¿Alguna vez has pensado cada cuánto te limpias la nariz?
La importante salud de tu nariz en estos tiempos
Es indispensable que las fosas nasales estén lo suficientemente húmedas para atrapar partículas extrañas del exterior (polen, suciedad, polvo) que pueden sernos nocivas, y evitar que aparezcan problemas



La nariz es el órgano del olfato y la puerta de entrada principal al sistema respiratorio. A través de sus orificios nasales, conocidos también como narinas, permite la entrada del aire inspirado hacia ambas fosas nasales, recubiertas de una membrana mucosa y separadas entre sí por el tabique nasal.
La membrana mucosa, delgada y húmeda, tiene la función de filtrar (junto a los vellos de la nariz), calentar y humedecer el aire que respiramos. Es indispensable que esté lo suficientemente húmeda para atrapar partículas extrañas del exterior (polen, suciedad, polvo) que pueden sernos nocivas, y evitar que aparezcan problemas.
¿Alguna vez has pensado cada cuánto te limpias la nariz? En realidad éste es un hábito no muy común, sin embargo los expertos en salud coinciden en que es muy necesario para evitar enfermedades respiratorias. Si bien su detallada limpieza no nos garantiza que no nos contagiemos de Covid-19, es una manera más de luchar contra el virus y otras enfermedades.
De acuerdo al presidente de la Sociedad de Otorrinolaringología de Bolivia, Erwin Rivera, se trata de una medida recomendada incluso para combatir el contagio del coronavirus, por el hecho que mantiene la zona libre de bacterias, impurezas y cualquier tipo de residuos contagiosos que existan en los conductos nasales.
El otorrinolaringólogo brindó una charla en el stand del Ministerio de Salud que se instaló en la Feria Virtual de Salud y Bienestar “Fexpo Salud” en donde añadió que estos lavados se deben realizar con regularidad; además destacó que consumir dos a tres litros de agua por día, es muy importante para mitigar infecciones respiratorias.
Al respecto el doctor José Miguel Villacampa recuerda que las fosas nasales son cavidades muy delicadas, revestidas de mucosa, un epitelio muy sensible, por lo que aconseja evitar la manipulación en general del interior de las mismas.
Entonces ¿cómo debemos limpiarlas? De acuerdo a Rivera “se utiliza 250 mililitros de agua hervida tibia, una cuchara de sal y media cucharilla de bicarbonato de sodio. Se remueve todo esto y con una jeringa de 20 ó 25 mililitros se debe irrigar hasta acabar los 250 mililitros en cada sesión de lavado”, explicó.
El médico Fernando Álvarez explica que al humectar la cavidad nasal, no sólo se ayuda al cuerpo a combatir correctamente los virus y bacterias, sino también evita que las delgadas venas que recubren la superficie de la nariz se debiliten y se rompan, y deriven en sangrado.
“La nariz, además de humedecer y calentar el aire, actúa como mecanismo de defensa del sistema respiratorio, filtrando aquellas partículas nocivas o irritantes que ingresan al inhalar. Esto ayuda a prevenir infecciones y otros malestares”, comenta Álvarez. “Por eso es importante humectar las fosas nasales con solución fisiológica, especialmente en cuadros de congestión nasal o sequedad por el ambiente o rinitis”, recomienda.
La congestión nasal y sus causas
Muchas veces nos sentimos con la incomodidad de no poder respirar durante todo el día y aunque hemos probado cientos de medicamentos nada parece resolver el problema. Éste en muchos casos se acentúa por las noches y es desesperante.
Pero ¿qué nos provoca este inconveniente? De acuerdo a los expertos y a las revistas de salud consultadas: Consumer Eroski y Acofarma, entre las principales causas están la rinitis, la inflamación de la membrana mucosa y la sequedad nasal, propia de los climas y ambientes secos (calefacción y aire acondicionado).
Más aún también existen otras causas como:
- Los fármacos
- Los pólipos o tumoraciones
- La posición recostada
- La sequedad ambiental
- La sinusitis
- El tabique nasal desviado
¿Qué puedes hacer para evitarlo?
De acuerdo a Acofarma es importante humidificar el aire, tener el dormitorio limpio y ventilado, huir de los cambios bruscos de temperatura, beber abundantes líquidos (agua, zumos naturales, infusiones o caldos), moderar la ingesta de alcohol, abandonar el hábito tabáquico y evitar el consumo de lácteos (que crean mucosidad). Éstas son medidas útiles para prevenir el taponamiento de la nariz.
Si la prevención falla, existen una serie de remedios útiles para mejorar la congestión nasal como la colocación de compresas húmedas y calientes sobre la nariz, los vahos de eucalipto o menta, la elevación de la cabeza al acostarse o los masajes circulares sobre los senos paranasales (mejillas, nariz y entrecejo).
“Pero si hay una medida útil tanto en la prevención como en el manejo de la congestión nasal es mantener una buena higiene nasal con la ayuda del lavado nasal” aconseja.
“Beber mucho líquido ayudar a diluir las secreciones nasales, de forma que la mucosidad sea fácilmente drenada desde la nariz.”, menciona el doctor Álvarez y agrega que también es importante “hacer inhalaciones de vapor de dos a cuatro veces al día, o utilizar sueros fisiológicos de tres a cuatro veces al día”.
El experto recomienda usar sueros salinos que contengan, dentro de su composición, cloruro de sodio, una sal en concentración fisiológica que sea adecuada en la terapia de niños y adultos.
Cuándo hacer un lavado nasal y cuándo no debe hacerse
De acuerdo a la revista Consumer Eroski no se debe aplicar un lavado nasal, si se presenta un sangrado nasal abundante, después de cirugía endoscópica nasal o si se tienen problemas de deglución.
El mejor momento para limpiarse la nariz es cada mañana, al empezar el día, para mantener las fosas nasales limpias. También es recomendable hacerlo después de estar expuesto a los ácaros o al alérgeno, en caso de ser alérgico, para disminuir los posibles síntomas. Si se padecen apneas del sueño, es aconsejable limpiarse la nariz antes de ir a dormir.
Beneficios del lavado nasal
Alergias
Ayuda a evacuar secreciones de la nariz cuando esta está taponada. Contribuye a disminuir los síntomas de alergias, evacuando parte de los alérgenos en contacto con la mucosa nasal.
Infecciones
Disminuye la frecuencia de resfriados, evacuando secreciones. Reduce los efectos de las sinusitis, incluso puede ayudar a curarlas. Mejora la gestión de la rinitis crónica. Previene infecciones respiratorias.
Respiración
Facilita la gestión de los ronquidos y de las apneas del sueño. Humidifica la mucosa nasal, lo que previene sequedad y heridas. Evacua suciedad. Mejora la respiración nasal.