Satanás y los tres seminaristas

Cuenta una historia que tres seminaristas iban caminando rumbo a un pueblito para hacer labor social y espiritual, cuando en eso se les aparece el demonio.

Jóvenes, les dijo satanás, les voy a dar potestad para cambiar algo del pasado. Ustedes pueden pedirme cambiar una sola cosa del pasado y yo les cumpliré ese deseo.

Los tres futuros sacerdotes se miraron, hasta que uno de ellos dijo:

Si yo tuviese que volver al pasado, iría al preciso momento en el que hiciste caer a Eva en la trampa del pecado. Así la humanidad sería libre y nadie se hubiese apartado de Dios.

El segundo joven dijo: yo viajaría al pasado e impediría que tú te rebeles, así todo sería paz y armonía.

El tercer seminarista no dijo nada, en lugar de responder se arrodilló y empezó a orar diciendo: Padre, no me dejes caer en la tentación, dame fuerza y sabiduría, Padre…

Al escuchar eso el diablo se puso furioso y empezó a gritar hasta que, en un abrir y cerrar de ojos, se esfumó.

Los dos seminaristas, asustados, se acercaron diciendo: hermano, ¿por qué hiciste eso?

El joven se puso de pie y reconfortado, dijo:

Primero, porque nunca debemos dialogar con el maligno. Al maligno le das un centímetro, y él avanzará un metro. No le puedes dar espacio.

Segundo, por más poder que tengamos, nadie puede cambiar el pasado. Lo hecho, hecho está.

Y tercero, la verdadera intención de satanás es distraernos, distraernos del presente, que es lo único que tenemos para hacer la voluntad del Padre.


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