Los padres son la entrada al mundo...
Los hijos por amor hacen mucho y a menudo mucho más de lo que les corresponde. Por amor los hijos muchas veces quieren salvar a sus padres.
Ahorrarles dolor, evitarles sufrimiento, cumplirles los sueños, retribuirles su tiempo y esfuerzo.
Pero el orden es más importante que el amor en el sistema. "Primero viene el orden y luego el amor", dice Bert.
Y el orden nos pide que respetemos la jerarquía, y esto podría traducirse en que un hijo no puede romper la jerarquía, y si así lo hace el sistema suele presentar síntomas y conflictos en sus miembros.
Renunciar a salvar a los padres nos ayuda a:
Respetar el orden, tomar nuestro lugar y sabernos parte del sistema.
Mamá y papá son los grandes, ellos son los que saben y ellos pueden.
No necesitan que yo los salve.
No puedo devolverles su esfuerzo o su tiempo. Si puedo honrar lo que ellos hicieron por mí.
Entonces, tomo mi lugar y me hago responsable de mi vida y hago algo bueno con mi destino.
Honro a mis padres (renunciando a salvarlos) cuando respeto su destino y su dignidad.