La gratitud
Acepta todo lo que te trae la vida con gratitud.
Sé agradecido con todo. Porque todo lo existente está creando un espacio para que te puedas transformar, incluso aquellos que piensan que te están obstruyendo, incluso aquellos que piensas que son enemigos. Tus amigos, tus enemigos, las personas buenas y las personas malas, circunstancias favorables, circunstancias desfavorables, todos juntos están creando el contexto en el cual te puedes transformar y llegar a ser un buda.
Sé agradecido con todo. Con aquellos que han ayudado, con aquellos que lo han impedido, con aquellos que han sido indiferentes. Sé agradecido con todos porque todos ellos están creando el contexto en el cual han nacido budas, en el cual puedes llegar a ser un buda.
Para dar gracias no debes escoger entre lo negativo y lo positivo. Son igualmente aceptables, son igualmente inevitables. Tienes que entender la semejanza de estos dos momentos: oscuro y negativo, claro y positivo. No estás pidiendo sólo momentos felices, no estás pidiendo nada de nada. Simplemente celebras lo que la existencia te trae. Sea cual sea el regalo -una noche oscura o una alegre mañana, lágrimas o sonrisas-, eso no importa. Tu agradecimiento sigue siendo el mismo.
Es algo difícil de entender. Cuando las cosas van bien, es muy fácil estar agradecido. Pero el verdadero agradecimiento surge cuando las cosas no van bien, y es la prueba de fuego de tu gratitud.
La belleza de la gratitud cuando no hay nada que agradecer es sencillamente un inmenso milagro, es mágico, es un momento de enorme transformación. Hay que ser muy inteligente. Espero que lo demuestres. Confío en que todo el mundo tenga inteligencia para entender los misterios más profundos de la vida.
Cuando tu corazón está lleno de gratitud, cualquier puerta que aparece cerrada puede ser una apertura para una bendición aún mayor.