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Los ciclos de la vida

En todo lo existente en el universo, los ciclos se repiten una y otra vez.

La ley universal de los ciclos nos habla de esto y también nosotros podemos observarlo en la naturaleza, en las personas, en la sociedad, etc.

El problema viene cuando nos venimos abajo en los momentos malos y nos aferramos a los buenos.

ACEPTAR:

Hemos de aceptar que esto es así, que no podemos hacer nada para librarnos de los ciclos que trae la vida. No hay más.

NO JUZGAR:

También hemos de aprender a no etiquetarlos como “buenos” o “malos”. ¿Por qué? Porque esto surge del ego, de sus creencias. El ego cree que juzgar está justificado cada vez que algo en su entorno no satisface sus expectativas.

DAR LAS GRACIAS:

Recordemos que los "malos" momentos están llenos de lecciones y aprendizajes que nos hacen crecer. Que cada “mala experiencia” nos hace falta para evolucionar. Damos las gracias por cada ciclo vivido en nuestra vida.

Hay veces que la necesidad de cambiar de ciclo llama a la puerta, y la ignoramos. Más adelante, vuelve a llamar con más fuerza y la volvemos a ignorar.

Cuanto más tiempo ignoremos la llamada de un nuevo ciclo, más problemas vendrán, o más difícil nos resultará ponernos en marcha, o más violenta será la explosión que libere lo que estamos reprimiendo en nuestro interior.

Al ignorarla, sentimos que a nuestra vida le empiezan a faltar estímulos, nos quedamos estancados. Lo que en un principio podría ser comodidad, bienestar y seguridad empieza a convertirse en una incómoda rutina.

Si no ponemos remedio a esto, llegará a nosotros la desesperación, el hastío y la depresión.


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