La promesa
Como suena la camacheña
y la caña también.
- ¡Salta chuncho…!, ¡Salta…!
Que tu devoción llene tu corazón de esperanza,
Filigranas, cintas de colores,
cuencas que encandilan con su luz,
Trac, trac, trac,
suenan las flechas al par de los tambores;
Llevas un turbante cual pétalos de una Flor,
Un halo de misterio cubre tu rostro,
vestido de seda brillante,
¡Rojo, amarillo!, también celeste,
¿o, tal vez verde?
Mientras más colorido mejor
- ¡lo mismo que un alelí ¡,
¡lo mismo que un jazmín!
De paso en paso…
- ¡Súbito!,
de un salto arranca,
giro de colores,
manto de flecos,
Se va en el aire meciendo
El chuncho promesante.
¡Canta camacheña!,
La caña también.
Estelas de tradiciones y nostalgias
Dejen, al pasar,
Que el forastero quiera,
Alguna vez volver.
En la iglesia de mi pueblo
las puertas están de par en par,
Vestida con sus mejores galas,
Pues…, ¡de fiesta esta!
Perfumada de incienso
las velas son tu candor,
Flores en el altar del
Inmensurable creador,
Que escuche la llamada de la iglesia, ¡triunfante¡, de todo un pueblo expectante,
Repiquen las campanas
¡camaretazos, también!.
En andas de feligreses devotos
Das dulce oración y consuelo
Roque Santo peregrino,
¡Que a tus pies me postro!...
