El Hogar Moisés Navajas en la “mira” por fugas recurrentes
Actualmente en este centro de acogida conviven aproximadamente una veintena de menores de edad en un estado de alta vulnerabilidad. Cuando escapan muchas veces buscan independizarse o acercarse a sus familias.



El Hogar de Niñas Moisés Navajas cada cierto tiempo se convierte en un tema de interés social, en especial cuando se registran casos como el de la pasada semana con la desaparición de tres adolescentes. Cuando la cifra se suma al menos a otros tres hechos durante el año pone en la mira al desempeño del personal del centro, pero la situación esconde otras variables de mayor complejidad.
Actualmente en este centro de acogida conviven aproximadamente una veintena de menores de edad en un estado de alta vulnerabilidad. Los archivos de cada una demuestran que todas tienen una familia a la que conocen y con la que muchas veces tienen relación, pero que fueron apartadas por distintas razones.
Desapariciones y reserva
La semana pasada, el martes por la tarde, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) recibió la denuncia por la desaparición de tres adolescentes que no habían retornado desde la mañana. El viernes se confirmó que habían sido encontradas en el barrio La Unión, pero los detalles se mantienen en reserva.
La jefa del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges), María Esther Valencia, informó que en un primer operativo hallaron a dos de ellas y en un segundo operativo a la otra.
Horas antes de que se diera con ellas, el padre de una de las menores habló con la prensa y, aunque mantuvo su identidad en reserva, apuntó directamente contra la administración.
“Me llama la atención el entorpecimiento con respecto a la investigación. No querían que salga el nombre del hogar porque iba a afectar su imagen, pero lo que interesa es que encuentren a mi hija (…) ¿Qué control hay aquí?”, señaló.
Aún más molesto, dijo que él personalmente había ido a buscarla a la terminal y otros lugares. Sin embargo, al ser consultado sobre la razón por la que su hija vivía en el hogar respondió con incomodidad dejando entrever que hubo una situación de indisciplina de la que no pudo hacerse cargo.
Valencia optó por no dirigirse personalmente al padre. Lo que apuntó es, que ninguna de las menores es huérfana, todas tienen lazos con sus padres, madres o abuelos, pero son apartadas por circunstancias que van desde determinaciones judiciales por hechos de violencia, temas económicos hasta provenir de una situación de calle o familias que ven en el hogar una especie de castigo o “reformatorio” para solucionar problemas de conducta.
Investigación
En mayo, la Defensoría anunció una investigación previa sobre las causas, pero aún no se conocen los resultados.
Acerca de la reserva, la funcionaria reconoció que se solicitó a la División Trata que no aparezca el nombre del Moisés Navajas con el fin de evitar la estigmatización a las que son sometidas las mismas menores y también las demás, por ejemplo, en sus escuelas.
La delegada departamental de la Defensoría del Pueblo, Cecilia Bolívar, informó que se pudo corroborar que las menores no denunciaron maltrato o violencia dentro del hogar. Pero se abrió un caso de oficio para hacer entrevistas y verificaciones.
La secretaria municipal de la Mujer, Myriam Gallardo, señaló que el caso “está en investigación”, pero no dio mayor detalle.
Denuncias y escapes
Tan solo en el primer semestre del año la Policía reportó haber encontrado al menos a tres adolescentes reportadas como desaparecidas. Dos de ellas incluso estuvieron fuera del hogar durante más de un mes.
La jefa del Sedeges reconoció que en realidad hubo más hechos en los que las adolescentes escaparon, pero ellas mismas regresaron.
En mayo, la Defensoría anunció una investigación previa sobre las causas, pero aún no se conocen los resultados.
Menores, su deseo de independencia y los riesgos
Según el reporte del Sedeges, es usual que las educadoras escuchen a las adolescentes del Moisés Navajas que ya tienen más de 15 años hablar sobre su deseo de vivir solas, estar con amistades, formar un hogar con sus parejas o también tratar de restablecer la relación con sus familiares. Pero luego retornan generalmente porque sufren violencia por parte de dichas parejas.
Una vez que cumplen los 18 años las jóvenes salen y quedan expuestas a ese tipo de circunstancias, pero ya sin poder retornar al centro de acogida.
Lo que apuntó Valencia sobre esto es que hubo una mejora en el tema educativo y las menores ya pueden salir con títulos en técnico medio en distintas áreas. También, por convenios con clubes privados algunas incluso representan a Tarija en disciplinas deportivas.