Cuando lleguen los incendios

En 2025, como en 2024 y todos los anteriores, llegarán los incendios y más allá de identificar causas y consecuencias, la gente buscará culpables.

2025 está teniendo dos circunstancias especiales que pueden condicionar otras situaciones de las que se vienen viviendo los últimos años, como por ejemplo los incendios. Sea para bien o para mal, 2025 por ejemplo ha sido un año extraordinariamente lluvioso, y salvo algunas inundaciones, ha sido una lluvia copiosa que ha empapado el territorio, lo que de alguna forma debería dificultar la expansión descontrolada de las quemas; sin embargo, al mismo tiempo, 2025 se trata de un año electoral, y esta circunstancia, aunque no debería afectar directamente a la propagación de fuegos en el territorio, es evidente que se usan de manera política siempre.

El factor electoral no solo condiciona la parte noticiosa en la que unos y otros intentan responsabilizar al otro bando, sino que efectivamente alimenta la incertidumbre de buena parte de los trabajadores del agro nacional, sea grande o pequeño negocio, que prefieren pisar sobre seguro y acelerar procesos  que faciliten la posesión de la tierra ahora, por lo que sea que puede pasar.

Las grandes cadenas de distribución de alimentos se articulan sobre una pregunta “retórica”: ¿habrá suficiente alimento para todos?

En Bolivia solemos señalar a los “decretos incendiarios” como principal causa de estas temporadas de incendios en todo el oriente del país, que son aquellos que regulan el cambio de uso de suelo y la ampliación de la frontera agrícola luego de estas catástrofes, y que más allá de las declaraciones rimbombantes, se mantienen.

El asunto tiene en realidad causas más profundas y estrategias más amplias, sobre todo en estos tiempos de escasez de dólar: El país necesita divisas y al gobierno nacional le ha parecido adecuado padecer la inflación – los salarios apenas se han revalorizado un 35% respecto al indicador de precios – y abrir el país a la libre exportación.

El otro gran asunto es todavía más inabordable desde estas tierras, aunque afecta. En todo el mundo se están registrando altos índices de inflación en las principales cadenas de distribución de productos, y que son empresas transnacionales que acaban por controlar las producciones nacionales gracias a cálculos a grandes escalas que acaban por subordinar al productor a esa misma estrategia. Como sea, el control de las semillas, la uniformización de cultivos y la optimización nutritiva no ha logrado contrarrestar el principal temor que revoluciona el mercado: a medida que estados gigantes como China e India van mejorando el poder adquisitivo de sus familias, crece la demanda de alimentos, mientras que la producción se dificulta por regulaciones, pero sobre todo, por los altos costos que requiere.

¿Hay alimentos para todo el planeta? Es siempre la pregunta recurrente que acaba por convertir en zozobra todas las certidumbres y justificando prácticas como el chaqueo, que a menudo además provoca el caos tras ser declarado descontrolado.

En 2025, como en 2024 y todos los anteriores, llegarán los incendios y más allá de identificar causas y consecuencias, la gente buscará culpables. Hacer las cosas bien en la prevención, identificación y manejo es siempre recomendable, tomar los recaudos políticos y evitar que la trifulca electoral opaque la verdad va a resultar fundamental.


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