Fernando Larach, el líder cívico que creció desde las comparsas carnavaleras
El ingeniero en márketing y publicidad ha hecho carrera en el Comité Cívico prácticamente desde la base y ha pasado por las principales instituciones de la cruceñidad. Aunque en el pulso de 2019 ocupó un rol secundario más logístico, en 2022 ganó notoriedad. El actual vicepresidente es el candidato
Fernando Larach es un ingeniero en marketing y publicidad que el próximo mes puede convertirse en la cabeza de la mayor fuerza opositora al Gobierno de los últimos años: el Comité Cívico de Santa Cruz. Larach ha ocupado varios cargos dentro de la casa cívica, pero fue en el paro de los 36 días de noviembre que ganó notoriedad pública siendo vicepresidente. Debido a la detención domiciliaria de Rómulo Calvo, líder de la entidad durante la protesta, fueron Larach y el segundo vicepresidente, Stello Cochamanidis, quienes recorrieron las avenidas y rotondas poniéndole voz y rostro institucional a las protestas ciudadanas.
Vestido casi siempre con la tenida tradicional de los miembros del comité -jean y polera o camisa blanca- Larach también apareció flanqueando al presidente cívico durante sus apariciones en televisión y fue parte de las mesas de negociación para fijar la fecha del Censo. En medio de ese largo conflicto, él y el rector de la Universidad Gabriel René Moreno, Vicente Cuéllar, llegaron a un preacuerdo con funcionarios de alto rango del Gobierno para poner fin al paro, pero cuando debía firmarse, se dice que las voces más radicales de la institucionalidad cruceña echaron la negociación por la borda. Él niega esa versión y dice que el Gobierno incumplió uno de los principios acordados. Por esa revelación y otras declaraciones suyas durante el paro, algunos analistas lo ven como una persona conciliadora y abierta al diálogo, que podría traer nuevos aires al movimiento cívico. Él, sin embargo, se percibe distinto y entre la conciliación y la radicalidad dice que se ubica “en el medio”.
Hasta el cierre de esta edición, la candidatura de Larach y Cochamanidis fue proclamada por doce sectores. La votación se realizará el 11 de febrero y la posesión será alrededor del 26 del mismo mes, día en que se recuerda la fundación de Santa Cruz.
Raíces y recorrido
De origen palestino, la familia Larach llegó a Bolivia en la ola de la migración árabe en las primeras décadas del siglo pasado. Es hijo de Ricardo Larach y Silvia Santistevan, y forma parte de una familia diversa y numerosa. Tiene dos hermanos, cuatro medios hermanos y cuatro hijos.
Perfil profesional Ingeniero en Marketing y Publicidad con maestría en Administración de Empresas. Egresado de la carrera de Derecho. Tiene pensado estudiar Ciencias Políticas.
Fernando Larach, de 46 años, es un aficionado al estudio. Es ingeniero en marketing y publicidad y tiene una maestría en Administración de Empresas. También es egresado de Derecho, está por iniciar su trabajo de tesis y ya tiene en la mira su próxima carrera. Ese deseo de estudiar le debe correr en la sangre, su abuela materna, Betty, entró a la normal y se graduó de profesora alrededor de los cincuenta años, después de haber parido y criado a varios hijos.
Pese a su amplia formación académica, poco o nada se ha dedicado a su profesión. Figura como director general de una empresa de publicidad que está registrada como unipersonal y de cuyos trabajos no hay rastros en internet. Casi toda su trayectoria se ha enfocado en instituciones emblemáticas de Santa Cruz, como la cooperativa de electricidad, la asociación de comparsas y el comité. Paralelamente trabaja en un negocio familiar para generar ingresos, porque el oficio cívico no es remunerado.
En las redes sociales se muestra como una persona muy apegada a su familia, amiguero y carnavalero, al igual que todo cruceño que se precia de serlo. A Larach se lo ha visto ajeno a elementos religiosos, a diferencia de otros líderes cívicos que acostumbran a invocar a Dios en sus discursos y que lucen símbolos del cristianismo. "Creo en Dios y me parece que más allá de la religión lo más importante es tener fe. No soy religioso”, asegura
Tiene pasión por el fútbol -es hincha de Blooming- y por todo lo que representa la identidad camba. Es miembro de una organización llamada Amigos del Mojón que está orientada a “despertar en la población el orgullo de ser cruceño”. Larach, como cualquier otro que tenga aspiraciones de dirigir la casa cívica, es un promotor de la identidad cruceña, uno de los lugares discursivos desde los que se busca fortalecer la institución y generar adhesiones.
Sin embargo, tiene claro que uno de los principales desafíos de su gestión será exportar el liderazgo de Comité Cívico fuera de las fronteras del departamento. “Hay que salir a enamorar al resto del país, que entiendan que esto no es solo por Santa Cruz”, sostiene. Para ello tiene pensado promover una agenda de demandas nacionales que incluye la discusión del pacto fiscal, la libertad en la administración de las entidades autónomas y la reforma de la justicia.
La vida institucional
La mamá de Fernando Larach, Silvia, vive en Estados Unidos desde hace varios años. Cuando se enteró de que su hijo iba a ser candidato a la presidencia del comité lo llamó y le preguntó si estaba seguro de lo que iba a hacer. “Mamá, hace siete años que estoy haciendo esto, ¿me venís a preguntar ahora?”, le respondió con ironía.
Larach tiene años construyendo una carrera dentro del Comité Cívico, pero forma parte de otras instituciones cruceñas desde mucho antes. Se define como institucionalista y relata que entró al comité “como mirón” el año 2015 cuando fue a tocar la puerta y preguntar si podía participar.
Desde ese día ha pasado por varios cargos: fue delegado de la Asociación de Comparsas Carnavaleras, director tesorero, presidente del Comité Cívico Provincial y primer vicepresidente, entre otros. En los conflictos de 2019, cuando la institución mostró la fuerza de su liderazgo, Larach era vicepresidente de los comités provinciales y tuvo un rol marginal, más operativo y enfocado en la coordinación con las necesidades del departamento.
El año pasado su figura cobró visibilidad con el paro de 36 días que exigía adelantar la realización del censo y debido a la detención domiciliaria del presidente del comité, el trabajo de calle y las negociaciones personales con el gobierno recayeron sobre él. En ese contexto, circularon rumores de las diferencias que habrían surgido con el gobernador Luis Fernando Camacho. Consultado sobre la relación entre ambos, Larach opta por la cautela y dice que “no es lejana ni cercana” y que a pesar de que se conocen desde hace muchos años nunca fueron grandes amigos.
Al frente del Comité Pro Santa Cruz le esperan grandes desafíos. Es consciente de que los próximos dos años se puede mantener como la principal fuerza de oposición y eso lo obliga a fortalecer la entidad y encauzar las demandas regionales. Por otro lado, sabe que tiene en las manos la oportunidad de posicionar el liderazgo cívico en el resto del país y cree que es necesario hacerlo porque se debe “proyectar una agenda nacional que acabe con el monopolio del Estado y la administración arbitraria de recursos”.
Rechaza las críticas que suele recibir el comité –que no es inclusivo, que representa intereses de la élite, que excluye a las mujeres, que no buscan la unidad nacional- y asegura que todos los sectores están representados y que las oportunidades de participar “están en la mesa”, que hay mujeres en el directorio y que todas las actuaciones están dentro del marco de la unidad nacional. “Nos hacen ver como separatistas y lo único que nosotros queremos es tener autogestión”, responde.
Quienes creen en las intransigencias del destino, asegurarían que Larach está predestinado a ser el próximo presidente cívico: es una figura fuerte en las provincias, viene de la Asociación de Comparsas que tiene mucho peso institucional y, salvo algunas excepciones, quien ocupa la vicepresidencia y luego se postula, gana la elección cívica. Además, tiene varios años de experiencia en asuntos cívicos y es nieto de Ovidio Santistevan, un médico que encabezó la institución en 1970.
Hace varios años que Fernando Larach se fijó el objetivo de llegar a la presidencia del comité y ahora acaricia esa posibilidad con las manos, pero es consciente de los riesgos a los que se expone: ser un enemigo visible del Gobierno no es fácil en ningún lugar del mundo. De hecho, los dos últimos presidentes cívicos enfrentan procesos, Luis Fernando Camacho está detenido y Rómulo Calvo tiene medidas sustitutivas. “Claro que tengo miedo, es un sentimiento natural en el ser humano. Lo que no soy es cobarde”, dice.
El Comité Pro Santa Cruz, un referente de oposición
El Comité de Santa Cruz fue fundado a las cinco de la tarde del 30 de octubre de 1950, en el auditorio del edificio central de la Universidad Gabriel René Moreno, siendo uno de los primeros hitos de una década que acabó siendo revolucionaria y vital en Bolivia.
El Comité de Santa Cruz, que hoy es integrado por 24 sectores de la sociedad cruceña, 15 provincias y unas 300 instituciones entre grupos empresariales, juntas de vecinos y trabajadores y organizaciones profesionales, fue una respuesta a un abandono sistemático del oriente en los planes nacionales de desarrollo y contribuyó a la lucha por las demandas que atrajo servicios e inversiones y después contribuyó a valorizar. Ese legado coherente y consecuente en las épocas de escasez es el que le ha dado un carácter reivindicativo desde siempre y sobre todo, permitido su supervivencia.
Acusado por sus críticos de ser un ente conservador y defender esencialmente a la oligarquía cruceña y sus intereses agroindustriales, se ha convertido en el referente crítico de la lucha contra el gobierno del Movimiento Al Socialismo. Lo fue en los tiempos de la descentralización de los 90; lo fue en 2008 con la lucha autonómica y lo fue en 2019 liderando las protestas que acabaron con Evo Morales en un avión rumbo a México.
El gobierno del Movimiento Al Socialismo lo reconoce hoy por hoy como su principal enemigo ideológico no solo por la herencia de 2019, sino por otras batallas iniciadas en el presente como la pugna por la realización del Censo. El vocero presidencial Jorge Richter ha desarrollado toda una tesis sobre el “comiteísmo” en el que se acusa al ente de promover principios separatistas al servicio de la agroindustria, además de ser racista y clasista.
Aunque casi todos los últimos presidentes han acumulado problemas con la Justicia, como Branko Marinkovic, Luis Fernando Camacho o Rómulo Calvo, sigue habiendo una gran cantidad de aspirantes a ingresar en el Comité con el objetivo de llegar a presidirlo.
Los candidatos a la presidencia y a las dos vicepresidencias deben ser cruceños de nacimiento o hijos de padre o madre cruceños; además deben residir en el departamento de Santa Cruz por un período de 15 años consecutivos hasta la fecha de su elección; deben tener buenos antecedentes como ciudadanos; no pueden ser dirigentes de partido o agrupación política, no deben ser autoridades políticas ni ejercer cargos ejecutivos en instituciones autárquicas, no tener sentencia ejecutoriada con calidad de cosa juzgada, deben haber cumplido 35 años de edad y deben ser proclamados candidatos por un sector o una provincia, por lo menos.
Desde el 25 de enero se celebran primarias en los diferentes sectores para proclamar a sus candidatos y será el 11 de febrero cuando se proclame en un ampliado al próximo presidente que asuma la gestión.