Tras chocar con una vaca, Pablo lucha por su vista
Postrado en la cama número 4 de la habitación 204, en la sala de cirugía varones, del Hospital San Juan de Dios, está Pablo López Sanabria, un hombre de 58 años de edad que tiene destrozados prácticamente todos los huesos de la cara por dentro y necesita una operación urgente para no...



Postrado en la cama número 4 de la habitación 204, en la sala de cirugía varones, del Hospital San Juan de Dios, está Pablo López Sanabria, un hombre de 58 años de edad que tiene destrozados prácticamente todos los huesos de la cara por dentro y necesita una operación urgente para no perder la vista, intervención que no se realiza en Bolivia.
Él se encuentra en esta situación por un accidente de tránsito que sufrió el 27 de mayo pasado cuando conducía su motorizado de Bermejo a Tarija y se le cruzaron unas vacas.
“El 27 de mayo venía de Bermejo, pues yo trabajo como transportista en los rapiditos, en el 15 de Abril, móvil 42. Traía a los pasajeros y cuando estaba por Colon Sud, hay un cruce de pequeño asfalto y justo en la esquina, la vaca sale de ahí. No hubo donde frenar y choqué a la vaca. Parece que di con la cara al volante. Estuve en coma y después de 3 días recuperé”, recuerda.
Así, Pablo cuenta su desgracia y pese a ello da gracias a Dios por estar todavía con vida, pues recuerda que antes de llegar al hospital ya lo habían dado por muerto. Él es padre de dos hijos ya mayores y vive junto a su concubina y madre de sus hijos, quien desde el accidente camina calle arriba y calle abajo para ayudar en la recuperación de su pareja.
“Estoy costurado toda la cara, pero dentro de la cara los huesos están partidos. La parte izquierda no me duele mucho, pero aparte de eso me tengo que hacer operar de nuevo por la vista, pero no hay especialistas aquí, solo en Buenos Aires y Córdoba”, refiere. “No estoy de acuerdo con perder la vista, eso es lo más importante”, añade.
Cuenta que sus gastos a la fecha sobrepasaron los 30 mil bolivianos y necesita un monto de dinero que desconoce, para su traslado a Argentina y la operación de la vista, pero además, requiere también reconstruir su rostro, algo que dice le costará algo de 60 mil bolivianos.
Para ayudarlo, el Grupo de Apoyo Civil a la Policía está organizando una campaña y salen por las diferentes calles y mercados de la ciudad a pedir colaboración para don Pablo, informó el teniente Diego Calisaya Rojas, comandante del Gacip.
Él se encuentra en esta situación por un accidente de tránsito que sufrió el 27 de mayo pasado cuando conducía su motorizado de Bermejo a Tarija y se le cruzaron unas vacas.
“El 27 de mayo venía de Bermejo, pues yo trabajo como transportista en los rapiditos, en el 15 de Abril, móvil 42. Traía a los pasajeros y cuando estaba por Colon Sud, hay un cruce de pequeño asfalto y justo en la esquina, la vaca sale de ahí. No hubo donde frenar y choqué a la vaca. Parece que di con la cara al volante. Estuve en coma y después de 3 días recuperé”, recuerda.
Así, Pablo cuenta su desgracia y pese a ello da gracias a Dios por estar todavía con vida, pues recuerda que antes de llegar al hospital ya lo habían dado por muerto. Él es padre de dos hijos ya mayores y vive junto a su concubina y madre de sus hijos, quien desde el accidente camina calle arriba y calle abajo para ayudar en la recuperación de su pareja.
“Estoy costurado toda la cara, pero dentro de la cara los huesos están partidos. La parte izquierda no me duele mucho, pero aparte de eso me tengo que hacer operar de nuevo por la vista, pero no hay especialistas aquí, solo en Buenos Aires y Córdoba”, refiere. “No estoy de acuerdo con perder la vista, eso es lo más importante”, añade.
Cuenta que sus gastos a la fecha sobrepasaron los 30 mil bolivianos y necesita un monto de dinero que desconoce, para su traslado a Argentina y la operación de la vista, pero además, requiere también reconstruir su rostro, algo que dice le costará algo de 60 mil bolivianos.
Para ayudarlo, el Grupo de Apoyo Civil a la Policía está organizando una campaña y salen por las diferentes calles y mercados de la ciudad a pedir colaboración para don Pablo, informó el teniente Diego Calisaya Rojas, comandante del Gacip.