en una prueba de aceleración a la par. El ciclista de más edad estará con la lengua fuera en su pulso máximo, mientras el jovenzuelo veinteañero te estará dando conversación y no se habrá despeinado.
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Lo que le ocurre a un corazón entrenado, de una persona de unos 50 años, es que emite menos impulsos eléctricos por minuto, y esto afecta notablemente nuestra capacidad física, en especial en eventos de alta intensidad. A partir de los 40 años, una persona sedentaria empieza a perder masa muscular, y el deporte es nuestro aliado.