Vida en familia
Autoestima: la base a largo plazo de la felicidad del niño
Los progenitores deben propiciar un estilo de educación que potencie las fortalezas y capacidades de sus hijos, que deben vivir en un entorno donde se sientan valorados y puedan expresarse sin ser juzgados. Todo ello tiene un impacto en su amor propio y en su capacidad para relacionarse con los demá
Para los padres, el objetivo principal es criar hijos felices, que crean en sí mismos, en sus competencias y capacidades. Pero una educación que no dañe la autoestima del menor puede ser una tarea ardua y compleja. Y es que, a veces, sin percibirlo, los progenitores pueden dañar de forma involuntaria a los menores. “Cuando sin darse cuenta los padres invalidan los sentimientos, ideas, sensaciones o deseos de los niños, por ejemplo, cuando nos están contando algo que para ellos es especial y les respondemos quitando importancia, o algo muy común, cuando ante el dolor o la tristeza, dicen eso de ‘no es para tanto’ o ‘si lloras te vas a poner feo’, en realidad, no se atiende al mensaje que nos quieren dar”, explica Luz Marina Díaz-Flores, psicóloga experta en psicoterapia integrativa para niños y adolescentes en Alcea Psicología. “Son expresiones que escuchamos de los padres cuando se angustian ante el malestar de sus hijos. Tratan de bloquear la emoción para que no sienta el malestar, creyendo que así ayudan al niño. Sin embargo, el menor puede acabar invalidando sus emociones, quitando importancia a lo que está sintiendo, y esto no es bueno para el desarrollo de su autoestima”, añade.
La crianza positiva se perfila como un estilo basado en potenciar las fortalezas y mejorar la autoestima de los niños, quienes deben estar en un entorno seguro, donde se sientan valorados en todo momento y puedan expresarse sin ser juzgados. “El menor debe ser aceptado por su forma de ser; y en sus gustos y preferencias, así podrá ir construyendo su propia autodefinición”, aclara Díaz-Flores. Un estudio publicado en marzo 2024 en el Journal of Education Humanities and Social Sciences (JHSS, por sus siglas en inglés), llamado Impacto de los estilos de crianza en los adolescentes, llega a la conclusión de que los estilos de crianza negativos, que incluyen críticas excesivas, culpabilización, evaluaciones desfavorables y castigos, tienen un impacto muy perjudicial en la autoestima de los adolescentes; un enfoque que puede llevar a los jóvenes a dudar y negar su propio valor y habilidades, reduciendo así su autoestima. La investigación también esclarece cómo los problemas de autoestima causados por la exposición prolongada a estilos de crianza negativos pueden persistir en la edad adulta y afectar las relaciones interpersonales y, por lo tanto, enfatiza que los padres o educadores deben volcarse hacia la crianza positiva. “Un niño estará cada día más seguro de sus capacidades en la medida en que los padres muestren su confianza en él, y le vayan otorgando cierta autonomía para que compruebe por sí mismo lo que es capaz de hacer”, recalca Díaz-Flores.
“La autoestima en los niños tiene un papel imprescindible en el desarrollo emocional y social y en su comportamiento en el futuro. Es la valoración que tienen de sí mismos y afecta a cómo se enfrentan a los desafíos y cómo se relacionan con los demás”, amplía la psicóloga clínica Carolina Lozano Fernández, quien expone en su web un test de autoestima infantil online que estima una primera evaluación del menor, con preguntas como “¿Cargas con la culpa antes de que te digan que hiciste algo mal?” o “¿Vas a su fiesta porque piensas que se pudo olvidar de enviarte su invitación?”.
“Un niño con baja autoestima es la marioneta de cualquier persona que le quiera hacer daño” Patricia Ramírez, psicóloga especializada en desarrollo infantil
Una de las investigaciones más recientes sobre este modelo de crianza, publicada en la editorial académica Springer Nature en mayo de 2024 y denominada Crianza positiva, conducta prosocial, sentido de vida y bienestar subjetivo en adolescentes, ha sido llevada a cabo por Gökmen Arslan, experto en Ciencias de Bienestar de la Universidad de Melbourne (Australia). El estudio analiza cómo este tipo de educación sienta las bases para una mayor autoestima, independencia y habilidades sociales en los menores, proporcionándoles una base para la felicidad a largo plazo. Y concluye que una maternidad o paternidad positiva es un factor importante en el aumento del bienestar subjetivo del menor. Además, determina que los padres y madres que favorecen que su hijo tenga una meta en la vida y que se relacione positivamente con los otros mejora la salud física y mental del menor. Y se añade que el fracaso en la satisfacción de esta necesidad básica puede conducir a problemas psicológicos. Así, Arslan llega a la conclusión de que este tipo de crianza basada en las fortalezas tiene una relación muy significativa con la autoestima y la conducta prosocial, la capacidad de relacionarse con los demás.
“Un niño con baja autoestima es la marioneta de cualquier persona que le quiera hacer daño. Es una persona vulnerable, y la vulnerabilidad está genial, pero de una manera en la que los demás no se aprovechen de mí. Un niño que se siente querido es una persona poderosa, es la valía que tenemos de nosotros mismos”, corrobora la psicóloga especializada en desarrollo infantil y psicología educativa Patricia Ramírez.
Para ofrecer a los niños una crianza positiva basada en la confianza y seguridad en sí mismos, la psicóloga Díaz-Flores explica que hay que evitar invalidar sus emociones o juzgar los pensamientos o conductas, y además habla de la importancia de la propia actitud de los padres: “Tenemos que ser ejemplo de reparación cuando las cosas no nos salen como esperábamos, haciéndoles ver que también nos equivocamos”. “Valorar el proceso de lo que hacemos, el esfuerzo y el tiempo que dedicamos, más que obsesionarnos con los resultados. Tenemos que elogiar la perseverancia y animarlos a probar cosas nuevas, aunque no se le dé bien, pues frustrarse es bueno para su desarrollo”, añade. “El menor debe descubrir cuáles son sus intereses para desarrollar su sentido de identidad”, prosigue esta experta, “porque validando estos intereses se promueve el desarrollo de las habilidades necesarias para alcanzar las metas que se propongan, y esto genera confianza”.
Cómo ayudar a los niños a conocer su autoestima
Los más pequeños de la casa también necesitan saber cuánto y de qué forma se quieren a sí mismos. Cuanto más seguros se críen en la infancia, más probabilidades de ser adultos seguros tienen, señala la psicóloga clínica Carolina Lozano Fernández, quien ha desarrollado un método para que los niños evalúen su autoestima y que se puede consultar completo aquí.
“A partir de unas preguntas sencillas adaptadas a su nivel de vocabulario, los niños de la casa van a comenzar a tomar conciencia sobre cuánto se quieren y cómo está su propia autoestima infantil. A través del autoconocimiento se valorarán y se querrán como es debido, ya que identificaran sus propias virtudes” señala.
Autoestima Infantil: La Clave para un Desarrollo Saludable
La autoestima infantil juega un papel fundamental en el desarrollo emocional y social de los niños. Es la valoración que tienen de sí mismos y afecta cómo se enfrentan a los desafíos y cómo se relacionan con los demás. En este artículo, exploraremos qué es la autoestima infantil, los diferentes tipos de autoestima y cómo fomentar una autoestima positiva en los niños.
La autoestima infantil se refiere a la percepción que los niños tienen de sí mismos. Es la imagen que se forman sobre su valía, habilidades y capacidades. Una autoestima saludable se basa en una visión positiva de sí mismos, lo que les permite enfrentar los desafíos con confianza y desarrollar relaciones interpersonales satisfactorias.
Existen diferentes tipos de autoestima que pueden influir en el comportamiento de los niños:
Autoestima Alta: Los niños con autoestima alta se sienten seguros de sí mismos y creen en sus habilidades. Son capaces de afrontar los retos con optimismo y perseverancia.
Autoestima Baja: Los niños con baja autoestima pueden sentirse inseguros e incapaces. Pueden evitar enfrentar desafíos y experimentar ansiedad en situaciones sociales.
Autoestima Inflada: Algunos niños pueden mostrar una autoestima inflada, aparentando seguridad pero ocultando inseguridades. Este tipo de autoestima puede afectar negativamente sus relaciones sociales.
Autoestima Vulnerable: Los niños con autoestima vulnerable pueden ser sensibles a la crítica y reaccionar ante situaciones desafiantes con negatividad.
Formas de fomentar la autoestima positiva
Reconocimiento
Acepta a tu hijo tal como es y reconoce sus logros y esfuerzos, incluso en tareas pequeñas. Elogiar sus logros y esfuerzos en el camino de la consecución, en lugar de resultados finales, es clave para fomentar una autoestima positiva.
Comunicación Abierta
Fomenta una comunicación abierta y empática con tu hijo. Escucha sus pensamientos y emociones, y valida sus sentimientos. No lo juzgues ni le obligues a sentir determinadas cosas para las que no está preparado. No lo censures. Esto fortalecerá su confianza y seguridad emocional.
Modelar con metas realistas
Sé un modelo a seguir de una autoestima saludable. Muéstrales cómo enfrentar desafíos con una actitud positiva y cómo manejar las emociones de manera constructiva. Ayuda a tu hijo a establecer metas realistas y alcanzables. Celebrar cada paso en su progreso les dará confianza en sus habilidades.