La rana del pantano y la rana del camino
Vivía una rana en un charco en mitad de un ancho camino. Estaba tranquila y feliz, pues tenía mucha luz y le entretenía mucho el ir y venir de personas y animales de todo tipo. Lejos de allí, en el pantano, vivía otra rana, que de vez en cuando iba hasta donde estaba su amiga para hacerle compañía.
– Tienes que dejar esa charca y venirte conmigo al pantano- le decía una y otra vez- Este no es un lugar seguro.
– Mira que eres pesada- respondía siempre la otra rana- No pienso irme a ese lugar húmedo y oscuro en donde vives. ¡Qué pereza! Ya tengo aquí mi hogar…
Y por mucho que insistía la rana del pantano, la rana del camino se negaba a moverse de allí.
Un buen día, el conductor de una pesada carrera no vio el charco y pasó por encima, aplastando con su enorme rueda a la rana que no había querido cambiarse de hogar.
Moraleja: «Siempre que puedas cambiar para mejorar, no lo dudes. Hazlo»