Denuncian mala praxis y estafa en una estética de Tarija



Pacientes de un salón estético de la ciudad de Tarija denunciaron haber sido víctimas de mala praxis y estafa en un negocio cuya propietaria presuntamente ejercía sin contar con licencia ni condiciones para tratamientos faciales y corporales invasivos, como mini liposucción, cobrando montos excesivos, causando daños a la salud de estas mujeres y negándose a devolverles su dinero cuando reclamaban.
Este salón funcionaba en la calle Colón y Avaroa. Sin embargo, este lunes las clientas se sorprendieron al ir en busca de la dueña de iniciales Z. P. y enterarse de que el spa fue cerrado.
“Al año yo siempre me hacía un tratamiento facial. Antes lo he hecho en otras clínicas que ya conocía, no sé cómo he llegado a caer ahí. He visto una publicación en Facebook y he ido a preguntar para salir de dudas, ahí la doctora me decía que estaban en promoción y me ofrecía”, dijo a El País una de las denunciantes, cuyos nombres se mantienen en reserva.
La mujer aceptó un paquete facial de 4.000 bolivianos que incluía sesiones de dermapen que es un aparato para estimular la producción de colágeno; mesoterapia que consiste en inyecciones para eliminar grasa y otros servicios complementarios. En otros negocios estos tratamientos costaría menos de Bs. 3.500.
La víctima dijo que en las sesiones no le aplicaban los productos que le ofreció la supuesta “doctora”. Cuando reclamaba no recibía respuestas y por eso le pidió cancelar el servicio, pero la dueña no quiso devolverle el dinero de las sesiones faltantes.
En el segundo caso, una clienta dijo que pagó 7.000 bolivianos por mini lipo, es decir extracción de grasa. Cuando fue a su primera consulta, la esteticista le dijo que se cobra 3.500 por zona y ella optó por las áreas del abdomen y la cintura. Sin embargo, semanas después no bajó de peso ni perdió el volumen.
Según ambas declaraciones, la dueña de este negocio es de nacionalidad brasileña y existe una larga lista de clientas afectadas. Esa sería la razón para que fuera trasladándose con frecuencia, a fin de esquivar los reclamos. Su dirección anterior era en la avenida Ángel Baldivieso y previamente se ubicó en la calle Avaroa entre Colón y Suipacha.
Una de ellas incluso dijo ser testigo cuando otras pacientes entraron molestas a reclamar porque “quedaron peor” con sus tratamientos.
“Parece que esta mujer va de departamento en departamento estafando. De La Paz a Sucre, a Tarija, luego vuelve a Brasil y viene después de un tiempo a seguir así”, denunció.