La intolerancia al gluten
Elías Vidaurre Médico La intolerancia al gluten o celiaquía también denominada enteropatía sensible al gluten, es una enfermedad intestinal crónica relativamente común que provoca malabsorción debido a la alteración de la mucosa del duodeno proximal. Afecta a una de cada 150...
Elías Vidaurre Médico
La intolerancia al gluten o celiaquía también denominada enteropatía sensible al gluten, es una enfermedad intestinal crónica relativamente común que provoca malabsorción debido a la alteración de la mucosa del duodeno proximal. Afecta a una de cada 150 personas y a menudo está asociada a otras patologías autoinmunes. La padecen individuos predispuestos genéticamente, por lo que puede haber más de un paciente celíaco dentro de la misma familia, tanto niño como adulto.
Conociendo más
La prevalencia ha aumentado de forma especial en los últimos decenios, especialmente en el caso de los familiares de primer grado de un enfermo celíaco se eleva al 15%. Se calcula que sólo un tercio de los afectados está diagnosticado. La mayor parte de los casos de celiaquía se diagnostican durante la infancia, aunque también puede presentarse en la edad adulta. Se caracteriza por la intolerancia al gluten, proteína contenida en el trigo, centeno, avena, cebada y triticale (híbrido de trigo y de centeno) y en alimentos o aditivos que contienen dichos cereales.
En concreto, la gliadina, uno de los componentes del gluten, es la sustancia que resulta tóxica para las personas que sufren esta intolerancia. Los síntomas que se desarrollan en el paciente son llamativos y conducirán al estudio y diagnóstico, pero por el contrario puede ocurrir que sean escasos y pasar desapercibidos.
Los síntomas digestivos más comunes son: inapetencia, distensión y dolor abdominal, deposiciones frecuentes y, en ocasiones vómitos, que conducen a la pérdida de peso, alteraciones del carácter y el retraso de crecimiento en el niño. El desarrollo en la persona adulta se distingue por la aparición de síntomas extra intestinales como anemia.
La mayor parte de los casos de celiaquía se diagnostican durante la infancia
El diagnóstico debe ser realizado por el médico de familia o un especialista
El trigo, centeno, avena o la cebada desencadenan los síntomas
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La intolerancia al gluten o celiaquía también denominada enteropatía sensible al gluten, es una enfermedad intestinal crónica relativamente común que provoca malabsorción debido a la alteración de la mucosa del duodeno proximal. Afecta a una de cada 150 personas y a menudo está asociada a otras patologías autoinmunes. La padecen individuos predispuestos genéticamente, por lo que puede haber más de un paciente celíaco dentro de la misma familia, tanto niño como adulto.
Conociendo más
La prevalencia ha aumentado de forma especial en los últimos decenios, especialmente en el caso de los familiares de primer grado de un enfermo celíaco se eleva al 15%. Se calcula que sólo un tercio de los afectados está diagnosticado. La mayor parte de los casos de celiaquía se diagnostican durante la infancia, aunque también puede presentarse en la edad adulta. Se caracteriza por la intolerancia al gluten, proteína contenida en el trigo, centeno, avena, cebada y triticale (híbrido de trigo y de centeno) y en alimentos o aditivos que contienen dichos cereales.
En concreto, la gliadina, uno de los componentes del gluten, es la sustancia que resulta tóxica para las personas que sufren esta intolerancia. Los síntomas que se desarrollan en el paciente son llamativos y conducirán al estudio y diagnóstico, pero por el contrario puede ocurrir que sean escasos y pasar desapercibidos.
Los síntomas digestivos más comunes son: inapetencia, distensión y dolor abdominal, deposiciones frecuentes y, en ocasiones vómitos, que conducen a la pérdida de peso, alteraciones del carácter y el retraso de crecimiento en el niño. El desarrollo en la persona adulta se distingue por la aparición de síntomas extra intestinales como anemia.
La mayor parte de los casos de celiaquía se diagnostican durante la infancia
El diagnóstico debe ser realizado por el médico de familia o un especialista
El trigo, centeno, avena o la cebada desencadenan los síntomas
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