Descubrió infidelidad de su mujer y lo mataron
Un cabo del Servicio Penitenciario de Corrientes Argentina, fue asesinado a golpes en la cabeza con una maza. Por el hecho fue detenida su esposa, que está seriamente comprometida con el homicidio. Se cree que el penitenciario descubrió que su pareja tenía una mujer de amante y eso generó el...



Un cabo del Servicio Penitenciario de Corrientes Argentina, fue asesinado a golpes en la cabeza con una maza. Por el hecho fue detenida su esposa, que está seriamente comprometida con el homicidio. Se cree que el penitenciario descubrió que su pareja tenía una mujer de amante y eso generó el trágico episodio.
La policía detuvo a Lorena Encina, esposa de Gabriel Tichellio, de 32 años, la víctima. Los investigadores sospechan de la viuda y algunas versiones aseguran que habría confesado el crimen. Sin embargo, el ministro de Seguridad provincial, Juan José López Desimoni, se negó a confirmar los avances en el caso. “Hay una pesquisa y se está hablando con muchas personas. No quiero decir nada porque se puede perjudicar la investigación”, dijo.
En tanto, una fuente confirmó que la viuda mantenía una relación sentimental con otra mujer de la localidad de Empedrado (circulan fotos de ambas por las redes sociales). Una de las hipótesis que se manejan es que el cabo se habría enterado de la relación, manifestando su férrea oposición. Encina y Tichellio estaban casados y tenían tres hijos.
Los pesquisas consideran que el teléfono celular del suboficial asesinado a golpes es un elemento de mucho valor que echará luz sobre el intrincado caso. Pero, hasta el momento, el aparato está desaparecido.
El cadáver fue encontrado en el triángulo que forma la avenida Maipú con la Ruta Nacional 12, zona de mucha oscuridad, ya que el alumbrado público no funciona. Estaba en el asiento trasero de una Renault Kangoo que pertenecía a su papá, la cual fue abandonada frente al barrio Santa Margarita.
Los investigadores determinaron que otra persona había manejado el vehículo hasta allí. Además, llegaron a la conclusión de que llevaba muerto entre 5 y 6 horas, aunque todavía no se sabe con certeza a qué hora dejaron la Kangoo allí.
La autopsia fue contundente y determinó que el deceso se produjo a causa de fuertes golpes ejecutados con una maza en la cabeza. El arma, hasta ahora, tampoco fue hallada. Lo que sí está confirmado es que no lo mataron allí y tampoco fue asesinado dentro de ese auto.
Todo indica que le dieron muerte en otro sitio y que después lo subieron a los tirones al rodado, ubicándolo en el asiento trasero del utilitario que dejaron abandonado en ese lugar escasamente transitado.
La policía detuvo a Lorena Encina, esposa de Gabriel Tichellio, de 32 años, la víctima. Los investigadores sospechan de la viuda y algunas versiones aseguran que habría confesado el crimen. Sin embargo, el ministro de Seguridad provincial, Juan José López Desimoni, se negó a confirmar los avances en el caso. “Hay una pesquisa y se está hablando con muchas personas. No quiero decir nada porque se puede perjudicar la investigación”, dijo.
En tanto, una fuente confirmó que la viuda mantenía una relación sentimental con otra mujer de la localidad de Empedrado (circulan fotos de ambas por las redes sociales). Una de las hipótesis que se manejan es que el cabo se habría enterado de la relación, manifestando su férrea oposición. Encina y Tichellio estaban casados y tenían tres hijos.
Los pesquisas consideran que el teléfono celular del suboficial asesinado a golpes es un elemento de mucho valor que echará luz sobre el intrincado caso. Pero, hasta el momento, el aparato está desaparecido.
El cadáver fue encontrado en el triángulo que forma la avenida Maipú con la Ruta Nacional 12, zona de mucha oscuridad, ya que el alumbrado público no funciona. Estaba en el asiento trasero de una Renault Kangoo que pertenecía a su papá, la cual fue abandonada frente al barrio Santa Margarita.
Los investigadores determinaron que otra persona había manejado el vehículo hasta allí. Además, llegaron a la conclusión de que llevaba muerto entre 5 y 6 horas, aunque todavía no se sabe con certeza a qué hora dejaron la Kangoo allí.
La autopsia fue contundente y determinó que el deceso se produjo a causa de fuertes golpes ejecutados con una maza en la cabeza. El arma, hasta ahora, tampoco fue hallada. Lo que sí está confirmado es que no lo mataron allí y tampoco fue asesinado dentro de ese auto.
Todo indica que le dieron muerte en otro sitio y que después lo subieron a los tirones al rodado, ubicándolo en el asiento trasero del utilitario que dejaron abandonado en ese lugar escasamente transitado.