Las zorras a orillas del río
Unas zorras fueron hasta el río Meandro para beber, pero ese día la corriente bajaba con mucha fuerza y ninguna se atrevía a entrar en el cauce. Unas se animaban a otras, pero ninguna terminaba de pasar de la orilla:
– Venga, entra tú, que seguro que no es tanto como parece – decía una a otra.
– ¡La que entre es la jefa del grupo y la más valiente! - dijo otra.
Hasta que de pronto, la más fanfarrona de todas, olvidó el peligro y dijo con soberbia:
– No sé en quién estaréis pensando, supongo que en mí, que soy la única con el valor suficiente de entrar sin que me haga absolutamente nada la corriente.
Y diciendo esto, la zorra se acercó a beber, cayó al río y la corriente comenzó a arrastrarla sin que pudiera hacer nada para salir. Las compañeras le gritaron:
– ¡Vuelve, no te vayas!
Y ella, en lugar de pedir ayuda, gritaba desde el agua:
– ¡No, si solo voy a entregar un mensaje a Mileto… en cuanto termine regreso!
Moraleja: Los fanfarrones siempre son buena presa del peligro