Jueza ordena compartir la custodia de un perro
Una jueza de Florida tomó una decisión salomónica para resolver una dura batalla entre ex vecinos por la propiedad de un perro de 45 kilos, otorgando los derechos de custodia compartida a ambas partes. Tina Marie Walker, de Madeira Beach, adoptó a Elario, un juguetón perrito mezcla de...



Una jueza de Florida tomó una decisión salomónica para resolver una dura batalla entre ex vecinos por la propiedad de un perro de 45 kilos, otorgando los derechos de custodia compartida a ambas partes.
Tina Marie Walker, de Madeira Beach, adoptó a Elario, un juguetón perrito mezcla de labrador retriever negro de 4 años, en 2016. Pero durante las últimas cinco semanas ha estado compartiendo la custodia del perro con David Somerville, su antiguo vecino de al lado, según los medios locales.
“No entiendo por qué en el estado de Florida, un perro es propiedad”, dijo Walker. “Tiene la licencia a mi nombre. Pagué por el perro”.
Somerville llevó a Walker a la corte para reclamar que se le otorgue la propiedad exclusiva porque ha sido el cuidador principal de Elario, pagando la comida del perro, facturas del veterinario y juguetes.
Los registros judiciales muestran que su amistad tomó un giro amargo cuando Walker hizo que le pusieran un microchip a Elario, y puso el registro a su nombre. Walker luego mantuvo a Somerville alejado del perro, lo que provocó la demanda.
Tina Marie Walker, de Madeira Beach, adoptó a Elario, un juguetón perrito mezcla de labrador retriever negro de 4 años, en 2016. Pero durante las últimas cinco semanas ha estado compartiendo la custodia del perro con David Somerville, su antiguo vecino de al lado, según los medios locales.
“No entiendo por qué en el estado de Florida, un perro es propiedad”, dijo Walker. “Tiene la licencia a mi nombre. Pagué por el perro”.
Somerville llevó a Walker a la corte para reclamar que se le otorgue la propiedad exclusiva porque ha sido el cuidador principal de Elario, pagando la comida del perro, facturas del veterinario y juguetes.
Los registros judiciales muestran que su amistad tomó un giro amargo cuando Walker hizo que le pusieran un microchip a Elario, y puso el registro a su nombre. Walker luego mantuvo a Somerville alejado del perro, lo que provocó la demanda.