La crisis sanitaria ha impactado en los mercados de materias primas
Covid-19: Los problemas de la minería quedan al descubierto
La minería es uno de los sectores que más ha resentido los impactos del coronavirus. Al mismo tiempo han quedado expuestas las diferencias al interior del sector y quiénes son los que se benefician más.



Si para febrero de este año el valor de las exportaciones mineras llegó a representar más del 53% del valor total de las exportaciones, para abril esa cifra se había reducido al 3%. Si bien en mayo las exportaciones mineras se recuperaron hasta llegar a representar el 18% del total exportado ‒como consecuencia de los permisos especiales que el gobierno otorgó a este sector‒, se espera que la mayor parte de este sector continúe con dificultades.
Esta crisis ha dejado en evidencia las múltiples facetas del sector minero. La afectación ha sido diferente para las grandes empresas, con capitales transnacionales e intensivas en capital, que para las cooperativas mineras, intensivas en mano de obra. Dentro de las cooperativas, las únicas que ven mejorar sus proyecciones son las que explotan oro, pero al mismo tiempo son las menos controladas desde el Estado, son depredadoras y dejan poco excedente para el país.
El impacto de la pandemia en la minería
Según un informe reciente del Banco Mundial sobre el precio internacional de las materias primas, el índice de precios de metales y minerales de este organismo internacional cayó en 4,7% en el primer trimestre del año. Si bien este índice ya había disminuido durante el segundo semestre del año pasado, esta caída fue mucho más pronunciada como consecuencia de la crisis sanitaria.
“Las empresas mineras están ignorando la amenaza real de la pandemia, continúan sus operaciones”, Informe: Voces desde el territorio
“La caída refleja una fuerte desaceleración de la actividad manufacturera mundial debido a la pandemia de Covid-19, a pesar de medidas de estímulo sin precedentes para apoyar la demanda. Las crecientes interrupciones del suministro de la mayoría de los metales no compensaron las pérdidas de demanda”, señala el informe.
Y continúa: “Se prevé que los precios de los metales caigan un 13,2 por ciento en 2020 debido a las expectativas prolongadas de crisis de salud pública y económica. Los riesgos de esta perspectiva se inclinan a la baja, incluida la posibilidad de un colapso más pronunciado en la demanda industrial global y un estímulo político menos efectivo”.
En el caso boliviano, las exportaciones de minerales cayeron dramáticamente en el primer cuatrimestre del año, pasando de representar más de $US 380 millones de dólares en enero, a $US 8,1 millones de dólares en el mes de abril. El principal motivo de esta caída tuvo que ver, en principio, con las medidas de cuarentena implementadas por el gobierno.
Sin embargo, pese a que el gobierno, a través del D.S. 4229, autorizó al sector minero a iniciar actividades de manera anticipada (a principios de mayo), este sector no logró exportar más de 60 millones de dólares ese mes, lo que tiene que ver con una inercia generalizada del mercado internacional de los commodities.
Es esta situación la que viene exponiendo las deficiencias del sector minero en el país, el cual se ha presentado como profundamente dependiente de los mercados internacionales y constituido por una estructura dual (empresas transnacionales y cooperativas) que deriva en efectos diferenciados.
Como señala un análisis de la fundación Jubileo: “el coronavirus pone en evidencia la fragilidad de la estructura del sector minero nacional que no pudo salir del primer eslabón de la cadena de valor del sector en el periodo de precios altos de los metales”.
La minería aporta poco a la renta nacional
Las cooperativas son las más afectadas
En un seminario virtual organizado por CEDLA, el especialista sobre temas mineros, Vladimir Díaz Cuellar, mencionó una de las razones por el que las cooperativas están frente a un gran riesgo: sus elevados costos de producción.
“Los altos precios en los sectores extractivos (hacen que) los productores de costos sumamente altos puedan ingresar dentro del mercado minero. Este es el caso de los (…) mineros cooperativistas en nuestro país, son productores esencialmente caros. Los niveles tan altos de precios internacionales han permitido que una gran cantidad de unidades pequeñas artesanales hayan ingresado a la producción de minerales”, señaló Díaz.
Según la fundación Jubileo: “Los cooperativistas, en su mayor parte, viven de la producción y venta del día. (…) Son unos 50 mil trabajadores que ahora, durante la cuarentena y luego, cuando se supere esta situación, estarán en situación dramática si no se hace algo para sacarles del pozo. Junto a sus familias suman unas 200 mil personas que están en grave riesgo”.
Esto demuestra la precariedad y fragilidad de este sector económico que, a no ser en la explotación aurífera, pareciera que no tendrá capacidad para resistir esta crisis.
El oro a contracorriente
El 2 enero de 2020, el precio internacional de la Onza troy de oro era de $US 1.527. Para el 16 de julio este precio se incrementó hasta alcanzar los $US 1.827. Lo que sucede es que, como consecuencia de la profunda crisis económica que se avecina, muchos inversionistas alrededor del mundo vienen comprando metales preciosos ‒en especial oro‒ para resguardar su patrimonio. Esto ha generado presión sobre el precio de estos metales.
En Bolivia, el oro ya representaba, en términos de valor, el principal mineral exportado en el 2019. Por lo que se espera que este incremento en los precios aumente su participación, que incluso podría llegar a superar el valor de las exportaciones de Gas Natural, ya que, como señala el investigador de CEDLA, Pablo Poveda, el precio de la Onza troy de este metal podría llegar a costar $US 3.000 en los próximos meses.
Esto, sin embargo, no necesariamente implica buenas noticias para el país. El problema es que la producción de oro es realizada por cooperativas que casi no aportan a la renta nacional. Según datos de Poveda, para 2018 solo el 2,53% del valor bruto de la producción de oro se convirtió en renta minera, a diferencia de la renta de hidrocarburos que llega a ser del 50% del valor bruto de producción.
Empresas mineras intentan aprovecharse de la pandemia
Según el reciente informe denominado: “Cómo la industria minera mundial se está beneficiando con la pandemia de Covid-19”, elaborado por un conjunto de instituciones que hacen seguimiento a este sector, se ha podido observar la manera en que “las empresas mineras y también muchos gobiernos han presionado para que se clasifique la minería como un servicio esencial, lo que permite que las operaciones continúen a pesar de los riesgos sustanciales”.
“Al hacerlo, se han convertido en vectores clave de la propagación del virus y están poniendo en gran peligro a las comunidades, a las poblaciones rurales y urbanas y a su propia fuerza de trabajo”, señala el informe.
El apunte
Beni: ¿relación entre minería y Covid-19?
Según datos presentados por el investigador Pablo Poveda, para el año 2018 el departamento del Beni se convirtió en el principal productor de oro del país, con el 45,4% del total del oro producido, desplazando al departamento de La Paz, que históricamente ha sido el departamento con mayor producción aurífera.
Como señala otra investigación del CEDIB: “Una de las regiones más golpeadas por la minería aurífera legal e ilegal, antes y durante la pandemia del Covid-19, son los municipios de Teoponte, Guanay, Tipuani, Mapiri, Apolo y San Buenaventura en La Paz y Rurrenabaque en Beni”.
En esa misma investigación se señala cómo en estas regiones productoras se han mantenido las operaciones y la movilización de mercadería, de manera ilegal y sin importar las condiciones de salud de los trabajadores y de las poblaciones circundantes.
Esta situación no puede perderse de vista al observar la dramática crisis sanitaria que vive dicho departamento.